Cultura

Jordania exige a Israel la devolución de los Rollos del Mar Muerto

Hallados en 11 cuevas alrededor de la costa noroeste del Mar Muerto, entre 1947 y 1956, un parte fue recolectada a través de varias vías por arqueólogos israelíes

JORDANIA.- Jordania ha presentado una demanda ante las Naciones Unidas para que Israel le devuelva una parte considerable de los milenarios Rollos del Mar Muerto, un conjunto de más de 20 mil fragmentos manuscritos atribuidos a la misteriosa casta de los esenios.

Según la demanda, Israel se apropió de parte de esos manuscritos durante la Guerra de los Seis Días de 1967, al ocupar la parte este de Jerusalén y sacarlos del Museo Rockefeller, en el que se hallaban.

Los conocidos como Rollos del Mar Muerto constan de unos 900 textos antiguos en hebreo, arameo y griego, y son los documentos más antiguos hallados hasta ahora sobre la vida en Judea hace más de dos mil años y del Antiguo Testamento.

Hallados en 11 cuevas alrededor de la costa noroeste del Mar Muerto, entre 1947 y 1956, un parte fue recolectada a través de varias vías por arqueólogos israelíes, y otra se hallaba en un museo de Jerusalén Este, que estuvo bajo ocupación jordana entre 1948 y 1967.

Nueva teoría

Tradicionalmente, la autoría de los documentos es atribuida a los miembros de la misteriosa secta de los esenios, que vivían aislados y dedicados a Dios en una aldea cercana a orillas del desértico Mar Muerto. Teorías más recientes disputan la autoría de los documentos, datados entre el 150 antes de Cristo y el 70 de la era actual, y apuntan a que, en realidad, procedían de distintos registros de toda Judea y llegaron a las cuevas de Qumran en una fecha próxima a la gran guerra contra Roma, que condujo a la destrucción del Templo y el exilio forzoso de los judíos, en el año 70 después de Cristo.

Una parte de los manuscritos está albergada en el emblemático Santuario del Libro de Jerusalén, pero hay colecciones privadas y otros remanentes en tres universidades de Estados Unidos.

Según las fuentes, Jordania ha presentado también una solicitud al Gobierno de Canadá para que confisque una muestra de los manuscritos que actualmente se exhibe en Toronto, alegando que el derecho internacional le concede ese privilegio hasta que se resuelva el litigo sobre la propiedad.
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