Cultura
La FIL hace homenaje al impresor artesanal Juan Nicanor Pascoe
Raúl Padilla lo califica como un artesano que transforma palabra y pensamiento en obras de arte
FIL 2014, se le ha otorgado este martes 2 de diciembre a un personaje que ha dedicado su vida a embellecer la lectura a través la impresión de la tipografía novohispana, Juan Nicanor Pascoe Pierce, a quien el presidente de la feria,
Raúl Padilla, calificó como un artesano que "transforma palabra y pensamiento en obras de arte" y un hombre "de muchas épocas" capaz de gestar un libro "como piedra preciosa".
En este sentido, como consignaron los presentadores del impresor, Pascoe Pierce es considerado un artista de la tipografía que ha contribuido a dar su sitio histórico a este oficio; desde su imprenta casera -en Tacámbaro, Michoacán- se ha dedicado de manera minuciosa a investigar la casi desconocida (pero brillante) época de la tipografía novohispana, de finales del siglo XVI a principios del XVII, lo mismo que a hacer libros.
Asimismo, fundador de la Editorial Taller Martín Pescador, los impresos que ahí se han producido son coleccionados por las bibliotecas más prestigiosas (como las de las universidades de Berkeley, Stanford o Princeton, entre otras) pero, además, forma parte de la tradición literaria mexicana si se recuerda que autores como Efraín Huerta, Octavio Paz, Roberto Bolaño o Gabriel García Márquez se han puesto en las manos de Pascoe.
Tratar de ser nadie
De hecho, en su discurso de agradecimiento, Pascoe -alumno del impresor Harry Duncan, de Iowa (Estados Unidos)- dejó muy en claro que "los que cuentan son los escritores" porque, detalló, "la obra artística merece el trato humano y los impresores somos personas", a lo que agregó que su oficio "es una manera de trabajar en conjunto con los escritores".
Tras agradecer por la distinción que se le concede en la FIL, Pascoe dejó en claro que "la bibliofilia se trata de emoción" y, asimismo, se refirió al hecho de que le nombren como "artista" para especificar que "tengo alta estima por mí y por mi oficio, pero trato de ser nadie (el impresor siempre intenta desaparecer ante la obra)".
El premio, no ocultó Pascoe, le resultó una sorpresa pero también una oportunidad para recordar al auditorio que, ante la celebración por los 475 años de la llegada de la imprenta al continente americano, "poco se ha dicho de eso", cuando se trata de un acontecimiento importante en el que "hay que ponerlos a trabajar a todos" los impresores y, después de todo, "si no hablo yo por los impresores artesanales ¿quién?".
Al final, antes del discurso de Pascoe, había recibido su distinción de manos del rector de la Universidad de Guadalajara, Tonatiuh Bravo Padilla.
EL INFORMADOR / RICARDO SOLÍS
GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2014).- Este año, el Homenaje al Bibliófilo dentro de la
En este sentido, como consignaron los presentadores del impresor, Pascoe Pierce es considerado un artista de la tipografía que ha contribuido a dar su sitio histórico a este oficio; desde su imprenta casera -en Tacámbaro, Michoacán- se ha dedicado de manera minuciosa a investigar la casi desconocida (pero brillante) época de la tipografía novohispana, de finales del siglo XVI a principios del XVII, lo mismo que a hacer libros.
Asimismo, fundador de la Editorial Taller Martín Pescador, los impresos que ahí se han producido son coleccionados por las bibliotecas más prestigiosas (como las de las universidades de Berkeley, Stanford o Princeton, entre otras) pero, además, forma parte de la tradición literaria mexicana si se recuerda que autores como Efraín Huerta, Octavio Paz, Roberto Bolaño o Gabriel García Márquez se han puesto en las manos de Pascoe.
Tratar de ser nadie
De hecho, en su discurso de agradecimiento, Pascoe -alumno del impresor Harry Duncan, de Iowa (Estados Unidos)- dejó muy en claro que "los que cuentan son los escritores" porque, detalló, "la obra artística merece el trato humano y los impresores somos personas", a lo que agregó que su oficio "es una manera de trabajar en conjunto con los escritores".
Tras agradecer por la distinción que se le concede en la FIL, Pascoe dejó en claro que "la bibliofilia se trata de emoción" y, asimismo, se refirió al hecho de que le nombren como "artista" para especificar que "tengo alta estima por mí y por mi oficio, pero trato de ser nadie (el impresor siempre intenta desaparecer ante la obra)".
El premio, no ocultó Pascoe, le resultó una sorpresa pero también una oportunidad para recordar al auditorio que, ante la celebración por los 475 años de la llegada de la imprenta al continente americano, "poco se ha dicho de eso", cuando se trata de un acontecimiento importante en el que "hay que ponerlos a trabajar a todos" los impresores y, después de todo, "si no hablo yo por los impresores artesanales ¿quién?".
Al final, antes del discurso de Pascoe, había recibido su distinción de manos del rector de la Universidad de Guadalajara, Tonatiuh Bravo Padilla.
EL INFORMADOR / RICARDO SOLÍS
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