Deportes
* Otra cara...
A propósito por Jaime García Elías
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Lo del resultado es obvio. Puesto que fue pobre la cosecha del “Tri” en el breve período en que se concedió el beneficio de la duda al capricho de algunos dirigentes, de poner al equipo nacional en manos de un técnico --Sven-Goran Eriksson-- desconocedor de las peculiaridades del futbol mexicano, desvinculado de la idiosincrasia de jugadores, críticos y aficionados, y desconectado del entorno geográfico del que surgen los adversarios naturales a la hora de las eliminatorias, México, en este momento, está metido hasta las orejas en el trance de remar contra la corriente.
Hoy, a pesar de que tendrá el handicap de jugar en corral ajeno, el seleccionado mexicano tiene la obligación de dejar constancia, en la práctica, de su teórica superioridad sobre su similar de El Salvador.
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Por otra parte, tanto el resultado que se consiga como el comportamiento que tenga el equipo nacional, sumados, deben ser factores determinantes para que el siguiente compromiso, ante Trinidad y Tobago, en México, se asuma sin dejar el mínimo margen para las dudas...
Especialmente ahora que Costa Rica, el miércoles, hizo el favor de demostrar que los estadounidenses podrán haber arrebatado a México la etiqueta de “El Coloso del Norte” en materia de futbol, pero aún no son invencibles, las cosas quedaron dispuestas para que los tricolores hagan por su causa.
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Tan importante como el resultado, sin embargo, es todo lo que el cuadro mexicano empiece a mostrar esta noche en el aspecto anímico...
Javier Aguirre, el técnico nacional que asume formalmente con el partido de hoy, no es ningún improvisado. Ya fue técnico exitoso con el Pachuca. Lo fue con la Selección... (aunque hay quien le siga cobrando la factura de una derrota ante Estados Unidos en el último compromiso en el Mundial asiático del 2002).
Lo fue con los dos equipos --Osasuna y Atlético de Madrid-- con los que hizo carrera en España.
Especialmente por su identificación con la materia prima, pues, y por el grado de madurez que seguramente ha alcanzado en los últimos años, habrá que esperar que, independientemente de los nombres en quienes recaiga la responsabilidad de reconciliar a los aficionados con “el equipo de todos”, el “Tri” empiece a mostrar esta noche, con El Salvador como sinodal, otro rostro: su verdadero rostro.
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