Cultura
En los alrededores de la muerte
El nuevo libro del poeta jalisciense, Séptico, esta divido en 12 partes, aunque según el autor puede leerse como un solo poema o bien como 12 poemas independientes vinculados por un mismo tono
Arrellanado en un sillón rojo, con pausas de tres o cuatro segundos tras cada frase, el poeta jalisciense dice que Séptico puede leerse como un solo poema dividido en 12 partes, o bien como 12 poemas independientes pero vinculados por un mismo tono, “pero en todo caso por una misma sugerencia temática”: los alrededores de la muerte. Precisa que no se trata de ninguna crónica ni de un relato. Ningún lector encontrará entre sus páginas nada parecido a una narración de muerte.
El tema le estalló en la cara en forma de libro con dos experiencias. La primera fue la noticia de la enfermedad terminal de un familiar. Tras enterarse, De Aguinaga tomó notas impresionado por la manera en que la vida cotidiana se ve alterada por ese cambio en el entorno. Sin embargo, esas notas le dieron vergüenza y decidió guardar el cuaderno.
“Esas notas que tomé me inspiraban una especie de vergüenza o hasta remordimiento en las semanas y meses que vinieron después de la muerte de la persona a la que me refiero. No fue mi propósito ver qué hacía con esos apuntes en lo inmediato. De hecho, el cuaderno en que anoté esos borradores quedó convertido en una especie de cuaderno maldito que puse ahí y ya ni siquiera lo utilicé para escribir nada más”.
Año y medio después, el poeta jalisciense se enteró del asesinato de otro miembro de su familia. Releyó lo escrito en la libreta olvidada y trató de seguir alguna pista. Posteriormente recibió dos invitaciones: al Verano de la Poesía de 2011 y a un festival de poesía en la Ciudad de México. Previo al primer evento escribió el libro.
En los primeros borradores, De Aguinaga cuenta que encontró notas sobre una suerte de cotidianeidad alterada. “Y me di cuenta que en esos primeros borradores yo estaba tratando de poner atención en las cosas concretas, en los pequeños objetos que pueblan nuestra vida cotidiana y que se tiñen de extrañeza durante la agonía de una persona, de modo que no es lo mismo que haya una botella vacía de refresco en la mesa de trabajo de una persona a que esté esa botella, esa mesa, pero junto a la mesa se ubique la cama donde una persona esté muriéndose”.
De Aguinaga agrega que al desprenderse del objeto de su poema, los sentimientos y las emociones maltrechas no se resuelven con ese punto final.
“La escritura del poema se parece a una travesía, de modo que uno, cuando termina de hacer el poema, acaba en otra parte que donde estaba al empezar. Y si el proceso es satisfactorio, probablemente logre también superar un estado de ansiedad, de sufrimiento...”.
FRASE
"Somos lo que somos viéndonos reflejados en la experiencia ajena y no siendo del todo capaces de distinguir entre lo que nos está pasando y lo que está pasándole a otro "
Luis Vicente de Aguinaga, poeta
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