Economía
Bajan ganancias de industria restaurantera nacional
En los últimos 10 años, el porcentaje de utilidad sobre venta ha disminuido cerca de 30 por ciento
CIUDAD DE MÉXICO (21/ ENE/ 2011).- Factores como el alto costo de los insumos, la competencia del mercado formal e informal, así como el avance de las tecnologías y la imposibilidad de deslizar incrementos periódicos en el precio final a consumidores, han propiciado que el ramo restaurantero vea menores márgenes de ganancias en los últimos años.
Braulio Cárdenas Cantú, presidente de Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), comenta que en la última década las ganancias para esta industria disminuyeron debido a diversos factores, entre ellos, el alto costo de los alimentos.
En opinión de los analistas, diversas empresas del sector consumo tuvieron que resistir el impacto de los altos precios en los commodities alimenticios, sin afectar el precio que alcanzó al consumidor final.
“Definitivamente la competencia dentro del sector, el avance de las tecnologías, la saturación en los mercados que estamos viviendo también nosotros, ha hecho que todo el sector en general, ese margen de utilidad pues se vaya disminuyendo año con año”.
En el tercer trimestre de 2010, Grupo Alsea, el operador líder de comida rápida y casual en México, dijo que sus gastos de operación aumentaron como porcentaje de las ventas en 2.7% al pasar de 51.8% durante el tercer trimestre de 2009 a 54.5% durante el mismo periodo de 2010.
Lo anterior se debió, en menor medida, al aumento en el gasto publicitario como parte de la estrategia comercial para compensar la caída en el consumo de algunas de las marcas, y al aumento en los gastos relacionados con el costo de la energía eléctrica, diesel y gas, según el informe detallado que la empresa envió a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Por su parte, el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Francisco Mayorga Castañeda, aseguró que ante la crisis mundial por el aumento de precios en alimentos, México cuenta con varios factores que le permiten estar más tranquilo que otras naciones.
Así lo ven los analistas
IXE
De acuerdo con análisis de IXE Grupo Financiero, la industria de alimentos y bebidas en México es muy competida, pero dominada principalmente por informales.
El sector consumo es muy sensible a cambios en variables macroeconómicas, como la inflación. “El entorno de consumo en México, ha venido experimentando una coyuntura complicada, con un consumidor muy cauteloso”.
CEESP
Una de las mayores preocupaciones para las empresas proviene de las presiones inflacionarias generadas por los aumentos en los precios internacionales de las materias primas e insumos, los cuales podrían redundar en mayores aumentos de precios al consumidor, de acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Un posible incremento en los precios afecta principalmente a los segmentos de ingresos medios y bajos, situación que podría incidir negativamente en el poder adquisitivo de la población y por ende, en el consumo.
“Hay elementos que podrían reducir este impacto, como la apreciación del tipo de cambio, que como consecuencia de la elevada entrada de capitales al país podría llevar la paridad peso-dólar a niveles inferiores a los 12 pesos. Lo cual reduciría el costo de las importaciones de bienes de consumo y por lo tanto, abatiendo la posibilidad de elevados ajustes de precios al consumidor”.
Braulio Cárdenas Cantú, presidente de Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), comenta que en la última década las ganancias para esta industria disminuyeron debido a diversos factores, entre ellos, el alto costo de los alimentos.
En opinión de los analistas, diversas empresas del sector consumo tuvieron que resistir el impacto de los altos precios en los commodities alimenticios, sin afectar el precio que alcanzó al consumidor final.
“Definitivamente la competencia dentro del sector, el avance de las tecnologías, la saturación en los mercados que estamos viviendo también nosotros, ha hecho que todo el sector en general, ese margen de utilidad pues se vaya disminuyendo año con año”.
En el tercer trimestre de 2010, Grupo Alsea, el operador líder de comida rápida y casual en México, dijo que sus gastos de operación aumentaron como porcentaje de las ventas en 2.7% al pasar de 51.8% durante el tercer trimestre de 2009 a 54.5% durante el mismo periodo de 2010.
Lo anterior se debió, en menor medida, al aumento en el gasto publicitario como parte de la estrategia comercial para compensar la caída en el consumo de algunas de las marcas, y al aumento en los gastos relacionados con el costo de la energía eléctrica, diesel y gas, según el informe detallado que la empresa envió a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Por su parte, el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Francisco Mayorga Castañeda, aseguró que ante la crisis mundial por el aumento de precios en alimentos, México cuenta con varios factores que le permiten estar más tranquilo que otras naciones.
Así lo ven los analistas
IXE
De acuerdo con análisis de IXE Grupo Financiero, la industria de alimentos y bebidas en México es muy competida, pero dominada principalmente por informales.
El sector consumo es muy sensible a cambios en variables macroeconómicas, como la inflación. “El entorno de consumo en México, ha venido experimentando una coyuntura complicada, con un consumidor muy cauteloso”.
CEESP
Una de las mayores preocupaciones para las empresas proviene de las presiones inflacionarias generadas por los aumentos en los precios internacionales de las materias primas e insumos, los cuales podrían redundar en mayores aumentos de precios al consumidor, de acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Un posible incremento en los precios afecta principalmente a los segmentos de ingresos medios y bajos, situación que podría incidir negativamente en el poder adquisitivo de la población y por ende, en el consumo.
“Hay elementos que podrían reducir este impacto, como la apreciación del tipo de cambio, que como consecuencia de la elevada entrada de capitales al país podría llevar la paridad peso-dólar a niveles inferiores a los 12 pesos. Lo cual reduciría el costo de las importaciones de bienes de consumo y por lo tanto, abatiendo la posibilidad de elevados ajustes de precios al consumidor”.
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