Economía
Francia aboga por relanzar el eje franco-alemán para superar la crisis
Asegura que Francia y Alemania tienen una ''especial responsabilidad'' en la búsqueda de soluciones a la deuda
BERLÍN, FRANCIA (15/NOV/2012).- El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, abogó hoy en Berlín por relanzar el eje franco-alemán para poder capear el "reto sin precedentes" que supone la crisis de la eurozona.
Ayrault realizó estas declaraciones en su conferencia en el foro de liderazgo organizado por el diario alemán "Süddeutsche Zeitung", en la que aseguró que Francia y Alemania tienen una "especial responsabilidad" en la búsqueda de soluciones a la deuda, el paro y la falta de crecimiento.
"Es necesaria una mejor coordinación de las políticas económicas, más convergencia presupuestaria y fiscal, y también más cooperación en el impuesto a las transacciones financieras", aseguró horas antes de reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel.
Ayrault aprovechó también su discurso para marcar el tono de su visita a Berlín, asegurando que Francia tiene amigos y socios en los que confía. Y en primer lugar se encuentra Alemania".
Su entrevista con Merkel, a la que seguirá una rueda de prensa a las 16.00 GMT, buscar en efecto lubricar las relaciones entre ambos países, aquejadas de falta de sintonía desde que François Hollande llegó a la Presidencia francesa.
El jefe de Estado francés cuenta para ello con una baza especial, el primer ministro Ayrault, un estrecho aliado de Hollande que habla perfectamente alemán.
La agenda de la reunión estará marcada por el estancamiento de las negociaciones para cerrar los presupuestos europeos y por el frente más urgente de la crisis, de nuevo encarnado por Grecia.
Además, Ayrault, en una entrevista difundida hoy por el "Süddeutsche Zeitung", incidió en los puntos de vista comunes de París y Berlín: no dejar caer a ningún miembro de la eurozona -en referencia a Grecia- y que la solidaridad comunitaria debe ir de la mano de las reformas y ajustes.
"Los Gobiernos de Francia y Alemania están de acuerdo en no soportar el riesgo de dejar salir de la eurozona a los países que están en problemas. Esto va en interés de todos los europeos. Si no, corremos el riesgo (de sufrir) el efecto dominó", aseguró.
El primer ministro francés agregó que Europa significa solidaridad, entre otros valores, pero que "los países en crisis deben esforzarse por reformarse".
Ayrault lo resumió diciendo: "Solidaridad de un lado, reformas del otro lado", y apostilló que "ambas son difíciles" de practicar, en referencia tanto a los temores alemanes a comprometer demasiado dinero de sus contribuyentes como a los recortes en el sur de Europa.
No obstante, el jefe del gobierno francés reconoció que las relaciones bilaterales entre Merkel y Hollande no son todo lo fluidas que deberían ser, pero se mostró convencido de que ambos acabarán alcanzando acuerdos, como ha sucedido en el pasado con otros líderes de ambos países.
"Todos tuvieron fuertes discusiones. Pero siempre siguieron el principio: Francia y Alemania deben encontrar compromisos para hacer avanzar a Europa sin descuidar al otro", afirmó Ayrault.
"Ahora debemos hablar sobre cómo vamos a estabilizar el euro y lograr un mayor crecimiento económico en Europa", sentenció el primer ministro francés.
Ayrault realizó estas declaraciones en su conferencia en el foro de liderazgo organizado por el diario alemán "Süddeutsche Zeitung", en la que aseguró que Francia y Alemania tienen una "especial responsabilidad" en la búsqueda de soluciones a la deuda, el paro y la falta de crecimiento.
"Es necesaria una mejor coordinación de las políticas económicas, más convergencia presupuestaria y fiscal, y también más cooperación en el impuesto a las transacciones financieras", aseguró horas antes de reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel.
Ayrault aprovechó también su discurso para marcar el tono de su visita a Berlín, asegurando que Francia tiene amigos y socios en los que confía. Y en primer lugar se encuentra Alemania".
Su entrevista con Merkel, a la que seguirá una rueda de prensa a las 16.00 GMT, buscar en efecto lubricar las relaciones entre ambos países, aquejadas de falta de sintonía desde que François Hollande llegó a la Presidencia francesa.
El jefe de Estado francés cuenta para ello con una baza especial, el primer ministro Ayrault, un estrecho aliado de Hollande que habla perfectamente alemán.
La agenda de la reunión estará marcada por el estancamiento de las negociaciones para cerrar los presupuestos europeos y por el frente más urgente de la crisis, de nuevo encarnado por Grecia.
Además, Ayrault, en una entrevista difundida hoy por el "Süddeutsche Zeitung", incidió en los puntos de vista comunes de París y Berlín: no dejar caer a ningún miembro de la eurozona -en referencia a Grecia- y que la solidaridad comunitaria debe ir de la mano de las reformas y ajustes.
"Los Gobiernos de Francia y Alemania están de acuerdo en no soportar el riesgo de dejar salir de la eurozona a los países que están en problemas. Esto va en interés de todos los europeos. Si no, corremos el riesgo (de sufrir) el efecto dominó", aseguró.
El primer ministro francés agregó que Europa significa solidaridad, entre otros valores, pero que "los países en crisis deben esforzarse por reformarse".
Ayrault lo resumió diciendo: "Solidaridad de un lado, reformas del otro lado", y apostilló que "ambas son difíciles" de practicar, en referencia tanto a los temores alemanes a comprometer demasiado dinero de sus contribuyentes como a los recortes en el sur de Europa.
No obstante, el jefe del gobierno francés reconoció que las relaciones bilaterales entre Merkel y Hollande no son todo lo fluidas que deberían ser, pero se mostró convencido de que ambos acabarán alcanzando acuerdos, como ha sucedido en el pasado con otros líderes de ambos países.
"Todos tuvieron fuertes discusiones. Pero siempre siguieron el principio: Francia y Alemania deben encontrar compromisos para hacer avanzar a Europa sin descuidar al otro", afirmó Ayrault.
"Ahora debemos hablar sobre cómo vamos a estabilizar el euro y lograr un mayor crecimiento económico en Europa", sentenció el primer ministro francés.
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