Cultura
Retraso en comercialización del libro electrónico en México
La complicada distribución retrasa el avance del proceso editorial, según las proyecciones será en los próximos 10 años
Agrega que “la tendencia digital es muy fuerte, me parece que las conclusiones que se sacan es que no importa el soporte donde se entregue el libro, siempre y cuando llegue cada vez a más personas”.
El esquema general que se busca es que los libros electrónicos sean distribuidos también a través de las librerías, es decir, “que cada tienda cuente con su soporte digital y pueda venderlo como cualquier libro impreso, pero esto, por supuesto, no va a ocurrir todavía este año ni el que viene”.
Quijas-Corzo López comenta que “es un poco complejo ponernos de acuerdo sobre los soportes en los que se va a leer porque no todo el mundo tiene una computadora y menos aún tiene estos lectores portátiles para que puedan leerlo; yo creo que es el principal tema”.
Hay otros temas pendientes como es el de los derechos de un libro, “cómo se van a manejar, quién podrá venderlos, pues es bien sabido que en la actualidad se pueden ofrecer a una editorial en México y a otra en España”.
Por lo que respecta al mercado internacional, los analistas advierten que “la guerra del libro ha comenzado y se respira un ambiente de desconfianza. Lo que está en juego es una industria y una cultura, principalmente europea, que mueve millones de euros anuales y produce cada año cerca de medio millón de nuevos títulos, dando empleo directo a 140 mil personas e indirecto a varios cientos de miles más”.
En esa industria, España ocupa el cuarto lugar en el mundo, y a diferencia de la cinematográfica y discográfica, es la única industria cultural que mantiene una base empresarial nacional.
Actualmente la guerra de la también llamada tinta electrónica presenta batallas en toda su cadena de valor: por los derechos, que afecta a los autores y sus agentes. Y en el frente comercial, la lucha se concentra en los precios del libro que puede perjudicar a las editoriales porque el formato modifica el arte de diseñadores e impresores, o las estrategias de mercadotecnia que amenazan a las empresas de publicidad.
Apuestas
De las empresas e instituciones nacionales que han comenzado a digitalizar algunos volúmenes destaca el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, que recientemente anunció la publicación de los títulos: La ciudadela quedó atrás, de Francisco L. Urquizo; La Independencia vista por la Reforma, de autores varios; La república herida de muerte, de José M. Gutiérrez de Estrada; Los piratas del boulevard, de Heriberto Frías; Novedad de la patria, de Ramón López Velarde; Nuestra lengua y otros cuatro papeles, de Alfonso Reyes; Nueva oración sobre la dignidad del hombre, de Belisario Domínguez; Sentimientos de la Nación, de José María Morelos y Pavón; El Despertador Americano; Gil Gómez, el insurgente, de Juan Díaz Covarrubias; e Infancia y revolución, de autores varios.
Los libros anteriores están disponibles para los lectores a precios que van de 49 pesos a más de 100 pesos.
El dato
El primer libro electrónico fue un diccionario editado por Random House, que se publicó hace 30 años. Aunque su origen se remonta a 1971, con el proyecto Gutenberg de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, desde entonces a la fecha, no ha logrado entrar de lleno en todos los mercados del mundo.
El género que más se lee de los libros electrónicos es el de novela y cuento, le siguen los académicos, el ensayo, la autoayuda, la poesía y otros.
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