Cultura
Mauricio Lara, en exclusiva para el MoMa
Un portalápices creado por el diseñador se vende en las tiendas del museo neoyorkino
La idea del producto surgió en 2002, luego de que el diseñador industrial, originario del DF, comprara precisamente un cepillo, con mango de madera, en una ferretería de una cadena estadounidense. No lo necesitaba para nada en específico, pero le gustó la pieza y se lo llevó a casa. Mientras le buscaba un lugar o una función, lo colocó en su escritorio de trabajo y sin pensarlo demasiado, clavó en las cerdas uno de sus lápices.
Durante varios años, el objeto fue parte del catálogo de Eos México, el estudio de diseño que Mauricio fundó en 1998, y al que más tarde se unió como socio, su hermano y colega Sebastián. Pero gracias a que ambos participaron en 2012 en una exhibición de diseño mexicano en el museo neoyorquino con este y otros objetos, y sobre todo al éxito de ventas del Erizo en la tienda de regalos, el MoMA firmó con Mauricio un contrato de exclusividad.
El pasado miércoles 12 de junio se envió a Nueva York –vía marítima— la mayor parte de un pedido de seis mil Erizos en colores verde chillante y negro.
Destinación: México
Para que los visitantes del MoMa tuvieran la oportunidad de adquirir objetos de diseño de distintos lugares del mundo, se creó en 2005 la serie Destination: Design (Destinación: Diseño), que hasta la fecha ha tenido como invitados a países y ciudades como Finlandia, Dinamarca, Buenos Aires, Berlín, Japón, Seúl, Brasil, Portugal y Estambul.
En abril de 2012 le tocó el turno a México. La curadora independiente Ana Elena Mallet fue la encargada de seleccionar los mejores productos de diseño mexicano contemporáneo –como artículos para el hogar, mobiliario pequeño, joyería, camisetas, papelería, productos para escritorio y artículos de cocina— que estuvieron a la venta en la tienda del museo durante un periodo de poco más dos meses.
Entre los 62 diseñadores elegidos estuvieron Mauricio y Sebastián Lara: el primero con el Erizo y un botanero de cerámica llamado el SombreroU, y el segundo con la taza Paper Cup y el Salero Barrilito –inspirado en los saleros de plástico mexicanos—, ambos fabricados también en cerámica de alta temperatura.
Pero fue el Erizo el del éxito rotundo. Luego de una evaluación de ventas realizada al finalizar el tiempo establecido para la muestra mexicana, el museo determinó que quería seguir teniendo en su catálogo al simpático portalápices.
“Para la exposición pidieron 80 piezas”, contó Mauricio en la terraza de su estudio al sur de la ciudad, “y antes de la inauguración me llegó una orden de compra por 200 más, y eso que todavía no empezaba el proyecto”. Durante ese mismo año, el museo hizo tres pedidos de 600 ejemplares cada uno, y fue en diciembre cuando llegó la orden de compra por 6 mil piezas, mismas que se venden en Nueva York a un precio unitario de 18 dólares.
Pero antes, el MoMA exigió al diseñador la exclusividad mundial, lo que significa que el museo es el único que puede vender el Erizo, y ni siquiera Mauricio puede comercializarlo por su parte. De esta manera, la institución se protege de que otras tiendas de diseño identifiquen al creador original, y acudan directamente con él para hacer sus pedidos.
Producción artesanal
“No te pagan nada por la exclusiva, pero te hacen un pedido grande”, aclaró Lara, quien además considera este hecho un gran honor: “Como diseñador es de esas cosas que dices ‘qué padre’; está increíble”.
El Erizo está producido 100% en Jalisco y con un proceso artesanal. Dos proveedores del estudio de diseño se han dedicado –en distintos periodos— desde a hacer las madejas de fibra, aglutinarlas con altas temperaturas y amarrarlas con acero inoxidable, hasta imprimir los empaques individuales, armarlos y enviar el producto en cajas con ocho piezas cada una.
Los primeros aglutinados, incluso, se hicieron quemando las fibras en un comal para tortillas, contó divertido el diseñador. Y aunque se han perfeccionado los procesos de producción, sigue siendo un objeto artesanal, pues “no hay manera de meter los materiales a una máquina y que salga ya hecho”
Para este último envío, el MoMa añadió su marca registrada a las cajas individuales y cambió algunos detalles del diseño, como la fotografía de estudio del Erizo. Mauricio, por su parte, negoció la incorporación a la caja del logotipo Hecho en México. “La firma se llama Eos México porque desde el inicio quisimos que México tuviera siempre una presencia”, explicó el diseñador industrial, “y el hecho de que tenga este logotipo me parece algo muy bonito”.
Mauricio (1968) y Sebastián (1980) Lara nacieron en una familia creativa, por eso no es raro que ambos hayan decidido cursar la licenciatura de diseño industrial en la Universidad Autónoma de Guadalajara. “Mi papá es arquitecto y mi mamá siempre ha sido alguien muy preocupada por el arte: escribe, pinta y hace escultura”, contó el segundo de cuatro hermanos.
Pero además de apoyar las actividades artísticas, la mamá de los diseñadores siempre los impulsó a ser emprendedores: “Diseñen algo que pueda ser como el bolillo, para que ustedes se puedan dedicar a hacer cosas de delicatessen”, recuerda Mauricio haberle escuchado a su mamá. Y el Erizo, para él, es precisamente “ese bolillito: algo que se está vendiendo solo.
Y tiene muchas otras ventajas. “Es una pieza que no tiene edad, a cualquier persona le dan ganas de tocar las fibras, es muy divertido, no tiene un riesgo, no se rompe, no puede hacerle daño a alguien. Tiene un carácter de artesanía, de elaboración manual intrínseco en el propio diseño”, explicó Lara.
PARA SABER
Diseño integral
La firma de diseño Eos México, la fundó hace 15 años Mauricio Lara con su ahora ex esposa, Edith Brabata. Desde que Mauricio invitó a su hermano como socio, en 2005, el negocio se ha orientado a ofrecer servicios integrales de diseño. Diseñaron la barra del Café Benito en el edificio del Larva y el mobiliario urbano de la Plaza Andares.
Tiene premios como el Galardón al Diseño Industrial, de Guadalajara Design Week 2012; y Mejor estand, de la editorial Arquine, en la FIL Guadalajara, en 2011.
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