Cultura
Rafael Argullol, un catalán conquistado por Guadalajara
Poeta, ensayista y narrador, presentó Visión desde el fondo del mar, su más reciente título, en su primera visita a la feria mexicana
GUADALAJARA, JALISCO (04/NOV/10).- Para Rafael Argullol, Guadalajara ha sido una medicina fantástica, un bálsamo con propiedades casi mágicas en la recuperación que vive luego de terminar Visión desde el fondo del mar. Y no es que el autor se haya lastimado con su magna obra; al contrario, gozó, como pocas veces, el proceso creativo. Visión desde el fondo del mar es, más que un libro, un viaje introspectivo donde Argullol escarba en las profundidades de su alma y no para hasta llegar al fundo. Mira su reflejo y trata de descubrirse, dice, no definiéndose a sí mismo, sino a “través de las miradas de otros”.
Esta exploración interior terminó constituida en un libro de más de mil 200 páginas, donde juega con diversos géneros y voces, dotando a la lectura de una personalidad peculiar. “Un lector me comentó una vez que el libro ‘simula un caballo salvaje, indómito, que al montarlo parece que te va a tirar, que es indomable. Al final del viaje, al llegar al establo, terminas abrazado a ese caballo. Así es el libro: te reta de forma brutal’”.
El texto escrito a mano terminó convertido en mil 200 páginas; fue cuando vio el libro terminado y encuadernado que Argullol se sintió cansado: “Me di cuenta del tiempo que había invertido en él y las cosas que había dejado de hacer. Y luego llegó el momento de esperar la crítica, las opiniones, todas muy afortunadas hasta ahora, pero ése fue otro factor de desgaste”.
Y, con toda esa presión, llegó a Guadalajara, y quedó maravillado.
Corazón de los jóvenes
Autor lleno de energía, el nacido en Barcelona en 1949 confesó que se sentía renuente de venir a Guadalajara al principio: “A mí la parte comercial de la literatura no me interesa nada. Me decían ‘ve a la Feria de Frankfurt’ y yo pensaba que era inútil; el mundo de los negocios no me atrae, no es lo mío. Pero fueron varias personas quienes me dijeron que Guadalajara era una feria muy distinta y lo es. Es distinto y estupendo”.
Sin dejar de mirar el vaivén de lectores, escritores y sobre todo jóvenes en los alrededores de Expo Guadalajara, Argullol afirma que, “como fenómeno literario, lo que ocurre en la FIL es único en el mundo, y lo digo conociendo los circuitos europeos y norteamericanos de libros, pero la Feria de Guadalajara es un mundo distinto”.
Furiosa creatividad
Luego de terminar Visión desde el fondo del mar, Argullol no soltó la pluma ni el papel, para aprovechar un momento de efervescencia creativa. “Creí que estaría agotado al acabar el libro, pero, con el impulso de escritura que traía, me metí en medio de doce proyectos de forma simultánea. Estoy escribiendo una ópera con el Liceo de Barcelona, una adaptación de un libro mío, El fin del mundo como forma de arte. Luego de trabajar solo en el libro, me vendrá bien trabajar en una ópera rodeado de gente”, remata el escritor, con una sonrisa de satisfacción. Y claro, promete volver, siempre que pueda, a Guadalajara.
Perfil
¿Quién es él?
Narrador, poeta y ensayista, Rafael Argullol tiene más de 20 libros en su haber. En 1993 ganó el premio Nadal con la novela La razón del mal. En 2002, el premio Ensayo del Fondo de Cultura Económica, por Una educación sensorial.
Esta exploración interior terminó constituida en un libro de más de mil 200 páginas, donde juega con diversos géneros y voces, dotando a la lectura de una personalidad peculiar. “Un lector me comentó una vez que el libro ‘simula un caballo salvaje, indómito, que al montarlo parece que te va a tirar, que es indomable. Al final del viaje, al llegar al establo, terminas abrazado a ese caballo. Así es el libro: te reta de forma brutal’”.
El texto escrito a mano terminó convertido en mil 200 páginas; fue cuando vio el libro terminado y encuadernado que Argullol se sintió cansado: “Me di cuenta del tiempo que había invertido en él y las cosas que había dejado de hacer. Y luego llegó el momento de esperar la crítica, las opiniones, todas muy afortunadas hasta ahora, pero ése fue otro factor de desgaste”.
Y, con toda esa presión, llegó a Guadalajara, y quedó maravillado.
Corazón de los jóvenes
Autor lleno de energía, el nacido en Barcelona en 1949 confesó que se sentía renuente de venir a Guadalajara al principio: “A mí la parte comercial de la literatura no me interesa nada. Me decían ‘ve a la Feria de Frankfurt’ y yo pensaba que era inútil; el mundo de los negocios no me atrae, no es lo mío. Pero fueron varias personas quienes me dijeron que Guadalajara era una feria muy distinta y lo es. Es distinto y estupendo”.
Sin dejar de mirar el vaivén de lectores, escritores y sobre todo jóvenes en los alrededores de Expo Guadalajara, Argullol afirma que, “como fenómeno literario, lo que ocurre en la FIL es único en el mundo, y lo digo conociendo los circuitos europeos y norteamericanos de libros, pero la Feria de Guadalajara es un mundo distinto”.
Furiosa creatividad
Luego de terminar Visión desde el fondo del mar, Argullol no soltó la pluma ni el papel, para aprovechar un momento de efervescencia creativa. “Creí que estaría agotado al acabar el libro, pero, con el impulso de escritura que traía, me metí en medio de doce proyectos de forma simultánea. Estoy escribiendo una ópera con el Liceo de Barcelona, una adaptación de un libro mío, El fin del mundo como forma de arte. Luego de trabajar solo en el libro, me vendrá bien trabajar en una ópera rodeado de gente”, remata el escritor, con una sonrisa de satisfacción. Y claro, promete volver, siempre que pueda, a Guadalajara.
Perfil
¿Quién es él?
Narrador, poeta y ensayista, Rafael Argullol tiene más de 20 libros en su haber. En 1993 ganó el premio Nadal con la novela La razón del mal. En 2002, el premio Ensayo del Fondo de Cultura Económica, por Una educación sensorial.
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