Cultura
Elías Nandino abandonó la medicina para ser poeta
Cirujano de profesión, llegó a desempeñarse en la jefatura del Hospital Juárez y otras clínicas privadas y públicas
Vio la primera luz en Cocula, Jalisco, el 19 de abril de 1903 y dedicó sus años de adolescencia al estudio de la Medicina, logrando convertirse en cirujano de profesión y desempeñarse en la jefatura del Hospital Juárez y otras clínicas privadas y públicas.
No obstante, durante esos años descubrió que su verdadera pasión era la poesía y se interesó aún más al conocer al grupo de Los Contemporáneos, quienes deseaban recuperar el carácter universal de la rima a través de sus textos.
Por esos años es cuando Nandino comenzó a escribir y publicó una serie de textos influenciados en su primera etapa por los Contemporáneos, en especial por Xavier Villaurrutia y José Gorostiza.
Los temas que aborda en esta etapa son oscuros, abarcando situaciones que involucran a la muerte, el sueño y la noche. Sus versos se encuentran cargados de retórica, metáforas y un sinnúmero de juegos de palabras que hasta cierto momento vuelven empalagosa su poesía.
Según sus biógrafos, para los años 50, su trabajo se vuelve más maduro y logra encontrar un estilo propio, ya que deja de lado los juegos de palabras para ganar profundidad y sencillez, cuestiones que serían características para el resto de su obra y sus poemas en la vejez.
De acuerdo con los especialistas, la última etapa del jalisciense se encuentra marcada por temas eróticos y metafísicos que se mezclan con un tono confesional, aunque nunca abandona su aire irreverente, tal como lo calificó años atrás el fallecido Carlos Monsiváis.
Nandino fundó la revista "Estaciones", que se convirtió en una de las más prestigiadas no sólo de México, sino también de América del Sur. A través de esta publicación, tendió la mano a los escritores que apenas iniciaban en el mundo literario, por lo cual se destaca su contribución al círculo de poetas.
También se desempeñó como editor de la colección de cuadernos "México Nuevo" y dirigió el proyecto de "Cuadernos de Bellas Artes".
Por su destacada labor y la fineza de su pluma mereció reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura en 1979 y el Premio de Poesía de Aguascalientes.
"Espiral" (1928), "Sonetos" (1937), "Poemas árboles" (1938), "Espejo de mi muerte" (1945), "Eternidad del polvo" (1970), "Cerca de lo lejos" (1979), "Conversación con el mar" (1982), "Costumbre de morir a diario" (1982), "Erotismo al rojo blanco" (1983), y su última obra "Ciclos Terrenales" (1989), dan cuenta del talento de Nandino como poeta.
Su obra también fue motivo de varios libros; como ejemplo, una biografía desautorizada por el poeta, titulada "Una vida no velada", escrita por Enrique Aguilar, y el libro "Elías Nandino: poeta de la vida, poeta de la muerte", de Marco Saavedra.
Elías Nandino falleció el 3 de octubre de 1993, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, y en su honor se ha instaurado la entrega del Premio Nacional de Poesía Joven "Elías Nandino", que organiza y convoca la Secretaría de Cultura de Jalisco, el Ayuntamiento de Cocula y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Síguenos en