Economía

ONU reduce a 1,8% crecimiento economía mundial por la crisis financiera

El informe también advierte que el fuerte incremento de los precios de los alimentos y de la energía agravan la debilidad de la economía mundial, además de suponer una amenaza humanitaria y a la estabilidad social.

NACIONES UNIDAS.- La ONU redujo hoy al 1,8 por ciento el crecimiento económico del mundo en 2008 a causa de la persistente crisis financiera de los principales mercados y la drástica alza de los precios de productos como el petróleo, lo que ha colocado a la economía global "al borde de un grave descenso".

Así lo afirmaron los economistas de la ONU en la actualización semianual del informe "Situación y Perspectivas para la Economía Mundial 2008", después de que en enero habían previsto un crecimiento de la economía mundial del 3,4 por ciento para este año.

El informe atribuye la notable revisión a la baja de esta cifra a la profundización en los últimos meses de la crisis de los principales mercados financieros de EU la pérdida de valor del dólar estadounidense frente a otras monedas y el drástico incremento de los precios de productos como el petróleo y los alimentos, entre otros factores.

"A consecuencia de los numerosos desafíos, la economía mundial se tambalea al borde de grave descenso económico global", advierte.

La profundidad de ese descenso dependerá de los resultados de los estímulos fiscales y monetarios puestos en marcha por las autoridades estadounidenses, que sigue siendo "la primera locomotora de la economía global" y cuyas dificultades en los mercados inmobiliarios y financieros "provocaron" este descenso global, asegura el documento.

Los economistas de Naciones Unidas recomiendan que las medidas correctoras tomadas en EU vayan acompañadas de una "expansión agresiva de la demanda" en el resto del mundo si se quiere beneficiar al conjunto de la economía global.

"Tales acciones por parte de países que cuentan con superávit en Europa, el Golfo Pérsico y Asia Oriental fomentaría un reajuste más suave de las tasas de cambio con un dólar estadounidense debilitado por su déficit", afirman.

Ante este incierto panorama, el informe traza dos perspectivas de crecimiento en paralelo a su pronóstico oficial de 1,8 por ciento para 2008.

La optimista prevé un crecimiento del 2,8 por ciento al cierre de 2008 y un 2,9 por ciento para 2009, mientras que la pesimista reduce las cifras al 0,8 por ciento y al 1,4 por ciento respectivamente.

Por regiones, el pronóstico es que la economía de EU tenga un crecimiento negativo del 0,2 por ciento en 2008 y al año siguiente crezca un 0,2 por ciento.

Los países de Europa Occidental verían limitado su crecimiento a final de año al 1,1 por ciento y al 1,2 en 2009, mientras que las cifras para Japón serían respectivamente el 0,9 por ciento y el 1,2 por ciento.

La tendencia al alza de las economía de Latinoamérica y el Caribe en los últimos tres años sufrirá un freno en 2008, para situarse en un 3,1 por ciento frente al 5,7 que lograron en 2007, y todavía se reducirán más en 2009 al crecer solamente un 2,6 por ciento.

En general, las llamadas economías de transición experimentarán una reducción de dos puntos en su crecimiento en 2008, que se quedaría en 6,4 por ciento, y perderían tres décimas más en 2009, hasta llegar a 6,1 por ciento.

El informe también advierte que el fuerte incremento de los precios de los alimentos y de la energía agravan la debilidad de la economía mundial, además de suponer una amenaza humanitaria y a la estabilidad social.

Estas alzas son el "mayor factor" en la aceleración de la inflación global, que el informe asegura que aumentará a 3,7 por ciento y complicará los intentos de estimular el crecimiento.

Los economistas de la ONU atribuyen la crisis alimentaria se debe al crecimiento de los ingresos y de la población urbana de los países en desarrollo, que ha provocado una mayor demanda de productos cárnicos, lo que a su vez causa un mayor consumo de granos.

Por ello aconsejan combatir las tendencias inflacionarias con medias destinadas a aumentar la oferta de los productos que alimentan este incremento de precios, en lugar de aplicar políticas generales de ajuste.
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