Cultura
Recrea Guadalupe Loaeza la historia de 'El caballero del Titanic'
Se trata del diplomático sonorense Manuel R. Uruchurtu, quien cedió su lugar en la lancha número 11 a la británica Elizabeth Ramell Nye
Se trata del diplomático sonorense Manuel R. Uruchurtu, quien cedió su lugar en la lancha número 11 a la británica Elizabeth Ramell Nye, en un gesto de generosidad.
En una reconstrucción de hechos, Loaeza ubica al lector en el famoso navío, junto a los pasajeros, a partir de los pensamientos del protagonista, conocido por su activa vida política en México, señala un comunicado difundido por la editorial que lanza al mercado el volumen.
Explicó que el personaje que descubre y delínea la escritora en su obra literaria, estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se casó con Gertrudis Caraza y Landero, con quien tuvo siete hijos.
Fue amigo del porfirista Ramón Corral, quien fue desterrado a Francia, tras el derrocamiento del presidente Porfirio Díaz. Tras convertirse en diputado, en 1912, Uruchurtu viajó a Francia para visitar a Corral.
Luego de verlo el 1 de marzo de ese año, el sonorense adquirió su boleto para volver a México, en una embarcación de menos alcurnia que el Titanic, pero al final terminó abordando el navío en el Cherburgo, Francia.
Diversos autores han tomado el hundimiento del Titanic como tema central de sus obras; muchos detalles se han revelado desde entonces. Pero en esos pliegues de la historia, todavía hay sorpresas que sólo un investigador acucioso puede revelar, apunta la editorial Aguilar.
"En el hundimiento del Titanic se condensa toda la condición humana, con sus miserias y sus generosidades", dice Guadalupe Loaeza en algún momento de su obra.
Dosificando la historia, la autora narra el gesto final de ese hombre mexicano, al ceder su lugar a aquella mujer en ese último bote salvavidas.
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