Cultura
Realizan exposición dedicada a Egon Schiele
Nagy lleva varios años ocupándose de Schiele y el expresionismo alemán
Nagy explicó a Efe que sintió desde siempre fascinación por la economía de líneas en la obra gráfica del artista austríaco (1890-1918), comparable acaso sólo a Picasso por la calidad de sus dibujos, por muy diferente que sea tanto su tratamiento del tema erótico como su sensibilidad estética.
Nagy lleva varios años ocupándose de Schiele y el expresionismo alemán -su próxima exposición la dedicará a Georg Grosz- y muchas de las obras que expone hasta el 30 de junio han sido prestadas por coleccionistas privados a quienes las vendió originalmente.
Únicamente un puñado de todas las exhibidas están a la venta y sus precios oscilan entre los 350.000 y más de 5 millones de euros (entre 498.000 y 7 millones de dólares), cantidad pagada el martes por un cliente particular antes de la apertura de la exposición.
Uno de los grandes coleccionistas de Schiele es el ya fallecido oftalmólogo Rudolf Leopold, fundador del museo vienés que lleva su nombre y con quien Nagy pujó en varias subastas por obras del austríaco hasta que ambos llegaron a un acuerdo.
A Nagy le atraía especialmente inaugurar su galería con un artista cuya rebeldía frente a la sociedad de su tiempo siempre admiró y a quien considera "uno de los más excitantes dibujantes del desnudo femenino de todo el arte occidental".
Schiele desafió con sus desnudos sexualmente explícitos al mundo artístico de su tiempo hasta el punto de que algunos críticos de la época calificaron su arte de "patológico" cuando se trató de un genio y una sensibilidad muy especiales.
El pintor se enfrentó con su arte y su estilo de vida a la Viena de Sigmund Freud y el dramaturgo Arthur Schnitzler, con una doble moral: rigurosa para la mujer casada de la burguesía, relegada a la familia y al hogar, y liberal para el hombre, quien mantenía queridas o recurría sencillamente a las abundantes prostitutas.
En aquella sociedad analizada en profundidad por Schnitzler, el desnudo se consideraba escandaloso y la masturbación se asociaba no sólo a la enfermedad o a la locura sino que estaba sometida en algunos casos a brutales intervenciones médicas: un famoso ginecólogo recomendaba la ablación genital en casos extremos de "masturbación crónica".
Como explica la experta en el expresionismo alemán Jill Lloyd, una próspera industria pornográfica y un ejército de prostitutas, muchas de ellas menores procedentes de la clase trabajadora, apuntalaban la frágil fachada de respetabilidad que ocultaba la auténtica naturaleza de las relaciones sexuales en la Viena de cambio de siglo.
Por el bajo estatus social de Schiele, unido a su juventud, el artista estaba mucho más próximo a las jóvenes que le sirvieron de modelo que su amigo y protector, Gustav Klimt, el pintor de la alta burguesía vienesa, que tenía su particular harén y podía pagar mucho mejor a sus modelos.
Frente al elevado distanciamiento de los desnudos de Klimt, los de Schiele se caracterizan por su carácter directo y provocador, casi brutal.
Así ocurre, por ejemplo, con el titulado "Mujer con botas y la falda levantada", en la que la protagonista nos mira desafiante con un solo ojo -el otro lo cubre un mechón de pelo- mientras sus piernas entreabiertas nos dejan ver claramente su clítoris.
Entre los desnudos femeninos en todas las posiciones, incluso las más retorcidas, muchos de ellos en los que las mujeres lucen medias rojas o negras, que llegan por encima de las rodillas y refuerzan la carga erótica, el galerista ha colgado algunos igualmente impresionantes autorretratos del artista.
El más revelador es el titulado "Eros", en el que Schiele aparece retratado de frente con rostro serio, casi cadavérico, la bata abierta por delante y señalando con un dedo su miembro viril en estado de erección mientras la otra mano la sitúa a la altura de los testículos.
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