Un hombre persiguió a Belen con todo de fuera
Una caminata matutina en Guadalajara para Belén se convitió en la pesadilla de un intento de violación
A Belén la persiguió un hombre con el pene por fuera en Guadalajara. Iba caminando y viendo su celular como cualquier joven cuando un hombre se creyó con el derecho de aparecerse frente a ella para violentarla.
Un domingo al mediodía en junio de 2021: Una camioneta siguió lentamente a Belén y se le emparejó por la izquierda mientras caminaba por una banqueta en la colonia Country Club.
--¿Disculpa, para llegar a Centro Magno?, le gritó una voz masculina desde una camioneta color arena.
Belén escribía en su teléfono y decidió no voltear, pues años atrás ya la habían acosado desde los autos cuando respondía a interrogantes similares. En esas dos ocasiones anteriores le preguntaron también desde el coche alguna dirección y, cuando volteaba, el hombre al volante estaba masturbándose.
Decidió ignorarlo
Por eso, cuando ese día le hablaron desde la camioneta siguió su camino sin mirar a la camioneta la ventanilla donde le hablaba aquel hombre. Ella cruzó una avenida y esperaba que él se fuera con todo y auto, que desapareciera entre los otros coches como le ocurrió en los eventos anteriores.
Por minutos ya no vio la camioneta que observó sólo de reojo, así que siguió respondiendo mensajes y continuó caminando.
Una cuadra más adelante, cuando pensó que ya se había ido, sintió que alguien la seguía a pie, ese alguien cruzó la calle y venía directo a ella, así que Belén guardó su teléfono, aceleró el paso y se cambió de acera.
No había gente en la calle donde caminaba porque era un fin de semana en la mañana.
El hombre se cruzó de nuevo a donde estaba ella y eso la hizo pensar lo peor, pero siguió caminando rápidamente esperando que cambiara de rumbo.
Corrió por su vida
Cuando ella volvió a voltear ya lo tenía atrás a un paso. Hasta en ese momento hiló la posibilidad de que fuera el mismo que le habló desde la camioneta unas cuadras atrás.
El joven que la siguió, de alrededor de 30 años, tenía el pene por fuera de su ropa y le dijo algo que ella no entendió, ni quería entender o escuchar. Ya estaba aterrada.
¿A la derecha o a la izquierda para salvarte?
Belén se puso en alerta máxima, miró a un lado y al otro, pero estaba justo en medio de la cuadra, daba igual correr para donde sea.
Lo ignoró y se dio la vuelta para caminar hacia el sentido opuesto de la calle esperando que él se fuera o que se quedara ahí, pero se le acercó más y quería tocarla.
Belén se mareó del miedo que sentía, sabía que estaba en riesgo y corrió ya con instinto de supervivencia. Otra vez esperaba que él se quedara atrás, pero ahora también la persiguió a alta velocidad. No podía creerlo, ¿qué se hace ante la determinación de alguien que quiere alcanzarte con su pene de fuera?, se preguntaba.
Un grito la salvó de una violación
Ya no pensaba con claridad y las piernas le temblaban. La banqueta con desniveles casi la hizo caer. Unos segundos y media cuadra después huyendo a toda velocidad, Belén llegó a una esquina rendida. Pensó que el hombre iba a violarla, que no podría hacer nada ante la fuerza de él y que nadie le ayudaría.
Lo que hizo como último recurso funcionó: Belén gritó con todas sus fuerzas y con toda la adrenalina que acumuló. Él frenó su paso brevemente, por lo que Belén volvió a gritar con el poco aire que guardaba en los pulmones después de tanto correr. El hombre se paralizó. No quería que el grito alertara a los vecinos.
Ese momento lo aprovechó Belén para dar vuelta en una esquina donde salió a una avenida. Ahí se sintió menos vulnerable porque ya pasaban automóviles y personas.
¿Ya estaba a salvo?
Ya no lo vio cuando dio vuelta. No llamó a la Policía porque lo que quería era irse de ahí, pero el miedo de la persecución traumática le duró varios días. Le daban fuertes palpitaciones cuando caminaba sola por las calles. Todavía cuando ve a alguien que se cambia de banqueta, ella se cruza para evitarlo o ingresa algún negocio para sentirse más segura.