Cultura
Un Riñón de cerdo para celebrar
La Casa Suspendida y La Nada Teatro festejan sus aniversarios con una obra
GUADALAJARA, JALISCO (18/OCT/2013).- La Casa Suspendida y la compañía La Nada Teatro se unen para festejar sus aniversarios. En esta ocasión no servirán pastel, habrá Riñón de cerdo para el desconsuelo, claro, sobre el escenario. La
obra de Alejandro Ricaño, bajo la dirección de Miguel Lugo, celebra el acto creativo y la confabulación para sacar a flote un proyecto teatral, justo como estas dos empresas lo han hecho dentro del teatro independiente jalisciense. El estreno es hoy a las 20:30 horas en el foro ubicado en Avenida Alcalde No. 830.
La Casa Suspendida conmemora seis años de actividad, en tanto que La Nada Teatro festeja nueve años de su surgimiento; pero el festejo se centra en la colaboración que han mantenido.
El actor Jesús Hernández se suma a la fiesta interpretando el papel de Gustave en la obra, ya que, de acuerdo con el director, la selección de esta obra resultó una “oportunidad ideal para reunir a dos de los mejores actores de esta ciudad en un mismo escenario”.
El otro talento es la también directora de La Casa Suspendida, Sara Isabel Quintero, quien no había estado bajo la dirección de Lugo desde hace tres años, cuando montaron La señora Klein.
Riñón de cerdo para el desconsuelo cuenta la historia de Gustave y Marie, una pareja disfuncional en la Francia de los años cuarenta. Él vive obsesionado con el escritor Samuel Beckett, puesto que compara su producción literaria constantemente con la de este autor. Sin embargo, un día se encuentra con una de las obras más celebradas del irlandés, Esperando a Godot, y arrastrará a Marie en una serie de decisiones para preservar la majestuosidad de dicha obra.
Jesús Hernández añade que a él le interesó el montaje al ver que tocaba temas vitales como la relación de pareja de quienes aman lo mismo y se aman entre sí. Por su parte, Sara Isabel Quintero señala que le atrajo la manera en que se presenta la relación, bien impuesta por los diálogos que presentan cambios emocionales constantes, pues exige una energía marcada en la técnica actoral.
“Es una mujer que parece tener poco seso, que vive inmersa en una misoginia aplastante, humillante, pero creo que a Marie la mantiene un enorme amor y solidaridad por Gustave. Se pone de pechito y de tapete para que él haga lo que tiene que hacer, pues lo considera un genio. Finalmente ambos personajes dependen el uno del otro”, dice Quintero sobre su personaje.
EL DATO
La música
La obra también contará con musicalización original, a cargo de Kenji Kishi, quien investigó la música francesa de la época. “Detecté cierta melancolía en el guión e intenté mantenerlo en una música de época, sin elementos modernos”, explica el músico. De este proceso de investigación surgió un tema con letra que fue el detonante para las pequeñas seis piezas que conforman la obra. La composición se realizó para seis instrumentos: melodeón, clarinete, contrabajo, piano, guitarra y efectos sonoros.
La Casa Suspendida conmemora seis años de actividad, en tanto que La Nada Teatro festeja nueve años de su surgimiento; pero el festejo se centra en la colaboración que han mantenido.
El actor Jesús Hernández se suma a la fiesta interpretando el papel de Gustave en la obra, ya que, de acuerdo con el director, la selección de esta obra resultó una “oportunidad ideal para reunir a dos de los mejores actores de esta ciudad en un mismo escenario”.
El otro talento es la también directora de La Casa Suspendida, Sara Isabel Quintero, quien no había estado bajo la dirección de Lugo desde hace tres años, cuando montaron La señora Klein.
Riñón de cerdo para el desconsuelo cuenta la historia de Gustave y Marie, una pareja disfuncional en la Francia de los años cuarenta. Él vive obsesionado con el escritor Samuel Beckett, puesto que compara su producción literaria constantemente con la de este autor. Sin embargo, un día se encuentra con una de las obras más celebradas del irlandés, Esperando a Godot, y arrastrará a Marie en una serie de decisiones para preservar la majestuosidad de dicha obra.
Jesús Hernández añade que a él le interesó el montaje al ver que tocaba temas vitales como la relación de pareja de quienes aman lo mismo y se aman entre sí. Por su parte, Sara Isabel Quintero señala que le atrajo la manera en que se presenta la relación, bien impuesta por los diálogos que presentan cambios emocionales constantes, pues exige una energía marcada en la técnica actoral.
“Es una mujer que parece tener poco seso, que vive inmersa en una misoginia aplastante, humillante, pero creo que a Marie la mantiene un enorme amor y solidaridad por Gustave. Se pone de pechito y de tapete para que él haga lo que tiene que hacer, pues lo considera un genio. Finalmente ambos personajes dependen el uno del otro”, dice Quintero sobre su personaje.
EL DATO
La música
La obra también contará con musicalización original, a cargo de Kenji Kishi, quien investigó la música francesa de la época. “Detecté cierta melancolía en el guión e intenté mantenerlo en una música de época, sin elementos modernos”, explica el músico. De este proceso de investigación surgió un tema con letra que fue el detonante para las pequeñas seis piezas que conforman la obra. La composición se realizó para seis instrumentos: melodeón, clarinete, contrabajo, piano, guitarra y efectos sonoros.
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