Cultura
García Lorca da voz al Egipto más humilde
En Bodas de sangre, una joven novia decide abandonar a su esposo el día de su boda para escaparse con Leonardo, casado y con hijos, de quien está verdaderamente enamorada
Magoa presenta por primera vez la función esta semana en el teatro Gomhuriya de El Cairo y quiso que la obra, que él mismo ha traducido del español al árabe, se desarrollara "en un barrio popular de El Cairo en 2011".
"Pensé que Lorca se ajustaba mucho al mundo árabe", ha afirmado Magoa durante una entrevista con Efe en la que ha subrayado que la obra del poeta granadino y la sociedad egipcia tienen en común "el poder de la mujer dentro de la casa, la importancia del matrimonio en el ámbito rural, el amor y la pasión".
Para preparar la representación, el director asistió a varias bodas en los barrios más humildes de la capital egipcia y se sirvió de las fotografías y vídeos que tomó entonces para montar la escenografía.
"En el barrio de Al Basatín, por ejemplo, todo es de ladrillo y en las bodas la gente se sienta en sillas y simplemente toma una Mirinda (refresco de naranja)", ha rememorado Magoa.
Estas excursiones a las zonas más humildes de El Cairo le permitieron también entrar en contacto con la realidad del país: "En las celebraciones era el único extranjero y todo el mundo me prestaba atención, pero cuando le di la mano a una novia y la felicité, me llamaron la atención por haberla tocado", ha explicado.
La adaptación de Magoa transcurre al ritmo del laúd y sus personajes visten ropas árabes y bailan las mismas canciones populares que suenan en los taxis cairotas y en los barcos-discoteca que surcan el Nilo.
En "Bodas de sangre", una joven novia decide abandonar a su esposo el día de su boda para escaparse con Leonardo, casado y con hijos, de quien está verdaderamente enamorada.
El actor que interpreta a Leonardo, Mohamed al Dib, ha reconocido que le costó comprender el comportamiento del personaje porque en Egipto las relaciones extramatrimoniales están muy mal vistas, aunque admitió que las infidelidades no son raras en el país de las Pirámides.
"Leonardo persigue el amor y hace todo lo que puede para llevarse a la novia; lo más chocante es que en el guión esto no es malo, es bueno", ha apuntado.
La adaptación de Magoa se centra en el amor y explora los sentimientos de la madre del novio rechazado, una viuda que encarna la furia y la frustración por lo que le ocurre a su hijo.
La actriz que interpreta a la madre, Diah Hisham, la ha descrito como "una mujer muy dura que ha sufrido mucho y quiere venganza", y ha asegurado que "en Egipto hay muchas mujeres como ella, que hacen de hombre de la casa, que matarían por sus hijos y que sólo se quedarían satisfechas con la venganza".
Al igual que el resto de las actrices, Hisham aparece sobre el escenario vestida de negro, con el pelo cubierto por un "hiyab" o velo islámico, una decisión que contrarió a las más coquetas.
"No les gustan mucho estas ropas, pero las mujeres iban de negro en España y van de negro aquí, y he tenido que convencerlas. Al final se han dado cuenta de que esto les ayuda en el personaje", ha explicado el director.
Uno de los objetivos de esta adaptación es "poner un espejo sobre el escenario" para mostrar una realidad, la de la clase egipcia más humilde, que no suele aparecer en la televisión ni en las películas.
"Quería mostrarles que lo popular no es peyorativo", ha apuntado Magoa, que ha calificado de "esfuerzo titánico" hacer entender su propuesta a los actores -la mayoría de ellos procedentes de barrios de clase alta- y enseñarles a "tratar la pobreza con respeto".
"Bodas de sangre", un proyecto en colaboración con la Embajada de España en El Cairo, llega a los teatros egipcios con varios meses de retraso, ya que la revolución egipcia que terminó con la caída del régimen de Hosni Mubarak, el pasado 11 de febrero, interrumpió los ensayos.
Magoa ha recordado que cuando terminó el último ensayo del grupo, en plena revolución, actores y director salieron a la calle y se vieron envueltos en una nube de gases lacrimógenos y manifestantes y policías corriendo.
"Yo conozco a gente que murió durante la revolución y cuando volví les dije a los actores que la obra debe ser un homenaje a la gente de su edad que perdió la vida para que ellos tuvieran un futuro mejor", ha aseverado el director.
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