Cultura
Simón Bolívar sigue en la batalla
El escritor colombiano considera que la unión continental sigue vigente y es necesaria para combatir problemas como la violencia y el narcotráfico
Todas estas características del insurgente son las que cautivaron a William Ospina para escribir el ensayo En busca de Bolívar, que presentó ayer en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la cual visita por tercera ocasión (en 2009 presentó El país de la canela y, en 2008, Auroras de sangre).
Lo más importante es revisar el pasado para afrontar los retos del presente, explica Ospina (Tolima, 1954), uno de los escritores más destacados de la literatura colombiana posterior al boom de los años sesenta, y que coordinó en su país los festejos del Bicentenario.
—¿Cuáles eran tus preguntas antes de empezar a escribir de Bolívar?
—Quería entender qué hizo que Bolívar fuera uno de los luchadores más radicales, que siempre se volvía a alzar después de cada derrota, concibiendo un sueño cada vez más ambicioso. Yo tenía preguntas políticas pero también psicológicas del personaje, de su dinámica humana sobre su energía, su capacidad para recorrer leguas y leguas, de librar una batalla y de aún tener energía para después bailar toda la noche… quería saber de dónde sacaba tanta obstinación, energía, convicción. No estoy seguro de tener respuestas, pero ha sido maravilloso ser testigo de todo ese movimiento humano.
—¿Qué lleva a Bolívar a soñar con la libertad de los pueblos?
—En él se conjugaron muchas cosas y pasa con estos grandes personajes: la muerte temprana de su madre y de su padre, se crió con esclavos, pudo frecuentar la Corte de pequeño y perdió el temor reverencial, tuvo cercanía con las ideas de la Ilustración… Todo eso se sumó para ser tan complejo y con una relación tan rica y diversa entre su psicología personal y sus posibilidades históricas; había insatisfacción, energía, radicalidad, expresividad y, a la vez, don de mando, un carisma extraordinario, capacidad de convertir ideas en propósitos, adecuado para el momento histórico que se le presentaba. Es como cuando la semilla cae en el surco.
—¿Bolívar te permite entender mejor Latinoamérica?
—Lo que para mí es más interesante de esa generación es que estaban conscientes de la realidad: eran hombres de su tiempo y conocían los desafíos de la época. Eso nos llevó a ser pioneros en la lucha contra el colonialismo y eso es muy notable. Por otro lado, de Bolívar surgió el sueño de fundar repúblicas, cuando apenas se abría camino en Europa. Consiguieron el sueño de la república, la democracia y la igualdad, aunque era más difícil hablar de esto último en América que en Europa.
—Algunos historiadores explican, tal vez de manera simplista, que lo que no se terminó de resolver de la Independencia es lo que nos tiene ahora en contextos violentos.
—Es posible, en algunos aspectos. Pero no perdamos de vista que la fuente principal de esta violencia es el narcotráfico, la prohibición de la droga y una lucha equivocada, planteada desde un asunto de militar y no desde la salud pública
—¿Qué rescatas de Bolívar en este momento histórico?
—Tal vez la propuesta más vigente es la de la unión continental. Eso lo hace un personaje mucho más actual que otros de América del Sur, porque Bolívar tiene que decirle cosas a nuestro presente y la unión latinoamericana es importante. Esto era importante en aquel tiempo para expulsar a los españoles y para competir con los grandes imperios. Y ahora se ha cumplido el miedo de Bolívar de que la fragmentación nos dejaría débiles en comparación con grandes poderes del mundo. ¿En qué ayudaría la unión continental? Un ejemplo es que no se puede legalizar la droga si no hay un gran acuerdo mundial, que tendría que echar a andar América Latina si estuviera unida. El gran mal de la época es el problema de las drogas, porque sin violencia sería más fácil enfrentar otras dificultades.
—¿Percibes que, como en Colombia, la violencia influye en los autores de México?
—Creo que todos estamos influidos por el entorno. Y, aunque no escribo del narcotráfico y la guerrilla y trato de no quedar atrapado en la telaraña de las noticias, no ignoro que todo está afectado por ese clima social. Yo escribo del siglo XVI, lo cual no significa que no me pregunte cosas de hoy. Creo que sólo hablamos del pasado desde las preguntas del presente.
Se ha cumplido el miedo de Bolívar de que la fragmentación nos dejaría débiles. No se puede legalizar la droga si no hay un gran acuerdo mundial, William Ospina, escritor colombiano
Síguenos en