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María Espinoza no promete medalla

La doble medallista olímpica en Taekwondo no está presionada por conseguir el título mundial

PUEBLA, PUEBLA (18/JUL/2013).- Su semblante luce tranquilo, aunque denota un poco de impaciencia. Su mirada luce firme y fuerte; son sus ojos y el brillo especial que hay en ellos lo que pone al descubierto a la doble medallista olímpica.

Desde su recinto sagrado María del Rosario Espinoza nos abre las puertas para compartir los pensamientos que la invaden de cara a su debut en el Campeonato Mundial de Taekwondo Puebla 2013.

"El estar en casa nos da un plus que es la motivación de la gente, esperemos que nos apoyen y que haya buena vibra y eso nos ayude para hacer combates donde lleguemos al podio", son las primeras palabras de la sinaloense, quien hará vibrar el Centro Expositor este viernes cuando entre en acción.

A María no la presiona el hecho de competir en México, país que a lo largo de esta semana ha vivido de manera especial un evento que aún tiene reservadas algunas sorpresas.

"Hay competidores a los que el escenario y la gente los presiona, otros a los que los motiva, esperemos que a todos nos motive por igual y que eso sea el plus que necesitamos para tener buenos resultados.

"Nos hemos preparado fuerte para este Campeonato Mundial, sin duda con la buena participación de nosotros esperamos buenos resultados", señala la taekwondoín ganadora del bronce en el Abierto de Suiza, última competencia en la que estuvo antes de pisar el recinto poblano.

A pregunta expresa sobre sus posibilidades de subir al podio, Chayito -como la llaman amigos cercanos y familiares- se toma un tiempo, observa a su alrededor mientras reflexiona y después responde sin comprometerse.

"No te puedo hablar de cuántas medallas vamos a tener, pero lo que sí te puedo decir es que nos estamos preparando para conseguirlas".

Es un hecho que los amantes del taekwondo cuentan las horas para recibir entre aplausos y gritos de apoyo a María Espinoza, quien es la carta más fuerte de la delegación mexicana que participa en el certamen internacional.

María sonríe y despide confiada, mientras se dirige con el resto de sus compañeras. Se quita el dobok y lo guarda celosamente, pues la hora de lucirlo sobre el tatami se acerca; recuperar el Campeonato que obtuvo en 2007 es lo único que acapara su mente.

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