Deportes
La taekwondoín María Espinosa entrenó durante meses con hombres
Espinosa es campeona mundial en esta disciplina
taekwondo, aseguró hoy que entrenar durante meses contra hombres la ayudó a hacerse resistente al dolor y eso la hará muy fuerte en los Juegos Olímpicos de Pekín, en los que espera conquistar una medalla.
"Los golpes de ellos sí duelen y enfrentarlos me ayudó mucho porque tienen más potencia y se mueven más", explicó a Efe la peleadora que viaja hoy a Corea del Sur, considerada la meca del taekwondo, para allí hacer su último campamento de preparación.
A pesar de ser señalada como una de las esperanzas más fuertes de México para Pekín'08, a poco más de tres semanas de aparecer en los juegos, la atleta de la división pesada dice sentirse segura y persiste en su sueño de ganar medallas.
"Será una competencia dura. En los Juegos Olímpicos se fusionan dos categorías y yo estaré en la pesada contra rivales más grandes y fuertes, pero soy más veloz y puedo sacar provecho de mi rapidez", dijo.
La prueba de más de 67 kilogramos está programada para el 23 de agosto y hasta entonces, Espinosa reducirá el volumen de trabajo. En unos días terminará con sus sesiones de pesas y enfatizará más en la estrategia y mejora de la velocidad, algo que la ayudará para enfrentar a figuras de la talla de la china Chen Zhong, monarca mundial de peso pesado.
"Es corpulenta y será complicada, pero presto atención a las demás porque aspiro al oro y para eso debo derrotar a todas las rivales", explica.
José Luis Onofre, entrenador de la campeona, reconoce que Zhong y las demás jerarcas del peso grande son más fuertes, pero recuerda que María es campeona mundial y todas las rivales lo saben.
"La respetan como ella respeta a las demás, en eso estamos empatados", dijo.
Es una chica perseverante que confía sobre todo en sus fuerzas, pero llevará a China par de imágenes que le regalaron, una de la Virgen del Rosario, su segundo nombre, y otra de la de Guadalupe, la patrona de México.
"No me gusta pedirle, me las llevo para agradecer; que me bendigan y a lo que voy", dice con la seguridad de que no debe nada porque es la número uno del mundo y después de pelearse a patadas con hombres hasta 20 kilos más pesados, tiene los atributos para competir sin complejos.
MÉXICO, D.F.- La mexicana María del Rosario Espinosa, campeona mundial de
"Los golpes de ellos sí duelen y enfrentarlos me ayudó mucho porque tienen más potencia y se mueven más", explicó a Efe la peleadora que viaja hoy a Corea del Sur, considerada la meca del taekwondo, para allí hacer su último campamento de preparación.
A pesar de ser señalada como una de las esperanzas más fuertes de México para Pekín'08, a poco más de tres semanas de aparecer en los juegos, la atleta de la división pesada dice sentirse segura y persiste en su sueño de ganar medallas.
"Será una competencia dura. En los Juegos Olímpicos se fusionan dos categorías y yo estaré en la pesada contra rivales más grandes y fuertes, pero soy más veloz y puedo sacar provecho de mi rapidez", dijo.
La prueba de más de 67 kilogramos está programada para el 23 de agosto y hasta entonces, Espinosa reducirá el volumen de trabajo. En unos días terminará con sus sesiones de pesas y enfatizará más en la estrategia y mejora de la velocidad, algo que la ayudará para enfrentar a figuras de la talla de la china Chen Zhong, monarca mundial de peso pesado.
"Es corpulenta y será complicada, pero presto atención a las demás porque aspiro al oro y para eso debo derrotar a todas las rivales", explica.
José Luis Onofre, entrenador de la campeona, reconoce que Zhong y las demás jerarcas del peso grande son más fuertes, pero recuerda que María es campeona mundial y todas las rivales lo saben.
"La respetan como ella respeta a las demás, en eso estamos empatados", dijo.
Es una chica perseverante que confía sobre todo en sus fuerzas, pero llevará a China par de imágenes que le regalaron, una de la Virgen del Rosario, su segundo nombre, y otra de la de Guadalupe, la patrona de México.
"No me gusta pedirle, me las llevo para agradecer; que me bendigan y a lo que voy", dice con la seguridad de que no debe nada porque es la número uno del mundo y después de pelearse a patadas con hombres hasta 20 kilos más pesados, tiene los atributos para competir sin complejos.
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