Cultura
Inician nueva etapa de investigación en zona de Xochicalco
Arqueólogos del INAH comenzaron a explorar una calzada prehispánica que conduce a un templo ceremonial dedicado a Quetzalcóatl
El arqueólogo Marco Antonio Santos, director del sitio, destacó que con los nuevos datos que aporta esta etapa se avanza en la construcción de la historia del sitio, que a 100 años de que iniciaron sus exploraciones sólo se conoce en un 10 por ciento.
"A partir de este nuevo proyecto se empieza a explorar el primero de los cuatro sitios periféricos detectados hasta ahora, y se ampliará a 15 por ciento el área de exploración de Xochicalco, lo que va a aportar información sobre la constitución de la ciudad en términos políticos, económicos, sociales y religiosos", subrayó.
El arqueólogo recordó que las labores comenzaron en julio y agosto, con una inversión de poco más de un millón de pesos aportados por el Programa de Empleo Temporal (PET), y constan de la limpieza del antiguo empedrado de más de mil años de antigüedad que lleva a la cima del cerro La Bodega o Coatzin (serpiente), al oriente del área monumental de la ciudad prehispánica de Xochicalco, donde se localiza un templo, aún sin excavar, de similar relevancia a la Pirámide de la Serpiente Emplumada.
Explicó que por crónicas del siglo XVII se tiene conocimiento de la calzada y dicha edificación, así como por un croquis de 1980 y fotografías de los años 30, "que muestran dicho camino que con el tiempo se fue cubriendo de vegetación'.
Sin embargo, acotó, es hasta ahora que a través de los trabajos de desyerbe del PET se tienen datos precisos de su longitud, ancho, composición y descripción arquitectónica".
Señaló que con este "redescubrimiento" cambia la hipótesis del patrón de asentamiento que se tenía de este sitio prehispánico, que planteaba que los centros ceremoniales estaban ubicados en el centro y que en las áreas periféricas se encontraban las edificaciones de los agricultores y artesanos.
La calzada, expuso, está delimitada por dos muros de piedra caliza, recubiertos con piedra de andesita y luego con estuco, los cuales alcanzaban una altura de un metro y medio.
En su centro tiene, a manera de "alfombra", cinco metros de empedrado, lo que sugiere que los xochicalcas le dieron un uso sagrado y emplearon ese diseño para que quedara perfectamente diferenciado este espacio ritual de lo profano.
El arqueólogo del INAH deduce que la calzada se empezó a construir al mismo tiempo que se edificó la parte central de Xochicalco, porque también tiene varias etapas constructivas; la cronología que han determinado para este lugar es del 650 a 900 d.C., igual que la del área monumental de este sitio arqueológico declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, en 1999.
Para el director de la zona arqueológica, la calzada conducía a un área sagrada muy importante, localizada justo en el punto más alto de Xochicalco, desde donde se tiene una vista panorámica de toda la zona y donde se encuentra un templo dedicado a Quetzalcóatl aún no excavado.
"Antes se pensaba que en el centro estaban los templos dedicados al culto y que los cerros contiguos eran donde vivía la gente, sin embargo, ahora vemos que no, que éstos también eran sitios sagrados.
Ahora la duda es ¿en dónde vivía la gente?, habrá que buscar en otros lados el punto donde se pudieron haber asentado, y con ello determinar exactamente cuál era la extensión del sitio", comentó.
Según el arqueólogo, una vez más se comprueba que Xochicalco fue construido como un espejo del universo en términos simbólicos, en donde la alineación de los edificios con algún punto en el horizonte, ya sea relacionado con la salida del Sol, con la Luna o con algunos planetas, determinó el diseño de la antigua ciudad.
"Esta calzada y el templo superior tienen esa vocación astronómica ya que durante la limpieza de la calzada se localizó una estela con una degradación al centro de una de sus caras, lo que parece indicar que se trata de un marcador astronómico que señalaba a través de un juego de luces y sombras alguna fecha importante en el calendario mesoamericano".
La estela -de 1.50 metros de alto por 35 centímetros de ancho-, está elaborada en andesita, tallada por sus cuatro caras y pintada de rojo, aparentemente con óxido de mercurio; se encontró tirada en la parte inferior de la calzada.
Santos informó que además de la estela, identificaron cinco elementos arquitectónicos que quizá formaron parte del templo en su parte superior, elaborados con la misma técnica decorativa de la estela.
Otra aportación del estudio de esta área periférica, dijo el arqueólogo, es que "nos da elementos para reafirmar la hipótesis de que el dios principal del sitio fue Quetzalcóatl.
Uno de los aspectos en discusión entre los especialistas es determinar cuál era la deidad más importantes del sitio; algunos investigadores afirman que fue Tláloc y otros optamos por Quetzalcóatl, esta área nos da más fundamentos para decir que este último fue el dios principal".
El templo dedicado a Quetzalcóatl se sugiere que es el más alto del sitio y está ubicado a mil 325 metros sobre el nivel del mar, desde ahí se tenía un dominio visual de todo el sitio, al mismo tiempo que era un espacio de protección, ya que la arquitectura del recinto, ubicado en la cima del cerro Coatzin es de estilo fortaleza: con una serie de fosos y murallas que lo resguardan, detalló.
Otro elemento más de esta construcción que le confiere relevancia y que refuerza la hipótesis de que Xochicalco estuvo dedicado a Quetzalcóatl, por encima de Tláloc, es la orientación este-oeste que tiene tanto la calzada como el propio templo.
Además de los trabajos de liberación y limpieza en la calzada sagrada, la aplicación del PET permitió dar mantenimiento a las áreas de servicios y se construyó una palapa a la entrada del área monumental, donde se colocaron bancas y se arreglaron áreas verdes, lo que se tradujo en la contratación de 130 personas de la localidad.
Finalmente adelantó que el templo al que conduce esta calzada se prevé excavarlo en 2011.
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