Cultura
Un palomazo literario en la FIL
En 2010 llegó a México esta actividad, cuyo objetivo es fomentar la lectura a través de espectáculos
GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2012).- El silencio del salón se rompe cuando retumban risas disparejas, que le dan algo de color a este foro a oscuras en la FIL. En la atmósfera de suspenso, los asistentes no mueven sus ojos fijos en la pantalla, en la que se leen líneas escritas improvisadamente, en tiempo real, por los autores Paola Tinoco y Antonio Ortuño; luego, cualquiera que tenga ganas de exhibir su habilidad narrativa podrá hacerlo.
Las intervenciones van por turnos, primero los escritores Tinoco y Ortuño, y después los atrevidos del público. Esta dinámica se toma de las sesiones de improvisación musical con participación colectiva; en ambientes populares, hay quienes se refieren al jam, como "palomazo".
Y se arma el "palomazo" de letras, en su tercera edición en la FIL. "Todo comenzó a terminar el día en que abrí su computadora por curiosa", son las primeras líneas del relato, que posteriormente alude a Daniel Sada, autor de "El lenguaje del juego", como un tipo parecido a James Bond, pero más interesante.
Así como la referencia a Sada, la historia se teje con títulos de obras de Homero Aridjis, Sandra Lorenzano, J.M. Servín y otro puño de autores del Círculo Editorial Azteca, que apoya al Jam de Escritura, un movimiento independiente que hoy tiene espacio en la FIL.
En la sala se escucha el "taca, taca" de los dedos que golpean el teclado de una computadora, con un acompañamiento musical del DJ Lumenlab, quien agrega sonidos de la vertiente electrónica "ambient" para incrementar el contexto de temor, desesperación, humor y más, según tome forma la historia.
Hasta el momento no se ha mencionado una palabra hablada. Comienza la primera osada del público, a exponer sus letras, y probablemente su ropa: una blusa verde de cuello de tortuga; pero no más, los de acá, en los asientos, no alcanzan a descubrir de la participante más allá de lo que dice su texto.
Así, sube al estrado, para el escritor en turno, quien se aplica en levantar la mano, o en adelantarse e ir directamente a la computadora. A la cuarta oportunidad de intervención, ya hay cinco personas con ánimos de competir para participar.
La tecnología traiciona, y las ideas también. Entonces, son varias veces las que la narración sufre deformaciones, por el corrector de palabras automático, o por la ubicación equivocada del cursor, o bien, por esa actitud de anótalo y táchalo que toma el escritor en turno; pero el DJ tiene acompañamiento hasta para los momentos más incómodos, y lo autores tienen improvisación hasta para los ratos de necedad de las letras, "(Tiene vida propia esta computadora)", justifica en la pantalla una participante.
Cambia la modalidad del "palomazo" y se rompe el silencio. A partir de este joven de cabeza rapada las intervenciones serán dictadas desde el micrófono. "Pero no tan rápido, por favor", para que Tinoco y Ortuño alcancen a escribir.
Bryce Echenique, Anonymus, torta ahogada, camionetas en los Arcos del Milenio, chilaquiles y mezcal son algunos componentes en la historia, cuya trama es tan variada, con temáticas tan diversas, como mentes participen en construirla.
En esta dinámica del Jam de Escritura, son alrededor de diez personas que teclean, a quienes se les entrega un libro a modo de "soborno", como se advirtió en la pantalla al inicio de la sesión.
"Gracias a los nuevos escritores que aquí nacieron. FIN", se lee en la proyección y termina el "palomazo" literario, traído a México en 2010 por la argentina Tai La Bella Damsky, con el objetivo de fomentar la lectura a través de espectáculos.
Para saber
El Jam de Escritura nace hace seis años en Buenos Aires, con la dinámica tomada de los "jam session", reuniones de músicos improvisadores, realizadas a partir de los años 50. Actualmente, este proyecto se ejecuta en Colombia, Venezuela, España y México, aquí es donde más asistentes acuden, informa Damsky, la productora en este país.
EL INFORMADOR / ALEJANDRA PEDROZA
Las intervenciones van por turnos, primero los escritores Tinoco y Ortuño, y después los atrevidos del público. Esta dinámica se toma de las sesiones de improvisación musical con participación colectiva; en ambientes populares, hay quienes se refieren al jam, como "palomazo".
Y se arma el "palomazo" de letras, en su tercera edición en la FIL. "Todo comenzó a terminar el día en que abrí su computadora por curiosa", son las primeras líneas del relato, que posteriormente alude a Daniel Sada, autor de "El lenguaje del juego", como un tipo parecido a James Bond, pero más interesante.
Así como la referencia a Sada, la historia se teje con títulos de obras de Homero Aridjis, Sandra Lorenzano, J.M. Servín y otro puño de autores del Círculo Editorial Azteca, que apoya al Jam de Escritura, un movimiento independiente que hoy tiene espacio en la FIL.
En la sala se escucha el "taca, taca" de los dedos que golpean el teclado de una computadora, con un acompañamiento musical del DJ Lumenlab, quien agrega sonidos de la vertiente electrónica "ambient" para incrementar el contexto de temor, desesperación, humor y más, según tome forma la historia.
Hasta el momento no se ha mencionado una palabra hablada. Comienza la primera osada del público, a exponer sus letras, y probablemente su ropa: una blusa verde de cuello de tortuga; pero no más, los de acá, en los asientos, no alcanzan a descubrir de la participante más allá de lo que dice su texto.
Así, sube al estrado, para el escritor en turno, quien se aplica en levantar la mano, o en adelantarse e ir directamente a la computadora. A la cuarta oportunidad de intervención, ya hay cinco personas con ánimos de competir para participar.
La tecnología traiciona, y las ideas también. Entonces, son varias veces las que la narración sufre deformaciones, por el corrector de palabras automático, o por la ubicación equivocada del cursor, o bien, por esa actitud de anótalo y táchalo que toma el escritor en turno; pero el DJ tiene acompañamiento hasta para los momentos más incómodos, y lo autores tienen improvisación hasta para los ratos de necedad de las letras, "(Tiene vida propia esta computadora)", justifica en la pantalla una participante.
Cambia la modalidad del "palomazo" y se rompe el silencio. A partir de este joven de cabeza rapada las intervenciones serán dictadas desde el micrófono. "Pero no tan rápido, por favor", para que Tinoco y Ortuño alcancen a escribir.
Bryce Echenique, Anonymus, torta ahogada, camionetas en los Arcos del Milenio, chilaquiles y mezcal son algunos componentes en la historia, cuya trama es tan variada, con temáticas tan diversas, como mentes participen en construirla.
En esta dinámica del Jam de Escritura, son alrededor de diez personas que teclean, a quienes se les entrega un libro a modo de "soborno", como se advirtió en la pantalla al inicio de la sesión.
"Gracias a los nuevos escritores que aquí nacieron. FIN", se lee en la proyección y termina el "palomazo" literario, traído a México en 2010 por la argentina Tai La Bella Damsky, con el objetivo de fomentar la lectura a través de espectáculos.
Para saber
El Jam de Escritura nace hace seis años en Buenos Aires, con la dinámica tomada de los "jam session", reuniones de músicos improvisadores, realizadas a partir de los años 50. Actualmente, este proyecto se ejecuta en Colombia, Venezuela, España y México, aquí es donde más asistentes acuden, informa Damsky, la productora en este país.
EL INFORMADOR / ALEJANDRA PEDROZA
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