Cultura
Sara Isabel Quintero: Volver a la sociedad
Con más de 35 años metida en los escenarios, a esta actriz y promotora cultural, dueña de La Casa Suspendida, le intriga la formación de públicos
GUADALAJARA, JALISCO (28/JUL/2012).- Sara construye lo posible, y entre sus cimientos se encuentra la actuación. Tiene un teatro, La Casa Suspendida (Avenida Alcalde 830). Y esto en una ciudad, donde la proyección de lo escénico sigue prácticamente en pañales. Es absurdo. Es increíble. Y la verdad, es muy loable. La cosa no es solo de talento, si no también de resistencia. Y la lucha teatral cansa en el discurso pero en Quintero se antoja más una labor inevitable y sobre todo lúdica, como los suelos de su espacio que más que ladrillos tienen poemas.
Suma más de 35 años metida en los escenarios, y ha trabajado —en diferentes volúmenes— con maestros como Luis de Tavira, Pepe Caballero y Alejandro Luna. Actualmente hay quienes están persuadidos de que Sara es la mejor directora de Guadalajara. Por lo pronto presenta Humo de Beleño obra de Maribel Lázaro. Su trabajo no solamente ha sido importante sobre los escenarios, si no también como formadora de artistas en instancias como el CEDART o La Escuela de Teatro de Xalisco.
En esta conversación habla del teatro y de los enfoques con que mira una realidad inmediata, politizada y hasta cierto punto trágica. ¿Qué tanto el teatro habla hoy mismo a la sociedad? Y esta sociedad, cómo se ha ido transformando. Como punto de arranque la voz de Sara se une a la de muchos, los jóvenes de este país están sacando la casta, señala, la dramaturgia no pone los acentos en las íes y Jalisco tiene un teatro desarticulado. “El teatro necesita volverse a enfrascar con sus creadores en cada espacio donde esté y volver a relacionarse con un conjunto social” señala. “Hay que instrumentar la conciencia de lo que hacemos”.
—¿Dónde sitúa el poder de los jóvenes en el mundo?
—En el ejercicio de la conciencia. En la libertad. Son generaciones que se asumen libres y por lo tanto pueden expresar(...) Los sitúo como una verdadera esperanza. A mí me alienta mucho verlos con ese compromiso, esa seriedad, esa organización horizontal que los vulnera muchísimo(...) La primera vez —en el 68— no pudo ser, ahora no los han reprendido de la manera en la que yo tengo recuerdos vagos pero, cuánto va a durar esto en lo más puro de la esencia...
—¿Y dónde sitúa el poder del teatro frente a esto?
—El poder del teatro es la obligación. A mi sí me gustaría que de repente nuestros dramaturgos pusieran el punto en la i, que no hablaran tan metafóricamente y pudiéramos tener textos que nos convoquen en una sala teatral para reflexionar sobre lo que nos pasa como ciudadanos de Guadalajara, del barrio en concreto. Que nos identifiquen con sus temas(...)
—Hemos traspasado la era de la información, el mundo virtual ¿Y ahora? ¿Para qué vamos al teatro?
—El lenguaje y la forma también se alteran pero vamos a lo mismo, vamos a recurrir, vamos a pensar, a divertirnos, vamos a construir mundos análogos.
—¿Dónde ubica el teatro jalisciense en territorio nacional?
—Diseminado, poco promovido, hay teatristas en su trinchera tratando de articular diálogos con otras entidades de la república teatral(...) El teatro desde siempre y para siempre necesita de un benefactor, un aval, necesita de alguien que se comprometa a difundirlo y promoverlo, como le quieras llamar según las épocas. Creo que en todo el país, pero especialmente en Jalisco, esa labor que corresponde al Estado no está hecha ni comprometida y seguimos haciendo todo a contracorriente.
—Dice Peter Brook que la catarsis es un concepto que hemos comenzado a olvidar ¿La gente hoy está dispuesta a la catarsis?
—No estar dispuestos a la catarsis es como hacer el amor y no estar dispuesto al orgasmo, así de sencillo. Es estar anestesiado. La catarsis es un esfuerzo liberador, porque hay que invertirle. La voluntad del espectador, tiene que ser activa para que eso suceda. No es un fenómeno que nada más habite en el actor.
—¿Cree que el teatro y el cine se han acercado?
No hay manera de que sean equivalentes, no es ningún objetivo hacerlos equivalentes. El teatro es un hecho vivo y el cine no podrá dar esa posibilidad...
—¿Creeque el teatro se alejó de los clásicos?
—No. En el teatro ya todo está escrito.
—¿Qué tiene de tragedia griega el regreso del PRI a los Pinos?
—Que el PRI esté diciendo que no van a ceder ante presiones, ni marchas, ni protestas ni nada... ¡ah caray!
—De Sabina Berman a LEGOM que hay en medio...
—No sé si la pregunta me la pudieras hacer en diez años... De Sabina Berman a.... qué hay en medio. Los que tienen que estar. Eso sí... cómo pueden movilizar al público me importa más que cómo movilizan una redacción de una revista de dramaturgia...
—¿Cree en la división de las artes?
—No, el teatrero se ve obligado a incorporarlas. Yo tengo una resistencia especial para ir al cine, no me gusta el formato, la convención. Me cuesta trabajo ser disciplinada y ver una película sin interrupcion y una obra no me cuesta trabajo.
—Para nombrar algunas cosas se tienen las palabras, para expresar algunos sentimientos se tiene la danza ¿Para qué se dice el teatro?
—Es capaz de decir todo, con todas las formas. Si la danza es para ser danzada en teatro se convierte en otra cosa. En el teatro se tiene la posibilidad de ser todo.
