Enrique Alfaro, por una Línea 4 y un Zapotillo que preserve Temacapulín
El candidato de MC se enfocará en impulsar un mejor transporte, garantizar el abasto de agua en la metrópoli y mejorar la seguridad
Mejor transporte público y más agua para la metrópoli ocupan un espacio prioritario en la agenda del candidato a la gubernatura por Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro. Y en ese sentido, su visión está puesta en una cuarta línea del Tren Ligero desde Guadalajara al Sur de la ciudad, así como en la puesta en marcha de la Presa El Zapotillo, con una garantía: preservar el poblado de Temacapulín.
“El proyecto original ya existe (para la Línea 4 del Tren), tiene hasta registro en Hacienda. Es el que hizo Emilio (González Márquez), que era un tren eléctrico. Sale de Santa Fe, pasa por un tramo del Valle de Toluquilla y se entronca con (la estación) Isla Raza”.
Estima que la nueva línea alcanzaría un costo de siete mil millones, que confía lograr con “una gran capacidad de gestión” tanto a nivel local como con la nueva administración federal.
También afirma que defenderá el agua para Jalisco desde la presa El Zapotillo, que a su vez entregará agua a la derivadora El Purgatorio. “No se puede jugar con el tema del agua. La ruta es clara: El Zapotillo debe ser para darle agua a Jalisco. El Purgatorio es una derivadora que necesita de El Zapotillo. Me preocupa el nivel de ignorancia en algunos sectores políticos”.
Sostiene que el embalse se mantendrá a 80 metros, y aunque no puede hacerse nada por la preservación de los poblados de Acasico y Palmarejo, regresa al debate la construcción de diques que sólo estarán de manera preventiva, pues el agua almacenada no superaría los 64 metros en su nivel máximo. “Tenemos estudios a detalle. Temaca puede salvarse con la cortina a la altura original…”.
La seguridad es otra prioridad. Remarca que “ya se ha intentado todo” y no hay resultados tangibles, pero ya alista una propuesta sólida para regresar la tranquilidad a los jaliscienses.
“Es más fácil que sea entrenador de Chivas que Presidente de México”
Cuando era niño, Enrique Alfaro tenía una meta: convertirse en jugador profesional de futbol. Pero el tiempo lo llevó por un camino muy distinto, y hoy se dedica a una actividad en la que “es más eficaz”.
Aunque fue dueño de una empresa constructora, dejó toda actividad privada cuando comenzó a dedicarse a la política. Aspira a convertirse en gobernador, sin que eso signifique, en estos momentos, que su aspiración continúe en la Presidencia de la República. “Hoy es más factible que sea entrenador de Chivas (que Presidente). Hoy. Mañana quién sabe”.
—¿Quién es Enrique Alfaro?
—Soy un tapatío de 44 años. Ingeniero civil egresado del ITESO. Maestro en Estudios Urbanos. Soy padre de tres hijas… y un jalisciense que se dedica a la política y que ha hecho de esta actividad su vocación y su profesión. Soy, sobre todo, un hombre trabajador y de principios.
—¿Cuántos son en su familia? ¿A qué se dedican?
—Tengo un hermano: notario. Mi padre también lo fue. Vengo de una familia en la que se combinó la profesión de mi padre como político universitario, y mi madre, que es trabajadora social y viene de una familia de empresarios.
De ahí, en muchos sentidos, aprendí o encontré parte de mi vocación y mi forma de ejercerla.
—¿Dónde estudió?
La primaria, en el Colegio Franco Mexicano. Estudié en el grupo que había de estudios en francés. Aprendí a hablar francés. Parte de la familia de mi madre es francesa y por eso mis padres quisieron que lo aprendiera. En la secundaria, mi padre, afortunadamente, tomó la decisión de que estuviera en una escuela pública: la Técnica 45. Después, en la Preparatoria 5 de la Universidad de Guadalajara. Después, por diversas razones, decidimos que continuaría mis estudios en el ITESO para licenciatura en ingeniería civil. Dos años y medio después de graduarme inicié la maestría en el Colegio de México.
—¿Cuáles son sus amigos en la política, que conserva desde niño?
—Hugo Luna fue mi amigo desde la secundaria. ¿Que hoy sigamos siendo haciendo cosas juntos? Clemente Castañeda, Ismael del Toro, Hugo Bernal. Todo ese grupo desde la prepa somos buenos amigos. Allí empezamos medio a hacer política estudiantil, pero no éramos un grupo como tal. De hecho, en alguna ocasión apoyé un candidato distinto a Clemente para ser presidente de la Prepa. Me ganó Clemente. Mi padre nunca me dejó ser candidato; me dijo que si yo era presidente me sacaba.
