Cultura

La poesía del origen

Ríos Cruz escribe en zapoteco y es un incansable promotor de la lírica en lenguas indígenas; algo de su obra ha sido traducida incluso al francés e italiano

GUADALAJARA, JALISCO (25/NOV/2012).-  Es mexicano, específicamente de Ixtaltepec, Oaxaca y desde ahí inunda nuestro país con su poesía escrita en zapoteco. Se trata de Esteban Ríos Cruz, autor hasta el momento de  ''Dxi gueela’ gaca diidxa’''/''Cuando la noche sea palabra''; ''Ubidxa xti’ galaa dxi''/ ''Sol de mediodía''; ''Ca diidxa’ guchendú''/ ''Palabras germinadas'', y coautor de diversas antologías poéticas.

Ríos asegura que su poesía está escrita desde la visión de la etnia a la que pertenece, de su manera de relacionarse con la naturaleza, de concebir el amor y la vida, y los temas que se abordan recurrentemente en su trabajo son el erotismo, la muerte, el encuentro con la deidad y las tradiciones.

Acude a Guadalajara para dialogar de cerca con otros escritores indígenas de distintas etnias y países, todos ellos conscientes del gran tesoro vivo que representan y de la responsabilidad que ello conlleva, tanto que el tema del Encuentro Internacional de Escritores en Lenguas Indígenas es “El papel del escritor indígena frente al rescate de la lengua materna”.  La cita es el jueves 29 de noviembre en el salón A del área internacional.

—¿Cómo ha logrado Esteban Ríos Cruz ser la persona que es hoy?


—Siendo yo mismo en mis diferentes facetas. Soy esposo, padre, hijo, hermano, amigo, profesor, poeta, sembrador de mis propios sueños.

—¿Cómo fue su encuentro con la literatura?


—Mi experiencia con la literatura fue de manera oral. Siendo niño me vi envuelto en un río de historias contadas por los parientes cercanos. Del cántaro de la fantasía popular llegué a beber las leyendas del Coyote y el Conejo; del “Sombrerote”, que es una versión elegante del diablo vestido de charro, montado en un caballo negro; las escalofriantes travesuras de los duendes y de los naguales; en fin, una mezcla de misterio, terror y picardía. La literatura impresa la viví en mi época escolar, siendo hablante monolingüe a los seis años me encontré con el español y  la poesía.

—¿En qué grado piensa usted que la literatura indígena representa a un país cuyos habitantes desconocen dichas lenguas?


—La literatura de los pueblos originarios de México se ha cultivado de manera oral en sus comienzos, antes de la adopción del alfabeto latino para la representación gráfica de los sonidos. El concepto occidental de que esta literatura pueda representar o ser la identidad de un país no es más que una cuestión retórica, aun cuando existe una expectativa de que se dé el desarrolle de la creación y difusión de la literatura indígena no existen lectores potenciales, a veces en las mismas comunidades donde tiene su origen la desconocen, no están alfabetizados para interactuar con dichos textos.

—¿Qué hace falta para que los mexicanos conozcamos más nuestras lenguas madre: difusión por parte de ellas, o interés por parte de todos?


—Hay una frase muy contundente para responder a esta situación: “nadie da lo que no tiene”. Las lenguas originarias se revisten de un folclorismo atractivo ante los ojos de los extraños y de una indiferencia palpitante de los propios, en ellas se encierra la visión filosófica y estética de los pueblos que las usan en su mundo diario, las palabras tienen significados  para  los hablantes, pero los que las hablan sólo leen la traducción en español.

—¿De qué manera es recibida la poesía indígena mexicana en nuestro país y en el extranjero?


—Hay de miradas a miradas. Actualmente existen muchos excelentes autores que están buscando espacios para difundir su creación literaria en medios impresos o digitales, tanto en nuestro país como en el extranjero. En mi caso, he tenido la fortuna de que me hayan traducido algunos poemas en francés y en italiano.

—¿Existen algunas diferencias evidentes entre nuestra concepción de poesía, y lo que los pueblos indígenas consideran poesía?

—En cuanto a temática creo que hay más semejanzas que diferencias. Donde puede darse la diferencia, sin ser abismal, es la manera de construir las ideas, de tomar los símbolos o conceptos cargados de significados de acuerdo a la visión del mundo que se tiene.

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