Cultura
La obra de Hemingway, un puente entre La Habana y Washington
Los trabajos de conservación, restauración y digitalización de la colección documental relativa al Premio Nobel de Literatura comenzaron hace ocho años en la isla
El autor estadounidense puso punto final a su libro El viejo y el mar -quizá su obra más conocida- en 1951. Entre mojito y mojito, el escritor sacaba tiempo para la escritura en la Finca Vigía, una casona colonial a 25 kilómetros de La Habana, tupida de vegetación y cerca al mar, donde el escritor pasaba largas temporadas desde su adquisición en 1939.
El convenio fue firmado entre los representantes de la norteamericana Finca Vigía Foundation Inc. y funcionarios del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba, y el principal objetivo es "contribuir a mejorar el conocimiento sobre la vida y obra" de Hemingway, según publica en sus páginas el diario oficial Granma.
El acuerdo permitirá dar continuidad al trabajo de conservación de los libros y textos que están guardados en el Museo de Ernest Hemingway, que antes fue la casa del escritor estadounidense durante su estancia en Cuba desde 1939 hasta 1960, cuando salió de la isla tras la revolución de Fidel Castro.
Los resultados científicos y técnicos sobre la labor realizada entre Estados Unidos y Cuba para preservar el legado de Hemingway formarán parte del contenido de un libro bilingüe que será distribuido posteriormente.
Los trabajos de conservación, restauración y digitalización de la colección documental relativa al Premio Nobel de Literatura comenzaron hace ocho años en la isla, lo que ha permitido "poner a disposición de especialistas, estudiosos y curiosos más de tres mil documentos inéditos que incluyen la correspondencia del autor", indica Granma.
Los trabajos conjuntos incluyeron, además, la restauración del yate “Pilar”, que Hemingway compró en 1934.
Antes de recibir el Premio Nobel en 1954, el autor de títulos como Adiós a las armas y Por quién doblan las campanas repitió varias veces que el galardón le pertenecía a Cuba. Su afición a la pesca, el ron y la cacería eran bien conocida por los lugareños.
Pese a que Estados Unidos y Cuba no tienen relaciones desde 1961, la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, hace un año, ha aumentado el intercambio cultural entre ambos países.
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