Economía

Especialistas prevén alto desempleo en el año

La balanza comercial de México con el exterior sumaría un déficit de 10 mil 707 millones de dólares en 2011

CIUDAD DE MÉXICO (03/ENE/2011).- El desempleo en el país se mantendrá en niveles elevados este año, en tanto la actividad económica reportará un comportamiento más estable, aunque inferior al logrado en 2010.

Los analistas entrevistados consideran que la economía mexicana se situará este año más próxima a su potencial, de 3.5%, pero el desempleo se mantendrá por arriba de los niveles previos a la crisis.

El consenso de las estimaciones de los analistas financieros arrojan un crecimiento del Producto Interno Bruto de México de 3.56% en 2011, tras un repunte de 5% en 2010 y el desplome de -6.5% reportado en 2009.

Los especialistas pronostican que este año se generarán 503 mil empleos formales inscritos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), menos que las 612 mil plazas estimadas para 2010.

En particular, en el primer semestre del año que inicia el desempleo será elevado, de tal forma que la tasa de desocupación abierta podría situarse en 6% de la fuerza laboral.

Para el cierre de todo 2011, la tasa de desempleo en el país se situaría en 5.8% de la Población Económicamente Activa (PEA), de acuerdo con las estimaciones de los analistas económicos.

Previeron que la economía perderá dinamismo en 2011 como resultado de la desaceleración externa, la limitada capacidad productiva interna y el poco margen de maniobra política en el país.

Asimismo, previeron que en 2011 el déficit del sector público repuntará al situarse en 2.29% del PIB, y descenderá en 2012 a 1.8% del PIB.

Los pronósticos de los analistas arrojaron también un precio del petróleo crudo de exportación de 75.3 dólares el barril en 2011 y de 77.3 dólares por barril en 2012.

En cuanto a los flujos de Inversión Extranjera Directa, los economistas previeron montos por 18 mil 892 millones de dólares este año y de 19 mil 869 millones de dólares el año entrante.

Las cuentas con el exterior se mantendrán en niveles manejables, con un déficit de cuenta corriente de 1.38% del Producto Interno Bruto (PIB) y una Inversión Extranjera Directa (IED) que sumará 18 mil 892 millones de dólares.

A detalle: Estimaciones


La actividad industrial crecerá  3.72%, respecto a la tasa de 6% de 2010, y se calcula la creación de 503 mil empleos inscritos ante el IMSS.

Se pronostica que el crecimiento de Estados Unidos avanzará 2.63% a tasa anual en 2011 y 3.28% para 2012.

En cuanto a la inflación, prevén una tasa de 3.83% para el índice general y de 4% para el subyacente.

Prevén un tipo de cambio de 12.54 pesos por dólar y que la tasa de referencia de Banxico se sitúe en cinco por ciento.

Escenario de la desaceleración


La desaceleración de la actividad industrial en la producción de vehículos y autopartes en Estados Unidos señala que la burbuja de oxígeno para el desempeño de las exportaciones mexicanas se encuentra en su última fase, salvo que exista una inusitada recuperación del empleo norteamericano y con ello en la expectativa que los consumidores tienen de su situación.

En este sentido no es de sorprender que la producción automotriz en México disminuya su ritmo de crecimiento. Además, no puede excluirse que la producción avocada al mercado interno tiene una dinámica más modesta, indicando con ello que la expansión de 2010 perdió vigor más rápidamente que en Estados Unidos, algo vinculado a la debilidad del mercado nacional.

Lo anterior constituye el primer indicio para conocer algunas de las razones del por qué 2011 arrojará cifras de crecimiento económico inferiores a las esperadas por el sector público. En el terreno de las manufacturas será la fabricación de equipo de cómputo y sus accesorios donde se debe observar la capacidad que tendrá Estados Unidos para mantener niveles de actividad similares a los de principios de 2010. Dado que en la fabricación de equipo eléctrico, electrónico y maquinaria mantienen un buen desempeño, en conjunto el escenario que ello plantea para México es el de una desaceleración industrial y no el de una caída como la de 2008.

Lamentablemente el entorno externo planteado no es el único que debe vigilarse. La Unión Europea vive una crisis fiscal y financiera que ha obligado a la implementación de fuertes programas de ajuste en Grecia, Reino Unido, España, Portugal, Italia y que ha demostrado que el sistema bancario de Irlanda no cuenta con la regulación y supervisión adecuadas. Alemania funciona como el motor de Europa, algo que da esperanza de que los riesgos económicos presentes puedan solventarse, aunque para ello pasarán al menos un par de años.

No obstante, el proceso que se instrumenta recuerda que los costos económicos y sociales de tales mecanismos siempre son elevados, América Latina es el mejor ejemplo, por lo que no puede pensarse que el mundo podrá mantener un desempeño económico similar al de 2010, particularmente para aquellos países y regiones que han apostado su salud económica al comercio exterior al mismo tiempo que sacrificaron su mercado interno. Delicado es el caso de naciones, como México, que centraron sus esperanzas en un solo país.

En el caso mexicano al contexto descrito se le debe agregar que los mecanismos internos que deberían compensar la desaceleración foránea no se han ni siquiera puesto a revisión. Erróneamente se piensa que el gasto del Gobierno será capaz de incentivar el crecimiento, situación que no ocurrirá por el hecho de que las necesidades de productividad, competitividad, creación de empleo y alza de los salarios no son cubiertas por el gasto público, al menos en la forma que se ejerce.

Como ejemplo se puede plantear a los salarios: nada en las erogaciones del sector público evitará que los salarios mínimos se incrementen únicamente en los dos raquíticos pesos diarios que les concedió una comisión que una vez más ha mostrado su inoperancia. Ese incremento ha sido rebasado antes de entrar en vigor por el aumento en la leche y la tortilla, o en lo prospectado para la gasolina, el consumo de agua y el transporte público.

Dado que cerca de seis millones de mexicanos reciben como pago a su trabajo un salario mínimo o menos, y que otros 10 millones perciben cuando mucho dos salarios mínimos, lo que puede asegurarse es que la desaceleración externa volverá a tomar mal parada a una economía mexicana sumida en el letargo de la falta de una planeación productiva con un contenido social.

JOSÉ LUIS DE LA CRUZ / Director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tec de Monterrey.
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