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Nuestros cachivaches

GUADALAJARA, JALISCO (24/ENE/2011).- Guadalajara se prepara para los Juegos Panamericanos y eso significa -dicen los que saben- ser vista por muchos países, lo cual genera una oportunidad no sólo para ofrecer una buena imagen de la ciudad, sino para hacerla atractiva al turista extranjero y sobre todo al inversionista.

Nos conviene creer que es así. Y actuar en consecuencia, porque nos merecemos una mejor ciudad. Y bajo esa lógica, en busca de proyectar lo bueno que tenemos y lo que somos, nada mejor que los espacios destinados a la exhibición de nuestro pasado lejano e inmediato, así como las tradiciones que nos unen y definen que bien podrían estar contenidas en los museos.

Pero, ¿realmente contamos con museos que sean representativos de lo que somos y queremos que el mundo conozca de nosotros? Los espacios que se anuncian como museos en la Zona Metropolitana de Guadalajara guardan características más cercanas a espacios para exponer en calidad de galería, que de espacios para exhibir un acervo único, original, trascendente de y para la población. Entre los que mantienen una actividad continua y que presumiblemente cuentan con un acervo que mostrar se encuentran: Museo de la Ciudad, Museo Regional de Guadalajara, Museo Pantaleón Panduro, Museo del Periodismo y las Artes Gráficas, Casa Museo López Portillo, Museo de las Culturas Populares, Instituto Cultural Cabañas, Museo de Arqueología de Occidente de México, Museo de Cera, Museo de Paleontología, Instituto de la Artesanía Jalisciense, Museo del Colegio del Aire de la Fuerza Aérea, Museo de Arte Huichol Wixárica, Museo de Ripley, Museo del Ferrocarril y Museo Tonallan; en todos estos centros de cultura existe material para ser observado y valorado, que oscila entre aquello que bien puede ser considerado como patrimonio regional o como simple y llano cachivache. No tengo duda ni temor a afirmar que los segundos nos dominan.

Entre los que pomposamente se anuncian como museos, pero que su función sustantiva y total es la de ser galería: “Pieza larga y espaciosa, con muchas ventanas, o sostenida por columnas o pilares, que sirve para pasear o para colocar en ella cuadros, adornos y otros objetos”, se encuentran: Museo de Arte de Zapopan, Museo Raúl Anguiano, Casa Taller Clemente Orozco, Museo de las Artes, Casa Escorza y Casa Vallarta. Existen otras alternativas que fungen entre lugar de esparcimiento y ludotecas como son: Museo Trompo Mágico, Globo Museo del Niño.

Punto y aparte es el hecho de que la infraestructura de estos “museos” en su mayoría es precaria, dada su falta de conservación tanto del inmueble como de lo que se exhibe. Bajo esta realidad, la Zona Metropolitana de Guadalajara tiene un pendiente emergente, que es el de decidir qué quiere mostrar al mundo panamericano y cómo quiere hacerlo. Puede ser que esa decisión resulte más sólida que aquella de aumentar la tarifa para apreciar nuestros muy queridos cachivaches.
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