Cultura
El Museo Nacional de Antropología reabrió sus puertas
Con la auscencia de venderdores ambulantes y los voladores de Papantla el museo se puso de nuevo en actividad
(MNA), tras su reapertura oficial, a casi 15 días de que se decretó la contingencia sanitaria por el virus de influenza humana (AH1N1).
Los globos, los dulces, las tortas, las burbujas de jabón y otros puestos que suelen postrarse a unos cuantos metros de la monumental escultura de "Tláloc", sobre Paseo de la Reforma, brillaron por su ausencia.
Incluso, el puesto de revistas que se encuentra a un costado, tenía abajo sus cortinas. Sobre esa vereda, sólo se observaba un par de ardillas que temerosas bajaron de un árbol buscando algo de comer.
El show de los Voladores de Papantla que se exhibe a unos cuantos metros de la entrada principal del dicho museo, tampoco está listo para volver; en el sitio, sólo se apreciaba un enorme tubo de poco más de 15 metros de altura en el abandono.
Mientras los autos fluyen de manera ágil, trabajadores de limpia del gobierno capitalino realizan sus labores, algunos de ellos con tapabocas y guantes de látex, sobre los jardines que rodean el recinto.
Al parecer, la contingencia sanitaria aún ocasiona temor, pues son pocos los visitantes que ingresan al recinto.
Una pareja de origen americano fue la primera en entrar a este lugar, no sin antes pasar por tres filtros sanitarios. Detrás de ellos, se encontraba José Rubio, contratista y padre de familia, quien tomado de la mano de su pequeño de siete años, hacía la propio.
Rubio espero con paciencia a que el Museo de Antropología abriera sus puertas, pues tenía que ayudar a su hijo a hacer una tarea escolar.
"Creo que retrasaron mucho la apertura, sobre todo para quienes tienen trabajos escolares. En mi caso, tenía que haber venido a este museo desde hace un par de días a buscar información para mi hijo que le pidieron en la escuela, pero el museo estaba cerrado", comentó.
"Tenemos miedo de estar aquí pero qué se le va hacer, uno tiene que salir a la calle; en esta ocasión aprovecharemos rápido el museo ahora que se encuentra solo para hacer la tarea de mi hijo", dijo el hombre, quien a su entrada recibió un poco de gel desinfectante y un cubre bocas de parte del personal de seguridad del recinto.
Por su parte, Alejandra y Noemí Gutiérrez, estudiantes, coincidieron en que ahora que la alerta sanitaria por el virus de influenza se encuentra en amarillo, de todas formas tomarán sus precauciones, pues consideran que aún existe riesgo de contagio.
"Yo no me quitare el tapabocas hasta que no disminuya completamente la alerta sanitaria, expresó Alejandra, para quien la población y autoridades no están preparadas para este tipo de situaciones.
CIUDAD DE MÉXICO.- Desoladas y en completa calma lucen aún las calles aledañas el Museo Nacional de Antropología
Los globos, los dulces, las tortas, las burbujas de jabón y otros puestos que suelen postrarse a unos cuantos metros de la monumental escultura de "Tláloc", sobre Paseo de la Reforma, brillaron por su ausencia.
Incluso, el puesto de revistas que se encuentra a un costado, tenía abajo sus cortinas. Sobre esa vereda, sólo se observaba un par de ardillas que temerosas bajaron de un árbol buscando algo de comer.
El show de los Voladores de Papantla que se exhibe a unos cuantos metros de la entrada principal del dicho museo, tampoco está listo para volver; en el sitio, sólo se apreciaba un enorme tubo de poco más de 15 metros de altura en el abandono.
Mientras los autos fluyen de manera ágil, trabajadores de limpia del gobierno capitalino realizan sus labores, algunos de ellos con tapabocas y guantes de látex, sobre los jardines que rodean el recinto.
Al parecer, la contingencia sanitaria aún ocasiona temor, pues son pocos los visitantes que ingresan al recinto.
Una pareja de origen americano fue la primera en entrar a este lugar, no sin antes pasar por tres filtros sanitarios. Detrás de ellos, se encontraba José Rubio, contratista y padre de familia, quien tomado de la mano de su pequeño de siete años, hacía la propio.
Rubio espero con paciencia a que el Museo de Antropología abriera sus puertas, pues tenía que ayudar a su hijo a hacer una tarea escolar.
"Creo que retrasaron mucho la apertura, sobre todo para quienes tienen trabajos escolares. En mi caso, tenía que haber venido a este museo desde hace un par de días a buscar información para mi hijo que le pidieron en la escuela, pero el museo estaba cerrado", comentó.
"Tenemos miedo de estar aquí pero qué se le va hacer, uno tiene que salir a la calle; en esta ocasión aprovecharemos rápido el museo ahora que se encuentra solo para hacer la tarea de mi hijo", dijo el hombre, quien a su entrada recibió un poco de gel desinfectante y un cubre bocas de parte del personal de seguridad del recinto.
Por su parte, Alejandra y Noemí Gutiérrez, estudiantes, coincidieron en que ahora que la alerta sanitaria por el virus de influenza se encuentra en amarillo, de todas formas tomarán sus precauciones, pues consideran que aún existe riesgo de contagio.
"Yo no me quitare el tapabocas hasta que no disminuya completamente la alerta sanitaria, expresó Alejandra, para quien la población y autoridades no están preparadas para este tipo de situaciones.
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