Cultura
Veinte años después, artistas renuevan el Muro de Berlín
Aunque los berlineses inicialmente se mostraron ansiosos de derribar el más detestado símbolo de la ciudad, en meses recientes ha habido un gran esfuerzo por restaurar la dilapidada sección de 1,3 kilómetros
Kriedner y 90 artistas del mundo se han reunido nuevamente para volver a pintar creaciones originales sobre los bloques de concreto, dándole nueva vida a imágenes erosionadas por la naturaleza las últimas dos décadas, en el trecho más largo que queda del muro que una vez dividió a la capital alemana.
``Esto es muy emotivo para mí'', dijo Kriedner, de 69 años, quien escapó de la Alemania comunista oriental a la occidental cuando joven. ``El Muro de Berlín representa la total falta de libertad que teníamos entonces''.
Aunque los berlineses inicialmente se mostraron ansiosos de derribar el más detestado símbolo de la ciudad, en meses recientes ha habido un gran esfuerzo por restaurar la dilapidada sección de 1,3 kilómetros (3/4 de milla) del muro, una importante atracción turística con 106 pinturas y graffitis distintos.
``El muro se ha ido pudriendo'', dijo Kriedner en un frío día de otoño reciente mientras le daba los últimos toques a su mural: un oscuro paisaje estéril con una explosión de pompas de jabón rosa y celeste, su interpretación de la promesa de los sueños socialistas chocando con la realidad.
``Para poder restaurarlo, tuvo que rasparse toda la obra de arte, el concreto se talló hasta su interior de acero, y entonces todo tuvo que volverse a colocar, pero esta vez con pinturas de acrílico a prueba de agua'', dijo el artista bávaro, quien agregó que ha estado trabajando en base a una foto de su pieza original para asegurar que la nueva versión sea lo más similar posible.
Kani Alavi, presidente de la Asociación de Artistas de la East Side Gallery, como se le conoce al tramo que queda del Muro de Berlín, ha sido el principal impulsor del trabajo de restauración que comenzó en octubre del 2008. Alavi ejerció por años presión para recolectar los 2,5 millones de euros (3,7 millones de dólares) de organismos municipales, estatales y federales necesarios para el trabajo. Esto incluyó espacio para los artistas, que por lo demás trabajaron gratis.
Del grupo de artistas inicial sólo cinco rechazaron la invitación a participar del proyecto de renovación. Seis murieron y sus murales han sido restaurados por otros artistas.
``Pensamos que era realmente importante recrear las pinturas porque ahora hay toda una nueva generación que ya no recuerda el Muro de Berlín original y los acontecimientos históricos que llevaron a la reunificación de Alemania'', dijo Alavi, un artista nacido en Irán que ya ha restaurado su propio mural de alemanes orientales cruzando por primera vez el Muro de Berlín la noche que se abrió la frontera.
El lado oeste del muro fue cubierto con graffiti durante las décadas que siguieron a su levantamiento el 13 de agosto de 1961. El lado este se mantuvo estéril, desolado y custodiado por policías fronterizos. Sólo tras la caída del muro un grupo de artistas de Berlín decidió decorar el tramo, en el primer proyecto de arte conjunto de la otrora dividida ciudad.
Llamaron a artistas de todo el mundo para que se les unan expresando sus sentimientos en pintura y color sobre lo que antes era intocable.
``No teníamos nada, sólo pintura barata y brochas, pero estábamos tan eufóricos por todos los cambios históricos y queríamos expresarlo en nuestras pinturas'', dijo Alavi, según el cual los murales muestran la felicidad y esperanza de superar la injusticia que la gente creyó era posible en el momento.
Desde entonces, la contaminación, el clima y el tiempo convirtieron famosas imágenes como la del beso comunista fraternal entre el líder de la Alemania Oriental Erich Honecker y el líder soviético Leonid Brezhnev en un retrato triste, con pronunciadas grietas en el concreto y grandes trozos de pintura descascarándose.
Y entonces llegaron personas que en busca de un souvenir arrancaban trozos de las obras o garabateaban sus nombres y mensajes sobre las mismas.
La galería recibió el estatus de monumento histórico en 1991. Pero pese a nuevas señales pidiendo a los visitantes que no alteren las nuevas pinturas, no se sabe si el nuevo arte se mantendrá libre de graffiti, vandalismo o cazadores de un souvenir.
A algunos, empero, no parece importarles esa posibilidad.
Julie Zinser, una turista de Riverside, California, que paseaba por el lugar, dijo que le encantaban las pinturas pero que los nuevos colores brillantes las hacían lucir menos auténticas.
``Parece como si la belleza arenosa de esta ciudad se perdió un poco'', dijo Zinser. Y entonces posó para una foto con sus dos hijas.
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