Cultura

Oleaje de flamenco en el Teatro Diana

Fueron 11 bailarines los que demostraron como los movimientos son capaces de acelerar el ritmo cardiaco

GUADALAJARA, JALISCO (06/FEB/2013).- La tradición española tiene nombre. Se llama Andalucía y se apellida flamenco.

El Teatro Diana disfrutó de un duelo de danza al paso del Ballet Flamenco Andalucía que, bajo la dirección de Rubén Olmo, maravilló a un aforo que agradeció la puesta en escena de "Metáfora", en la que 11 bailarines demostraron como los movimientos son capaces de acelerar el ritmo cardiaco.

En esta ocasión, la carta fuerte de Rubén Olmo radicó en un juego dancístico que mezcla elegantemente el existencialismo de Friedrich Nietzsche con el dramatismo de Federico García Lorca, y que dio por resultado un banquete visual y sonoro que al instante del primer acto atrapó a los espectadores.

La primera entrega de Rubén Olmo fue “Suitte Flamenca”, un abanico que amalgamó la tradición clásica desde el sur de España, que elegantemente mostró acentos de una vanguardia que traduce en su totalidad a la tierra considerada como la madre del flamenco.

En esta parte, el elenco mostró una serie de  bulerías, tarantas, tangos y jaleos extremeños que, a la vez, rindieron un homenaje a la escuela sevillana.

En la segunda entrega, “La danza como expresión del movimiento”, el Ballet Flamenco de Andalucía se lució con la exploración hacia las nuevas tendencias del flamenco con una estética vanguardista sumadas al folclor de las regiones de Málaga y Granada.

Ambos actos no dieron tregua a la distracción. Desde el primer crujido de las tablas, los bailarines se adentraron a un duelo de miradas, de movimientos y de sombras. Así, el tiempo, la nostalgia y la pasión quedaron suspendidos en el polvo que escupía el "tablao".

Ahí estaban, sudorosos y con el corazón agitado los solistas Patricia Guerrero y Eduardo Leal y los bailarines Sara Vázquez, Ana Agraz, Marta Arias, Mónica Iglesias, Maise Márquez, Juan Carlos Cardoso, Ángel Fariña, Fernando Jiménez y Álvaro Paños, así como de las artistas invitadas Rocío Molina y Pastora Galván.

En la parte sonora, el primer acto se acompañó de cinco músicos liderados por David Carmona, en tanto que para la segunda parte se cuenta con una pista de la Orquesta Sinfónica de Córdoba.

El Ballet de Andalucía desafió los límites de cuerpo, mostrando las maravillas que éste puede realizar cuando se trata de danza.

Esa figura, llamada flamenco se despidió con un hasta luego al compás de un par de piernas retadoras a la destreza y la coordinación, mientras las faldas se desplegaban como coloridos abanicos y las caderas se quebraban de un lado a otro barriendo las penas que esta disciplina dancística y musical pueda causar al más sentimental de los espectadores.

EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ
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