Cultura

Juan Rulfo aviva el Llano en llamas a 60 años

La obra del autor jalisciense sigue siendo tema de estudio y una lectura escolar obligada

GUADALAJARA, JALISCO (23/SEP/2013).- Cuando en 1953 el Fondo de Cultura Económica (FCE) publicó El Llano en llamas, Juan Rulfo era un empleado que vivía en el Distrito Federal. Era un hombre parco, introvertido, tímido. Un hombre que no veía en la escritura un mandato perentorio, sino un pasatiempo. Pero que sabía contar como nadie. La publicación del libro —el número 11 de la colección Letras Mexicanas— no obtuvo una gran respuesta; despertó simpatías entre una minoría de conocedores.

Actualmente, con sólo dos libros publicados, Rulfo es uno de los autores más leídos en México y El Llano en llamas cumple 60 años de ser presentado a los lectores (se imprimieron dos mil ejemplares). La obra de Rulfo ha sido elogiada por varios autores entre los que se encuentran Jorge Luis Borges (el argentino dijo sobre el jalisciense: “Emily Dickinson creía que publicar no es parte esencial del escritor. Juan Rulfo parecía compartir ese parecer), Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis, Carlos Fuentes, Günter Grass, Elias Canneti y Salvador Elizondo.

A seis décadas de ser publicado, es casi imposible encontrar en la metrópoli a alguien que conserve la primera edición de El Llano en llamas. Para no perder a un “cliente”, un vendedor de libros viejos prefiere reservarse los nombres de empresarios y políticos que adquirieron un ejemplar hasta en 20 mil pesos.

Como la gente de su pueblo


Hugo Gutiérrez Vega asegura que la aparición de El Llano en llamas reveló a un escritor que hablaba como habla la gente de su pueblo, pero que lo hacía con una voz y una identidad intransferible.

“Hemos escuchado a mucho campesinos de Jalisco hablar como los personajes de Rulfo, pero también esos personajes pertenecen a un mundo de ficción. Tomados de la realidad, son objetos de un proceso de ficcionalización y, de alguna manera, representan los aspectos contradictorios esenciales de la realidad a la que pertenecen. La serie de cuentos de El Llano en llamas se ubica en una época no precisada de la historia del país, pero uno se da cuenta que se trata de la época de entre guerras, entre la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera, momento convulso de la vida del país, momento en el que, como dice la canción, la vida no valía nada”.

Afirma que lo que importa del libro de Rulfo, al margen de la anécdota, es el lenguaje: un lenguaje al mismo tiempo sencillo, artístico y poético.

El también poeta recuerda que al principio Rulfo fue visto por curiosidad por los círculos literarios de la capital, ya que al ser México un país muy centralista, lo que sucede en provincia era visto por los capitalinos con simpatía y cierto paternalismo: “Juan Rulfo fue visto así, pero poco a poco se fue imponiendo con su silencio vital y con su riqueza expresiva literaria”.

Renovación del arte de narrar

Para el crítico literario Adolfo Castañón, con el Llano en llamas renovó la narrativa y el arte de narrar, efecto parecido al que generó José Gorostiza —que sólo publicó dos libros, como Juan Rulfo— en los terrenos de la poética.

“Amplían los registros en los cuales se expresa la fábula, la historia, la crónica. En cada uno de los cuentos hay una innovación, una originalidad, una serie de revelaciones que antes no se habían dado por lo menos en el contexto de la literatura hispanoamericana. Rulfo concentra en formas narrativas muy compactas y muy articuladas una propuesta que en otros autores se dio de manera más profusa y eventualmente anárquica”.

En su opinión, la desolación y el cataclismo que rezuman en los cuentos de Rulfo son temas relativos. “Lo interesante para mí es la forma en que Juan Rulfo o el narrador de Juan Rulfo logra convencernos de eso”.

Que destaque el valor literario

El Llano en llamas seguirá leyéndose porque es patrimonio literario y cultural de la lengua española, afirma el escritor Antonio Ortuño. Su valor literario debe primar por encima de cualquier consideración que se haga sobre su autor.

“Me parece que durante mucho tiempo hubo lecturas sociológicas de Rulfo como si fuera el vidente de la mexicanidad, el que nos iba a transmitir los secretos de la Revolución y del mundo indígena, olvidando que la guerra omnipresente en las obras de Rulfo es más bien la Guerra Cristera que la Revolución, y que la cultura del Sur de Jalisco no se parece en nada, o en muy pocas cosas, a lo que uno pudiera encontrar en las culturas indígenas de Oaxaca, o del sureste, o del altiplano. Un mundo muy aparte de lo que mucha gente proclamó como los méritos de Rulfo. Y eso me parece que cegó a algunos al hecho de que literariamente Rulfo ha sido uno de los grandes artífices en México y en toda la lengua española”.

