Cultura

Se realizan trabajos de recuperación en zona arqueológica

Se han encontrado edificios y figurillas, y una gran cantidad de entierros humanos

CIUDAD DE MÉXICO.- Desde 1990, el gobierno del  Estado de México y el Instituto Mexiquense de Cultura han realizado múltiples trabajos de recuperación en la zona arqueológica de San Miguel Ixtapan, localizado en el municipio de Tejupilco, y se han obtenido resultados sumamente satisfactorios.  

Asimismo se cuenta con un museo de sitio que invita al visitante a realizar un recorrido imaginario, a través del tiempo.  

San Miguel Ixtapan se encuentra a 115 kilómetros de Toluca, capital del estado, bien puede ser una pequeña ciudad que aún está perdida, pero también podría ser el plano hecho maqueta de una urbe  por construir.  

Los especialistas no se inclinan ni por una, ni por otra:se trata de un modelo, en el cual confluyen un monumento en el que se idealizaron los rasgos arquitectónicos vigentes de aquel momento.  

Una cosa es clara, la importancia que daban sus pobladores al juego de pelota, pues se aprecian varios espacios para este ritual.  

El nombre del lugar significa Iztatl-sal y pan- lugar (Lugar en donde hay sal), hace referencia a la importancia que la explotación de este recurso natural tenía desde la época prehispánica, debido primordialmente a la existencia de pozos de agua salitrosa cercanos al municipio.  

Actualmente, aunque en mínima escala, continúa el beneficio de la sal.Lo primero que se distingue en esta zona arqueológica es una enorme construcción en ruinas, desde donde se puede apreciar una enorme cancha de un juego de pelota.  

Con un espacio central, de unos 50 metros de largo por siete de ancho y los cabezales tienen alrededor de 15 metros. Hasta el momento no sólo se han encontrado edificios y figurillas, sino también una gran cantidad de entierros humanos.  

Aunque el camino es largo, para llegar a la zona arqueológica de San Miguel Ixtapan, en Tejupilco, resulta gratificante arribar a este lugar que desprende pureza y tranquilidad y en donde, casi sin quererlo, los recuerdos prehispánicos llegan a la mente.  

A la derecha del resto de las ruinas, se observan dos montículos de tierra enormes, que ocultan otras tantas ruinas prehispánicas.  

Encima hay dos cuartos y uno de ellos está cubierto por una plancha de estuco, el cual probablemente sirvió para que el señor principal del lugar reposara. A este lugar se le conoce como el "Recinto de la banqueta".  

Enseguida se encuentra el "Recinto de las esculturas", llamado así porque en este lugar se encontró la mayoría de las figurillas que se exhiben en el museo de sirio de esta zona arqueológica y que están elaboradas en basalto y piedra verde.  

Muchas están cubiertas por estuco, tal vez para preservarlas de la destrucción, debido a las invasiones que lo habitantes sufrieron con la ocupación mexica.  

Al fondo de uno de los montículos se aprecia el "Patio hundido", utilizado hace cientos de años para hacer rituales y ofrendas: ubicada estratégicamente para que los asistentes se concentren en ella se encuentra una piedra de sacrificios.  

Cabe señalar que un pequeño nicho alberga la escultura de Tláloc, dios del agua, muy importante en esta zona en donde la siembra de maíz, otros productos y la recolección de sal eran las principales fuentes de ingreso de la zona.  

Aún hoy, aunque sólo a principios de cada año, los pobladores van al río Aquiagua para repetir, con los mismos métodos milenarios, el ritual de la extracción de la sal.  

Los investigadores han llamado "La maqueta", a un afloramiento rocoso que parece el trazo arquitectónico de una ciudad, se trata de una gran roca en donde fue tallada una ciudad, pero la incógnita es: ¿qué ciudad?.  

Bien puede ser una ciudad que aún se encuentre perdida; pero también puede ser el plano hecho maqueta de una urbe por construir.  

Los especialistas no se inclinan ni por una, ni por otra: se trata de un modelo, confluyen, de ciudad: un monumento en el que se idealizaron los rasgos arquitectónicos de aquel momento, inculso se aprecian varios espacios en forma de canchas de juego de pelota.  

Para terminar una visita a esta zona arqueológica no pude faltar el museo de sitio que, desde que fue abierto en 1995 por el Instituto Mexiquense de Cultura, alberga las piezas encontradas en este lugar, figurillas que representan a mujeres, algunas embarazadas, que datan desde el 800 a.C. al 200 d.C.  

El museo tambiém resguarda otras del período de esplendor, ubicado a partir del 750 y hasta el 900 d.C. Vasijas, representaciones de deidades, plumajes y el esqueleto de un hombre importante, que se exhibe tal y como fue encontrado en uno de los montículos exteriores.  

La zona arqueológica de San Miguel Ixtapan se localiza a 15 kilómetros de Tejupilco, y a 115 kilómetros de Toluca, a través de la carretera Tejupilco-Amatepec.  
Síguenos en

Temas

Sigue navegando