Cultura

Luis Vicente de Aguinaga presenta Séptico en Casa Vallarta

Lee algunos de sus poemas frente a un auditorio que llena la sala del recinto

GUADALAJARA, JALISCO (01/NOV/2012).- Luis Vicente de Aguinaga lee sus poemas con voz firme y algunas pausas. En Casa Vallarta las personas que asistieron a la presentación de su libro, Séptico (Simiente, 2012),  que arrancó minutos después de las 20:00 horas, lo escuchan con atención. También lo escuchan los poetas Baudelio Lara y Sergio David Lara (editor de la editorial). De la misma manera que lo escucha el músico Alfredo Sánchez.  

El poeta jalisciense leyó algunos poemas para los presentes.  Previo a hacerlo, dijo sentir una necesidad "irreprimible" de contar el libro como si fuera una historia, pero que la historia resultaría algo distinto de lo que está realmente en el libro.

"Ante las preguntas que me han hecho los compañeros reporteros he repasado el libro y yo mismo he llegado a decirme cosas acerca de él que no me decía en un principio, que ni siquiera me hacía la pregunta ni por lo tanto juzgaba necesario responder. Y una de las cosas que ahora entiendo es que en Séptico hay dos muertes y un renacimiento. Me consta que ambas muertes están en el libro pero un poco de lo que se trata es que no se note cuántas son, que pueda parecer que se trata de una sola o de muchas".

Baudelio Lara leyó un texto titulado "Entre el hiato y la distancia", en el que dijo que una primera pregunta a la que se enfrenta el lector del libro de Luis Vicente es la elección del título en relación con el tema al que hace referencia: la muerte.

"Si por definición séptico es lo que contiene gérmenes patógenos, lo que produce o es causado por la putrefacción, es notorio que en la obra no se aprecien esos rasgos sino por alusión, por reticente sugerencia que elude el objeto que debiera nombrarse. Se trata, por supuesto, de la muerte, la cual se cita poco en el poema pero se menciona, se nombra por algún signo objetual, una imagen concreta: un perro muerto, un difunto, un cuerpo".

Destacó que hay dos palabras clave para tratar de aprender las cualidades esenciales del poeta nacido en 1971: vacío y distancia. "El autor toma distancia del asunto bordeando el vacío que lo rodea, distinguiendo entre la experiencia de la muerte y su imposible expresión, sabiendo que toda experiencia vital, toda emoción es, por naturaleza, incomunicable".

Afirmó que como testigo distante, De Aguinaga encarna una mirada aséptica, una melancolía de la impotencia, un desencanto que empaña el eventual esplendor del derrumbamiento y la dignidad de la muerte.

Sergio David Lara se dijo sorprendido por el ritmo y el gran oído de De Aguinaga. Platicó cómo surgió el proyecto de Simiente luego de obtener una beca para escribir sus propios poemas. Puso de relieve que el aspecto esencial del libro es la sencillez en los 12 poemas.  "Séptico es un libro capaz de estremecernos y devolvernos un poco la fe en la poesía".

"Hospitales, hambre, renuncia, vergüenza. Es más: tortillas, cortaúñas, cucharas, pulgas y perros se expresan en lugar de tristeza, noche, oscuridad, sombras o lo que se nos ocurra. Los objetos que han quedado solos pero no la soledad", agregó.

Alfredo Sánchez, quien fungió como moderador de la presentación, recordó la anécdota en la que, durante el Verano de la Poesía de 2011, escuchó leer el libro completo a De Aguinaga. El escritor le agradeció su presencia como uno de los primeros lectores del texto y cuya sensibilidad tomó en cuenta.
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