Cultura
El escritor Günter Grass celebra a ritmo de tambor su cumpleaños
También conmemoró los cincuenta años de su novela más famosa, El tambor de hojalata
Grass leyó fragmentos de su novela -que se lanzó en la Feria de Fráncfort de 1959 para convertirse de inmediato en un éxito- y una parte de "Mi siglo", en el que recuerda precisamente la aparición de "El tambor" en un año que es considerado como mágico para la literatura alemana de la postguerra.
Ese año, como se ha recordado con frecuencia a propósito del cincuentenario de "El tambor de hojalata", se publicaron otros dos libros -"Billar a las nueve y media" de Heinrich Böll y "Conjeturas sobre Jakob" de Uwe Johnson- que se han convertido en clásicos de la segunda mitad del siglo XX.
Grass, en el texto de "Mi siglo", alude a ello al contar cómo, mientras él escapaba del ajetreo de la Feria y de "las 20.000 novedades" y bailaba en una fiesta de la editorial Luchterhand, los periodistas escribían artículos con títulos como "al fin llega la literatura alemana de la postguerra" o "Grass y Böll triunfan"
Desde el lanzamiento de "El tambor de hojalata" en 1959 muchas cosas han cambiado en la Feria. Ya no se presentan 20 mil novedades sino más de 100 mil y la muestra ya no se ocupa sólo de libros.
De hecho el lugar donde se celebró el acto de Grass, un cine situado en un pabellón de la Feria, es relativamente nuevo y forma parte de una nueva sección dedicada a las relaciones entre cine y literatura.
"El tambor de hojalata" es un ejemplo de esas relaciones puesto que fue llevado a la pantalla por Volker Schlöndorf en una película que le valió al director un Óscar.
Grass, además, ha cambiado de editorial desde hace años y Lüchterhand no tenía nada que ver con la fiesta de este año, organizada por Steidl.
Para la lectura se escogieron pasajes especialmente rítmicos de "El tambor de hojalata" -entre otros, dos poemas que forman parte de la novela- y el ritmo del texto era complementado con el que marcaba Sommer en una batería gigantesca con la que logró, desde el comienzo del acto, crear una atmósfera de misterio y lejanía en torno a la voz de Grass.
En las pausas de la lectura, se podía ver como el escritor estaba completamente compenetrado con el ritmo dictado por Sommer y lo seguía moviendo la pierna derecha sobre el escenario.
Al final, incluso se pudo tener la impresión de que Grass estaba a punto de empezar a cantar su novela y la frase con la que terminó el espectáculo fue dicha en coro por Grass y por Sommer.
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