Deportes
Vettel dice que sería genial correr en México
El tetracampeón afirma que su mayor motivación es hacer lo que le gusta
AUSTIN, TEXAS (13/NOV/2013).- Si lo viéramos en la calle sin conocerlo, sería sólo un joven más. Pero este alemán de 1.76 metros de altura ya ha escrito su nombre entre los mayores de la Fórmula 1 al ganar cuatro campeonatos consecutivos. Y Sebastian Vettel no parece haber terminado por ahí.
Un día antes del inicio de los entrenamientos para la carrera de este fin de semana, en Austin, Texas, Vettel, quien es también Director de Desempeño de Infiniti, hizo una breve pausa en Smyrna, Tennessee, para mostrar a un pequeño grupo de periodistas especializados un auto en el que él participó en el desarrollo, el Q50. Antes de subir a la pista y conducir mucho más allá del límite de cualquier mortal, con la tranquilidad de quien pudiera estar enviando textos por celular con una de las manos, Vettel demostró una enorme sencillez en una ronda de cerca de 20 minutos de cuestionamientos hechos por los medios de comunicación presentes.
Ante la incertidumbre sobre la realización o no de un gran premio en México en 2014, nos contestó: “Primero oí que sí íbamos a correr allá, luego que ya no. No sé si se hará o no, pero le pregunté a Sergio [ Pérez] sobre la ciudad y me dijo que allá vive una cantidad impresionante de personas, como 25 ó 30 millones, no me acuerdo. Pero sé que hay mucha afición y me encantaría correr cerca de tanta gente. Sería genial correr en México”.
La misma tranquilidad que se le ve en las pistas, demuestra en persona. No hubo preguntas que lo hayan hecho verse desequilibrado o buscando desesperadamente una respuesta, pero tampoco se le percibía un experto en esquivar cuestionamientos más difíciles. Dijo, por ejemplo, que no sabía por qué lograba salir tan rápido en las carreras, que simplemente intentaba concentrarse y hacer su mejor esfuerzo: “Parece que funciona”, dijo entre risas.
Vettel confesó que sus circuitos favoritos son el de Suzuka, en Japón, además de los circuitos callejeros. También dijo que cuando no está compitiendo en uno de ellos, conduce “como cualquier otra persona en las calles. Creo que puedo mezclarme muy bien. No me gusta el tránsito pesado, al igual que cualquiera, pero a veces hay que enfrentarlo. No soy muy paciente para esto”.
Con cuatro títulos en cuatro años, Sebastian Vettel, quien celebró su vigésimo sexto cumpleaños el 3 de julio pasado, dice que su motivación para el futuro no son los récords: “Me gusta hacer lo que hago. No puedo estar más feliz que cuando estoy en un auto de carreras. No lo hago por vencer o estar obsesionado con números”. Para los que vean en esas palabras una esperanza de que el reinado de este alemán termine pronto, Vettel deja en claro que esto no debe pasar: “El detalle es que no me gusta llegar en segundo. Mucho menos en tercero”. Dicho esto se levantó bajo aplausos de todos, caminó hacia fuera de la pequeña sala en el óvalo Nashville Speedway, puso su casco, entró en un Infiniti Q50 y fue hacer lo que sabe hacer como pocos: correr un auto, y rápido, más rápido que ninguno hoy en día. Y para el próximo domingo en Austin, no debemos esperar otra cosa de él.
Un día antes del inicio de los entrenamientos para la carrera de este fin de semana, en Austin, Texas, Vettel, quien es también Director de Desempeño de Infiniti, hizo una breve pausa en Smyrna, Tennessee, para mostrar a un pequeño grupo de periodistas especializados un auto en el que él participó en el desarrollo, el Q50. Antes de subir a la pista y conducir mucho más allá del límite de cualquier mortal, con la tranquilidad de quien pudiera estar enviando textos por celular con una de las manos, Vettel demostró una enorme sencillez en una ronda de cerca de 20 minutos de cuestionamientos hechos por los medios de comunicación presentes.
Ante la incertidumbre sobre la realización o no de un gran premio en México en 2014, nos contestó: “Primero oí que sí íbamos a correr allá, luego que ya no. No sé si se hará o no, pero le pregunté a Sergio [ Pérez] sobre la ciudad y me dijo que allá vive una cantidad impresionante de personas, como 25 ó 30 millones, no me acuerdo. Pero sé que hay mucha afición y me encantaría correr cerca de tanta gente. Sería genial correr en México”.
La misma tranquilidad que se le ve en las pistas, demuestra en persona. No hubo preguntas que lo hayan hecho verse desequilibrado o buscando desesperadamente una respuesta, pero tampoco se le percibía un experto en esquivar cuestionamientos más difíciles. Dijo, por ejemplo, que no sabía por qué lograba salir tan rápido en las carreras, que simplemente intentaba concentrarse y hacer su mejor esfuerzo: “Parece que funciona”, dijo entre risas.
Vettel confesó que sus circuitos favoritos son el de Suzuka, en Japón, además de los circuitos callejeros. También dijo que cuando no está compitiendo en uno de ellos, conduce “como cualquier otra persona en las calles. Creo que puedo mezclarme muy bien. No me gusta el tránsito pesado, al igual que cualquiera, pero a veces hay que enfrentarlo. No soy muy paciente para esto”.
Con cuatro títulos en cuatro años, Sebastian Vettel, quien celebró su vigésimo sexto cumpleaños el 3 de julio pasado, dice que su motivación para el futuro no son los récords: “Me gusta hacer lo que hago. No puedo estar más feliz que cuando estoy en un auto de carreras. No lo hago por vencer o estar obsesionado con números”. Para los que vean en esas palabras una esperanza de que el reinado de este alemán termine pronto, Vettel deja en claro que esto no debe pasar: “El detalle es que no me gusta llegar en segundo. Mucho menos en tercero”. Dicho esto se levantó bajo aplausos de todos, caminó hacia fuera de la pequeña sala en el óvalo Nashville Speedway, puso su casco, entró en un Infiniti Q50 y fue hacer lo que sabe hacer como pocos: correr un auto, y rápido, más rápido que ninguno hoy en día. Y para el próximo domingo en Austin, no debemos esperar otra cosa de él.
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