Deportes
Yahel Castillo consigue la medalla del récord
El clavadista se cuelga la de bronce en trampolín tres metros, para lograr el mejor registro mexicano en un mismo Mundial
Castillo, medallista de bronce en los tres metros sincronizados en el pasado mundial de Shanghai junto con Isaac Sánchez, quedó tercero en la prueba individual y sumó en esta ocasión a los dos bronces conseguidos previamente por la pareja de Jahir Ocampo y Rommel Pacheco en los saltos sincronizados de tres metros, y Alejandro Chávez en el trampolín de un metro.
“Fue mi segunda medalla, pero esta sabe especial porque es solo mía”, dijo Castillo al confirmarse apenas el bronce por el videomarcador. “Fallé en el quinto salto, pero el último fue muy bueno y por suerte me lleve la medalla. Quiero agradecer a todos mis entrenadores y ahora toca celebrar con la familia”, expresó.
Castillo tuvo una puntuación final de 498.30. El oro fue para el chino He Chong con valoración de 544.95, mientras que la plata de la llevó el ruso Evgeny Kuznetsov con 508.00 puntos.
“Fueron seis clavados y nunca perdí la esperanza de que lo podía conseguir”, aseguró Yahel.
En su camino a la presea, Castillo Huerta dejó parciales de 88.40 (5154B), 76.50 (407C), 91.20 (109C), 85.75 (307C), 57.00 (205B), y 99.45 (5156B) a lo largo de las seis rondas de la competencia.
Al término de la quinta tanda el seleccionado olímpico se había alejado de la zona de medallas, al recibir calificaciones de 6.0 y 6.5 por su salto de dos vueltas y media atrás en posición B, para sumar 57.00 puntos, sin embargo, en su última ejecución, con 3.9 de grado de dificultad (el más alto de toda la prueba), dos y media vueltas al frente con tres giros en B, Castillo acechó los 100 puntos, lo cual le permitió colgarse el bronce.
“Todos los triunfos que he tenido los he disfrutado mucho, hoy se me permitió ganar esta medalla, me sabe a muchos sentimientos encontrados, pero a partir de mañana hay que concentrarse en el siguiente objetivo”, concluyó Castillo.
Paola y Laura pasan a la final
Las clavadistas mexicanas Paola Espinosa y Laura Sánchez avanzaron ayer a la final de trampolín de tres metros individual, que se disputa hoy en el Campeonato Mundial de Natación Barcelona 2013, en cuarta y octava posición, respectivamente.
Paola Espinosa, de 26 años de edad, se ubicó en el cuarto peldaño entre las 18 semifinalistas con una puntuación de 334.50 unidades, en tanto que Laura Sánchez, de 27 años, terminó en la octava plaza con 310.95.
La semifinal la dominaron las chinas Zi He, con 370 puntos, y Han Wang, con 362.40, seguidas de la canadiense Jennifer Abel (344.10).
LA CIFRA
11 medallas ha conseguido México en la historia de los Mundiales
PASO AL FRENTE
Su mejor actuación individual
Las mejores actuaciones de Yahel Castillo en la prueba individual en grandes competiciones habían sido un sexto puesto en el Mundial de Shanghai 2011 y en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. En los de Beijing 2008 obtuvo la séptima plaza.
FRASE
"La sufrí mucho (la medalla), pero hay que estar preparado para todo, tanto para estar arriba, como abajo".
Yahel Castillo, clavadista mexicano.
PERFIL
Del balón al bronce mundial en clavados
Hiperactivo y disperso ya desde bien chico, Yahel Castillo pensó más de una vez en dejar de dedicarse a los clavados y, persiguiendo el frustrado sueño paterno, centrarse en el futbol. Pero ayer su persistencia sobre el trampolín se vio ampliamente validada al asegurar la tercera medalla de bronce para México en el mundial de natación.
Castillo no era una apuesta segura para podio. Y no por falta de talento.
Nacido en Naucalpan (Estado de México) hace 26 años, se inició en los clavados a los ocho como condición innegociable para su readmisión a la escuela después de ser expulsado por sus constantes faltas de disciplina. Su mamá relató en su día como, ya de bebé, les robaba el biberón a otros retoños y él mismo explicó cómo, un cierto día, escondió unas cucarachas en el sándwich que habitualmente le hurtaban unos compañeros de clase.
Aunque de inmediato demostró cualidades sobre el trampolín, sus problemas de integración persistieron con algunos de sus compañeros de equipo, se sucedieron los problemas de disciplina pese a los éxitos en las competencias, y se ennegreció la leyenda sobre sus salidas nocturnas.
De temperamento fuerte e imprevisible, Castillo incluso amenazó con dejar para siempre el mundo de los clavados cuando se quedó fuera de la selección para los Juegos de Atenas y en otra instancia cuando, persiguiendo el sueño de su padre, intentó jugar al fútbol en las categorías inferiores del Atlas, donde coincidió con el hoy internacional tricolor Andrés Guardado.
Felizmente para los clavados de México, la hiperactividad y el insomnio de Castillo le empujaron a olvidar el balón y regresar a la piscina.
“Solo entrenábamos dos horas por la mañana y otras dos por la tarde. Me aburría, y por la noche, siempre que me dormía, pensaba en los clavados”, explicó Castillo, señalando que es en sus saltos aéreos donde más a gusto se encuentra: “Allí me siento solo y libre. Le he tomado mucho amor a los clavados. Es mi vida y quiero disfrutarlo al máximo cada día porque sé que no es para siempre”, dijo en Barcelona.
En la final, Castillo pareció haberse alejado del podio con ese quinto salto por debajo del nivel esperado, pero reaccionó en el último, puntuando en 99.45, y recuperó posición. “Falló el más fácil. Le dije que tenía que conseguir cien puntos en la sexta ronda, y me contestó que lo iba a conseguir, ¡Y ya viste lo poco que le faltó!”, se congratuló su entrenador, Jorge Carrión, quien matizó que su pupilo “sigue teniendo cosas de niño grandote”.
“Siempre fallo ese clavado”, remarcó irritado Castillo. “Ahora lo que quiero es regresar a México, descansar y empezar a entrenar otros más difíciles. Tenemos tres semanas de vacaciones: una será con mi familia, otra con mis amigos y la otra para estar solo y pensar qué voy a hacer el año que viene”.
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