—¿Qué quería ser cuando era niño?
—Futbolista. Sigo queriendo, pero ya no puedo.
—¿Futbolista más que político?
—Sí. En aquel tiempo, sin duda. Si me preguntan hoy, creo que me dedico a la actividad en la que soy más eficaz. Pero estoy seguro que algún día, sí Dios me lo permite, me voy a dedicar a ser entrenador. Pienso pronto tomar el curso de la Federación Mexicana de Futbol.
—¿A poco lo veremos algún día dirigiendo a las Chivas?
—Pues hay que preguntarle a (Jorge) Vergara. Me encantaría.
—¿A qué se dedica, además de la política?
—Decidí, cuando tomé la decisión de hacer política como actividad profesional, cerrar la empresa que tenía: una constructora. No es fácil combinar la actividad pública y tener negocios privados.
Soy 100% político.
—¿Cuál es el mejor libro que ha leído y el que jamás recomendaría?
—El mejor sigue siendo Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar. Es una novela histórica que me impactó. Un libro que no recomendaría: el último de “El Peje”. Está muy mal, además son muchas contradicciones. Los otros los leí y vale la pena leerlos.
—¿Cuál es el viaje más lejano que ha hecho y a dónde le gustaría viajar?
—Lo más lejos que he ido es Nueva Zelanda y Australia. Me gustaría, en alguna etapa más calmada de mi vida, conocer Asia.
—¿Quién ha sido su mayor inspiración?
—Admiro a Napoleón, Alejandro Magno, François Miterrand, Winston Churchill. También, en muchos sentidos, mis padres son ejemplos.
—¿Por qué quiere ser gobernador?
—Porque nací aquí, quiero a mi Estado, aquí viven mis hijas y no me gusta lo que le está pasando a Jalisco. También porque he llevado un proceso de formación política y profesional sólido, que hoy me permite estar en mi mejor momento para asumir una responsabilidad como esta.
—¿Teme una peor guerra sucia en estas campañas?
—No. Será lo mismo. Han dicho de mi todo… me han inventado de todo y no me han podido derrumbar.
—¿Qué opina de la versión de que hay un pacto para la transición de Gobierno entre usted y Aristóteles Sandoval?
—No pactaría con el gobernador, ni creo que él pactaría conmigo.
—¿Cómo le iría con López Obrador si gana la Presidencia de México?
—Hemos tenido una relación de respeto, aunque no coincidimos en esta elección por las decisiones del propio Andrés Manuel, pero aunque estoy convencido de que el próximo Presidente será Ricardo Anaya, también creo que, con quien sea, el gobernador de Jalisco tendrá una relación muy distinta a la que hoy tiene el gobernador con Enrique Peña Nieto. Debe haber diálogo y cooperación, pero no sumisión. Nunca más puede haber un gobernador que se arrodille a los intereses de la Federación.
—¿Piensa en Los Pinos como proyecto a futuro?
—No es un tema que esté en mi plan de vida. Creo que esta será mi última campaña y por eso la pienso disfrutar. Por supuesto: ¿Quién no ha soñado alguna vez con ser Presidente? Pero no está en mi plan de vida ahora.
—¿Entonces es más factible que sea técnico de futbol que Presidente de México?
—Hoy sí, es más factible que después de ser gobernador sea entrenador de las Chivas que Presidente de México. Hoy. Mañana quién sabe.
La idea de refundación va a exigir concentración absoluta, por lo menos, los primeros cuatro años de Gobierno en Jalisco. No habrá tiempo para pensar en nada más.
—¿Cuáles son los boquetes en la actual administración (por irregularidades)?
—Hay áreas que tendrán que ser revisadas exhaustivamente. Sin duda, la Secretaría de Salud, Pensiones del Estado y algunos temas específicos como las fotoinfracciones. Habrá que revisar toda esta inversión del C5 (Escudo Urbano)…
—¿Presentará a su gabinete durante la campaña o después de la elección?
—Hasta que pase la elección.
Respuestas rápidas
Pobreza: Prioridad.
Riqueza: Para todos.
Corrupción: Acabarla.
Impunidad: Sepultarla.
Delincuencia: Pararla en seco.
Familia: Seguridad.
Amistad: Fortaleza.
Enemigos: Respeto.
Enrique Peña Nieto: Mal presidente.
López Obrador: Líder importante.
Ricardo Anaya: Próximo presidente.
José Antonio Meade: Buen hombre.
Aristóteles Sandoval: Mal gobernador.
Raúl Padilla: Político rudo.