Recuerda que cuando leyó los libros de Rulfo durante su etapa escolar fue muy distante y muy escéptico frente a las narraciones del escritor. Sin embargo, cuando lo releyó comprobó su calidad literaria. Entre las virtudes narrativas de Rulfo menciona su capacidad de construir e inventar, literariamente, un idioma a partir de esa tradición oral que invoca. Resalta que al tener un carácter introvertido —a diferencia de Carlos Fuentes—, benefició a su obra: “Rulfo el personaje no nos estorba para leer sus libros”.

Marco Aurelio Larios, doctor en Filosofía por la Universidad de Viena, Austria, destaca que Rulfo es un parteaguas de la literatura mexicana que por un lado cultivó el estilo realista —herencia de la novela de la Revolución Mexicana—, y por el otro incorporó nuevas técnicas narrativas que prepararon la literatura más contemporánea de México.

El escritor y profesor de la Licenciatura en Letras Hispánicas de la Universidad de Guadalajara dice que el cuento que ilustra mejor el quehacer de Rulfo es ¡Diles que no me maten!, ya que está compuesto por anacronías y es el juego de éstas la base de la novela Pedro Páramo.

“En ese cuento, aparte de esa técnica narrativa basada en la anacronía, está el gran tema de Rulfo: la muerte violenta. Ese cuento rebela a todo Rulfo en su tema rural, en la muerte violenta, en los campesinos del sur de Jalisco, en las emociones personales del escritor que resuenan como una experiencia biográfica”.

FRASES

"
La verdad no le entendí muy bien. Sé que hay una polémica (sobre Rulfo) de que si es de San Gabriel o de Sayula. Su pensamiento es algo oscuro, confuso, pero se ocupa pensar como él para poderle entender "

Miguel Ángel Reyes González
, trabajador de una librería de catequismo.

"
Soy originario del Sur de Jalisco, son mis tierras, y por eso me agrada mucho leer ‘El llano en llamas’, porque refleja la realidad que vivía nuestra región en años anteriores "

Alejandro Aguilar
, estudiante de Trabajo Social en la Universidad de Guadalajara.

"Recuerdo la historia del cuate que está buscando a su padre y al final termina muerto, [en referencia  a La herencia de Matilde Arcángel] "

Leo Bender
, compositor.

CELEBRA CON #RulfoEnMiLibrero


Para celebrar el aniversario de la publicación de El llano en llamas los invitamos a publicar fotos de la portada del libro que tengan en casa a través de Twitter y/o Instagram con el hashtag #RulfoEnMiLibrero y también puedes enviarla a redessociales@informador.com.mx, junto con una frase que recuerden o les haya gustado de sus páginas, así como su nombre y los datos del libro.

Una obligación escolar

A 60 años de la publicación de “El llano en llamas”, Juan Rulfo es el autor mexicano más traducido, leído y estudiado. No obstante las motivaciones para adentrarse en su literatura resultan tan diversas como las reacciones que su obra genera en los lectores.

La mayoría de los usuarios de www.informador.com.mx reconocen que su primer acercamiento a la literatura de Juan Rulfo fue por obligación escolar. Y es que obras como “El llano en llamas” se han vuelto una referencia obligada, y casi inevitable para los profesores que imparten clases en nivel medio superior.

Con un 47% de los votos, la opción de “Obligación escolar” resultó la más votada en un veredicto, que sigue activo en la sección de Cultura  del sitio de Internet de EL INFORMADOR, cuya pregunta propuesta es “¿Cuál fue tu principal motivación para leer por primera vez a Juan Rulfo?”.

Pese al resultado mayoritario por la opción académica, vale la pena mencionar que la segunda opción más referida por los lectores ha sido la de “Iniciativa propia” con un 26.6% de las preferencias.

Otras dos opciones son las que menos atrajeron la identificación de los lectores: “Recomendación de conocido” (17%) y “Gusto por el autor” (9.4%).

La votación sigue activa y puede consultarse en la columna derecha de la sección de Cultura http://www.informador.com.mx/cultura/

A continuación los resultados integros hasta las 16:30 horas del domingo 22 de septiembre:

¿Cuál fue tu principal motivación para leer por primera vez a Juan Rulfo?

Iniciativa propia    26.6%

Obligación escolar    47.0%

Gusto por el autor    9.4%

Recomendación de conocido    17.0%

Votos totales:    1,379

Estos resultados no tienen valor estadístico formal y sólo reflejan la opinión de usuarios del sitio de Internet de EL INFORMADOR.
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