Cultura
La ciudadanía es la salida, la ruta de los partidos está agotada: Ulrich Richter
Richter arremete contra los partidos políticos, quienes han claudicado en su función representativa para preocuparse más por el mantenimiento de sus estructuras partidarias
GUADALAJARA, JALISCO (28/NOV/2011).- No niega su formación legalista, por el contrario, la reivindica. Ulrich Richter, egresado de la prestigiosa Escuela Libre de Derecho, nos propone en su obra “Manual del Poder Ciudadano”, un clavado en las raíces de significación de la ciudadanía. “Muchas veces se habla de ciudadanía con una ligereza, como si todos supiéramos a cabalidad sus alcances; creo que es necesario abordar las definiciones desde muchas perspectivas”.
Y es que, la fortaleza del texto es precisamente esa: su universalidad de mercado. Richter decidió no escribir simplemente para el denominado “círculo rojo”, intelectuales, políticos, empresarios; sino ampliar el abanico a todas las profesiones y clases sociales. “Quiero que el texto llegue a todos los segmentos, no sólo a los profesionistas, sino a una ama de casa, un mesero o a un restaurantero; todos somos ciudadanos y quería abarcar todos esos segmentos”.
Para el abogado, vivimos una época donde las respuestas deben surgir de la sociedad civil y entender que la clase política es un “espejo de la ciudadanía”, negándose a caer en la dicotomía de “ciudadanos buenos y políticos malos”. Así, el abogado se distancia de las interpretaciones que rehusan a fincar responsabilidades ciudadanas, al final, el ejercicio intermitente de los derechos ciudadanos “también ha contribuido a los excesos de la clase política”.
La idea rectora de la publicación es el respeto a la ley. La ciudadanía de todos los días, aquella que hace de la convivencia social armónica y la solidaridad, la base de la “revolución cotidiana”. Richter aspira a una ciudadanía consciente de sus derechos y obligaciones, una ciudadanía crítica y con propuesta, que no simplemente se queda en la queja.
En el mismo tenor, Richter arremete contra los partidos políticos, quienes han claudicado en su función representativa para preocuparse más por el mantenimiento de sus estructuras partidarias. “Este libro está escrito desde una visión ciudadana que no tiene cabida en la clase política, el sentimiento de muchos ciudadanos de estar excluidos de la representación”.
Para saber:
Las regalías del libro fueron donados por el autor a organismos de la sociedad civil. Los destinatarios fueron Causa en Común y Alto al Secuestro, así como a una fundación de niños.
EL INFORMADOR / ENRIQUE TOUSSAINT
Y es que, la fortaleza del texto es precisamente esa: su universalidad de mercado. Richter decidió no escribir simplemente para el denominado “círculo rojo”, intelectuales, políticos, empresarios; sino ampliar el abanico a todas las profesiones y clases sociales. “Quiero que el texto llegue a todos los segmentos, no sólo a los profesionistas, sino a una ama de casa, un mesero o a un restaurantero; todos somos ciudadanos y quería abarcar todos esos segmentos”.
Para el abogado, vivimos una época donde las respuestas deben surgir de la sociedad civil y entender que la clase política es un “espejo de la ciudadanía”, negándose a caer en la dicotomía de “ciudadanos buenos y políticos malos”. Así, el abogado se distancia de las interpretaciones que rehusan a fincar responsabilidades ciudadanas, al final, el ejercicio intermitente de los derechos ciudadanos “también ha contribuido a los excesos de la clase política”.
La idea rectora de la publicación es el respeto a la ley. La ciudadanía de todos los días, aquella que hace de la convivencia social armónica y la solidaridad, la base de la “revolución cotidiana”. Richter aspira a una ciudadanía consciente de sus derechos y obligaciones, una ciudadanía crítica y con propuesta, que no simplemente se queda en la queja.
En el mismo tenor, Richter arremete contra los partidos políticos, quienes han claudicado en su función representativa para preocuparse más por el mantenimiento de sus estructuras partidarias. “Este libro está escrito desde una visión ciudadana que no tiene cabida en la clase política, el sentimiento de muchos ciudadanos de estar excluidos de la representación”.
Para saber:
Las regalías del libro fueron donados por el autor a organismos de la sociedad civil. Los destinatarios fueron Causa en Común y Alto al Secuestro, así como a una fundación de niños.
EL INFORMADOR / ENRIQUE TOUSSAINT
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