Deportes

Cuando los otros festejan

El marcador sigue cero-cero; con un gol anulado de cada equipo

GUADALAJARA, JALISCO (08/ABR/2012).- En la primera mitad, la anulación de un gol para cada bando ha sido el motivo de los gritos en las gradas. En el fútbol sólo hay una cosa que se festeja igual que un gol: cuando le invalidan un gol al adversario.

Al minuto 20, el número 11 de las Águilas del América, Christian Benitez se levantó dentro del área chica, pero su brazo derecho se apoyó sobre un defensa del Guadalajara. La portería, ya sin arquero, recibía el balón. Y el moreno corría a festejar.

En ese momento el árbitro sonó el silbato. Pero no señaló el centro del campo, sino falta. El griterío en las gradas denotaban que en las butacas quizá haya más antiamericanistas que "chiva hermanos"

En el Clásico Nacional, las emociones han sido pocas, el partido ha sido ríspido y las decisiones del silbante, como es la costumbre en Marco Antonio Rodríguez, han sido más protagónicas que el mismo encuentro.

En las gradas hay pocos famosos. Muchos políticos. Y en la parte alta del estadio, pequeños huecos que seguramente la reventa dejó vacíos.

El ambiente se puso tenso cuando Benitez dio el cabezazo y el gol fue anulado. Pero más emoción hubo al de devolver el gesto.

Al minuto 35, en un tiro de esquina, el rebote le quedó a Héctor Reynoso. Disparó y el balón acarició las redes azulcremas. De nuevo el arbitro anuló la jugada, por una aparente falta del Cubo Torres.

Ahora, la alegría se convertía en rechifla. En coraje. En impotencia. "Chiquimarco, ya lárgate, vendido", gritaban unos. "Ulero, ulero", gritaron todos, al tiempo que volteaban a las pantallas donde se transmite el partido, para ver si el consorcio de Vergara les regalaba una repetición en video que les alimentara  el corazón para no dejar de gritarle a Rodríguez.

El partido se ha ido al descanso, y es tiempo de comer guasanas.

EL INFORMADOR / OMAR GARCÍA
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