Miguel Castro: Político no rudo.
Alberto Uribe: Ex amigo.
Enrique Alfaro: Próximo gobernador.
¿Quién es Enrique Alfaro?
Enrique Alfaro es ingeniero civil por el ITESO. Tiene 44 años y una amplia trayectoria política. Fue regidor y alcalde de Tlajomulco, así como diputado local. En 2015 logró la mayoría de votos por la alcaldía de Guadalajara cobijado por Movimiento Ciudadano, partido que tres años atrás lo llevó a buscar por vez primera la gubernatura, en una elección que perdió con Aristóteles Sandoval.
Se considera un hombre “trabajador y de principios”. Es hijo de Enrique Javier Alfaro Anguiano, el cuadragésimo segundo rector de la UdeG.
TEMAS CRÍTICOS
Seguridad
El problema está en otro lado porque ya lo intentamos todo: puedes tener mejores policías, más patrullas, capacitarlos mejor, pagarles mejor, hacer nuevos modelos de patrullaje… pero tienes un sistema que está diseñado para que los delincuentes estén en la calle y no en la cárcel. Tenemos que cambiar eso.
De inicio, tenemos que separar esta idea de la súper Fiscalía para tener una Fiscalía verdaderamente autónoma y una Secretaría de Seguridad que se encargue de los trabajos policíacos. Apostaremos a la idea de la consolidación de la integración de las policías: Mando Único Metropolitano, de entrada. Y, por supuesto, en los municipios que no haya capacidad para prestar el servicio.
El planteamiento de seguridad será muy amplio. Por ejemplo, el tema de reinserción social, que es complejo. Y estoy pensando en una figura con personalidad jurídica propia, probablemente un OPD. Los reclusorios deben tener un manejo especial.
Corrupción e impunidad
Debemos enfrentar el problema desde su raíz. Son dos males estructurales de la vida pública del Estado. La corrupción inicia desde arriba: si el presidente o el gobernador son corruptos, el resto de sus funcionarios lo será. A lo mejor es una ruta medio simplona, pero el combate a la corrupción inicia por no robar. Yo voy a ser un ejemplo de cómo se puede hacer un gobierno honesto.
Quiero terminar mis seis años siendo un tapatío respetado. El combate a la corrupción inicia por un compromiso serio para no tolerar corrupción de ningún funcionario. Luego, podemos profundizar con una serie de reformas las penas y sanciones para quien cometa actos de corrupción. Debemos fortalecer organismos ciudadanos de rendición de cuentas y, particularmente, cómo fortalecer a las instancias de fiscalización como la Auditoría Superior del Estado.
En la Contraloría debe haber una renovación completa en su diseño, su titular debe ser alguien externo.
Economía y pobreza
Es el gran tema del Estado, y mi planteamiento es muy sencillo: nunca más un gobernador asustado por el Presidente. Así está Aristóteles con el tema del agua: les tiene miedo y no se anima a defender a Jalisco. Lo vemos con la Presa El Zapotillo y la idea de que primero se resuelva el abasto de agua para León antes que para Los Altos y Guadalajara. La ruta es muy clara: El Zapotillo debe darle agua a Jalisco. Y la presa El Purgatorio es derivadora y necesita de El Zapotillo.
El Zapotillo, con la altura de la cortina original, debe funcionar para aprovechar las aguas del Río Verde. Eso no significa que el agua esté a 80 metros.
Sobre Acasico y Palmarejo no hay salida: debe haber un trato correcto y una salida. En el caso de Temacapulín puede salvarse. Diques, pero de manera preventiva.
También lo dejo muy claro: no habrá un segundo acueducto a Chapala, debe haber una política integral de gestión del agua.
Agua y medio ambiente
Es muy fácil decir que todo está mejor en el Estado cuando lo ves desde el helicóptero. La cifra de 500 mil jaliscienses menos en pobreza es absurda, una mentira. Cada año hay más pobreza en Jalisco, y no es una crítica al gobierno de Aristóteles.
Cuando hablas del gigante agroalimentario, la verdad es que el Estado se ha sostenido por las ganas, el trabajo, la creatividad que han tenido los productores del campo, pero la verdad es que el campo de Jalisco está abandonado por la autoridad.
Las cifras del empleo me parecen engañosas, particularmente por la calidad del empleo de los que se habla. Debemos sacar al Gobierno de esa Disneylandia en la que vive. Reducir la brecha entre quienes tienen más y quienes tienen menos debe ser el principal compromiso del próximo gobernador.
Uno de los ejes centrales de la campaña es cómo mejorar los nuevos equilibrios regionales, en esa ruta vamos.
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