Pequeñas editoriales apuestan por negocios
La feria no es sólo compra de libros, en ella se cierran muchos negocios, asegura el coordinador de la FIL, Armando Montes
GUADALAJARA, JALISCO (26/NOV/2016).- Durante la FIL, las empresas libreras independientes buscan más los negocios entre profesionales que la venta de ejemplares.
Durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), vemos de todo: conferencias, firmas de libros, presentaciones, entregas de premios y grandes editoriales que, con enormes stands, muestran sus novedades y siempre están abarrotadas. Sin embargo, muchas veces pasamos por alto las otras editoriales, las pequeñas que, a pesar de tener un espacio reducido dentro del recinto, están ahí.
Estas empresas no tienen mucha afluencia de compradores, pero Armando Montes de Santiago, coordinador general de expositores de FIL, comenta que no van por la cantidad de libros que pueden vender, sino por los negocios que realizan.
“La feria no es sólo de venta, sino de negocios. Muchos de estos negocios se cierran en FIL, pero la práctica se efectúa durante los meses siguientes o incluso durante todo el año. Yo tengo clientes que me dicen ‘mira, si estrictamente yo cuento lo que ingreso a mi caja en FIL Guadalajara, no me reditúan los gastos, lo que me reditúa son todos los negocios que hago con la gente que va’”.
Los negocios de los que habla el coordinador, pueden ser compra y venta de derechos, contacto con distribuidores, ventas a minoristas y mayoristas, negocios con bibliotecarios, ilustradores o traductores. De hecho, la FIL tiene las categorías de agente de derechos, bibliotecario, traductor, editor, ilustrador, distribuidor y librero para poder registrarse como profesional y asistir al evento.
Sergio Melchor Castillo, gerente comercial de Ediciones Jurídicas LOPMON, una pequeña editorial de la Ciudad de México, lo ve desde esa perspectiva. “A nosotros lo que nos ha permitido la presencia en la FIL es allegarnos de algunos distribuidores a nivel país, el negocio no se centra en la venta, sino más bien en hacer negocio con personas que te generan ventas durante todo el año”.
Melchor Castillo comenta que nunca se ha puesto a analizar cuál es el costo-beneficio que le genera la FIL, pero sabe que es redituable y por eso continúa. “Ya tenemos 15 años en esto y desde el primer año conseguimos distribuidores. Ahora ha bajado un poco, pero a lo que queremos ir, por ejemplo este año, es a hacer negocio con editoriales extranjeras, porque me están pidiendo libros extranjeros, así que a eso vamos, a ver con quién nos conviene comprar, para obtener un buen precio y comenzar a distribuir”.
Según el coordinador de expositores, el 65 por ciento de las empresas presentes en la FIL son pequeñas editoriales, ya que la mayoría de los colectivos internacionales traen a estas empresas.
Nosotros somos muy cuidadosos en revisar que las empresas que vengan, tengan posibilidades de negocio”
Armando Montes de Santiago, coordinador general de expositores de FIL.