—Ya han caído los dogmas. ¿Tendremos otros héroes? ¿Otra Pina Bausch? ¿Brook? ¿Welles?
—Si yo supiera... y sí me preocupa...
FRASE
"Me gustaría que pudiéramos tener textos que nos convoquen en una sala teatral para reflexionar sobre lo que nos pasa como ciudadanos de Guadalajara, del barrio en concreto "
Sara Isabel Quintero, actriz y promotora del teatro.
Suma más de 35 años metida en los escenarios, y ha trabajado —en diferentes volúmenes— con maestros como Luis de Tavira, Pepe Caballero y Alejandro Luna. Actualmente hay quienes están persuadidos de que Sara es la mejor directora de Guadalajara. Por lo pronto presenta Humo de Beleño obra de Maribel Lázaro. Su trabajo no solamente ha sido importante sobre los escenarios, si no también como formadora de artistas en instancias como el CEDART o La Escuela de Teatro de Xalisco.
En esta conversación habla del teatro y de los enfoques con que mira una realidad inmediata, politizada y hasta cierto punto trágica. ¿Qué tanto el teatro habla hoy mismo a la sociedad? Y esta sociedad, cómo se ha ido transformando. Como punto de arranque la voz de Sara se une a la de muchos, los jóvenes de este país están sacando la casta, señala, la dramaturgia no pone los acentos en las íes y Jalisco tiene un teatro desarticulado. “El teatro necesita volverse a enfrascar con sus creadores en cada espacio donde esté y volver a relacionarse con un conjunto social” señala. “Hay que instrumentar la conciencia de lo que hacemos”.
—¿Dónde sitúa el poder de los jóvenes en el mundo?
—En el ejercicio de la conciencia. En la libertad. Son generaciones que se asumen libres y por lo tanto pueden expresar(...) Los sitúo como una verdadera esperanza. A mí me alienta mucho verlos con ese compromiso, esa seriedad, esa organización horizontal que los vulnera muchísimo(...) La primera vez —en el 68— no pudo ser, ahora no los han reprendido de la manera en la que yo tengo recuerdos vagos pero, cuánto va a durar esto en lo más puro de la esencia...
—¿Y dónde sitúa el poder del teatro frente a esto?
—El poder del teatro es la obligación. A mi sí me gustaría que de repente nuestros dramaturgos pusieran el punto en la i, que no hablaran tan metafóricamente y pudiéramos tener textos que nos convoquen en una sala teatral para reflexionar sobre lo que nos pasa como ciudadanos de Guadalajara, del barrio en concreto. Que nos identifiquen con sus temas(...)
—Hemos traspasado la era de la información, el mundo virtual ¿Y ahora? ¿Para qué vamos al teatro?
—El lenguaje y la forma también se alteran pero vamos a lo mismo, vamos a recurrir, vamos a pensar, a divertirnos, vamos a construir mundos análogos.
—¿Dónde ubica el teatro jalisciense en territorio nacional?
—Diseminado, poco promovido, hay teatristas en su trinchera tratando de articular diálogos con otras entidades de la república teatral(...) El teatro desde siempre y para siempre necesita de un benefactor, un aval, necesita de alguien que se comprometa a difundirlo y promoverlo, como le quieras llamar según las épocas. Creo que en todo el país, pero especialmente en Jalisco, esa labor que corresponde al Estado no está hecha ni comprometida y seguimos haciendo todo a contracorriente.
—Dice Peter Brook que la catarsis es un concepto que hemos comenzado a olvidar ¿La gente hoy está dispuesta a la catarsis?
—No estar dispuestos a la catarsis es como hacer el amor y no estar dispuesto al orgasmo, así de sencillo. Es estar anestesiado. La catarsis es un esfuerzo liberador, porque hay que invertirle. La voluntad del espectador, tiene que ser activa para que eso suceda. No es un fenómeno que nada más habite en el actor.
—¿Cree que el teatro y el cine se han acercado?
No hay manera de que sean equivalentes, no es ningún objetivo hacerlos equivalentes. El teatro es un hecho vivo y el cine no podrá dar esa posibilidad...
—¿Creeque el teatro se alejó de los clásicos?
—No. En el teatro ya todo está escrito.
—¿Qué tiene de tragedia griega el regreso del PRI a los Pinos?
—Que el PRI esté diciendo que no van a ceder ante presiones, ni marchas, ni protestas ni nada... ¡ah caray!
—De Sabina Berman a LEGOM que hay en medio...
—No sé si la pregunta me la pudieras hacer en diez años... De Sabina Berman a.... qué hay en medio. Los que tienen que estar. Eso sí... cómo pueden movilizar al público me importa más que cómo movilizan una redacción de una revista de dramaturgia...
—¿Cree en la división de las artes?
—No, el teatrero se ve obligado a incorporarlas. Yo tengo una resistencia especial para ir al cine, no me gusta el formato, la convención. Me cuesta trabajo ser disciplinada y ver una película sin interrupcion y una obra no me cuesta trabajo.
—Para nombrar algunas cosas se tienen las palabras, para expresar algunos sentimientos se tiene la danza ¿Para qué se dice el teatro?
—Es capaz de decir todo, con todas las formas. Si la danza es para ser danzada en teatro se convierte en otra cosa. En el teatro se tiene la posibilidad de ser todo.
—Ya han caído los dogmas. ¿Tendremos otros héroes? ¿Otra Pina Bausch? ¿Brook? ¿Welles?
—Si yo supiera... y sí me preocupa...
FRASE
"Me gustaría que pudiéramos tener textos que nos convoquen en una sala teatral para reflexionar sobre lo que nos pasa como ciudadanos de Guadalajara, del barrio en concreto "
Sara Isabel Quintero, actriz y promotora del teatro.
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