Fabián Ugalde ahonda en las 'Reinversiones' del arte contemporáneo
El artista queretano presentará su trabajo de los últimos 10 años con la exposición “Reinversiones”
Será en la Galería Tiro Al Blanco donde Ugalde comparta un total de 27 piezas trabajadas sobre pintura e impresiones digitales, obras que fueron apoyadas con la curaduría de Edgar Fox. El reconocido creador queretano, peculiar por el acento humorístico, crítico e irónico en su trabajo, destaca que la idea de emplear la palabra "Reinversiones" nace del agobiante ajetreo existente en el mercado del arte y cómo es que se oferta ante los propios artistas y los espectadores.
Una de las piezas más emblemáticas de Fabián Ugalde es "Asfixia", pieza en la que retoma legendarias siluetas de la propuesta contemporánea, como el popular perro inflable de Jeff Koons, en la que el queretano distorsiona el sentido natural de la obra al mezclarla con elementos característicos del también creador Damien Hirst, lo que da por resultado una nueva interpretación que él denomina como un "espejo".
Ugalde asegura que a través de sus obras "Se cuestionan algunos malestares que yo encuentro en al arte contemporáneo de primera línea, lo que nos presentan como gran arte contemporáneo. Encuentro contradicción, fallas en los sistemas de legitimación, actitudes un poco absurdas por parte del mercado y de los mismos artistas a partir de imágenes icónicas de esta historia reciente del arte, desde el pop. Yo reconstruyo nuevas imágenes, y a través de eso hago pinturas y una especie de crítica", destaca el artista al añadir que incluso experimenta con objetos tridimensionales que son también manifestados mediante la pintura.
Fabián Ugalde -con formación de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, La Esmeralda, del Instituto Nacional de Bellas- reconoce que este proceso de creación en la última década significa una evolución y madurez que a travesó por tres etapas especiales: la frustración y enojo, la objetiva y el encuentro de las salidas.
En ese primer desarrollo, Ugalde confiesa que mediante sus obras manifiesta "un enojo contra la intensión de desaparecer a la pintura del arte contemporáneo y eliminarla de ferias, bienales. Las obras eran más amargas. Después vino una etapa más ligera, menos densa, con la crítica más objetiva y menos cruda, incluso las imágenes son coloridas y menos sórdidas".