Cultura
El Guggenheim tropieza con oposición ciudadana en Berlín
Un total de 17 iniciativas cívicas se han unido para hacer frente común contra lo que consideran una “escenificación anómala” con el mero objetivo de actuar como “pantalla publicitaria” para el consorcio automotriz BMW y la poderosa fundación neoyorquina
Un total de 17 iniciativas cívicas se han unido para hacer frente común contra lo que consideran una “escenificación anómala” con el mero objetivo de actuar como “pantalla publicitaria” para el consorcio automotriz BMW y la poderosa fundación neoyorquina.
La plataforma, presente en internet como Leute am Teute (Gente de la Teutoburger Platz), pretende que Guggenheim desista de llevar su laboratorio al Prenzlauer Berg, el barrio de la modernidad berlinesa, después de que ya renunciara a hacerlo en el multiétnico de Kreuzberg.
El mero anuncio de que el laboratorio se proponía ir a Kreuzberg, escenario usual de batallas campales durante el llamado Primero de Mayo Revolucionario, desencadenó la semana pasada los primeros escarceos entre policía y opositores al proyecto.
Por el barrio empezaron a verse panfletos y carteles con la frase BMW? Neeee... -traducible por “¿BMW? Noooo...”-, junto a imágenes de coches de alta gama ardiendo, características de los disturbios del barrio en las fechas “revolucionarias”.
La fundación Guggenheim se apresuró a buscar una alternativa más tranquila y recaló en Prenzlauer Berg, barrio del antiguo sector este convertido tras la reunificación en bastión de la bohemia-chic.
El alcalde-gobernador de Berlín, el socialdemócrata Klaus Wowereit, trata por todos los medios de salvar para la capital alemana un proyecto considerado un “objeto de prestigio”, además de un imán turístico, en aquiescencia con las autoridades del distrito.
La ciudadanía lo ve distinto, muy en la tradición berlinesa de oponerse a todo o casi todo que suene a imposición, también en el terreno cultural, o a producto patrocinado por el gran capital.
Las negociaciones entre las autoridades de Prenzlauer Berg y la fundación no están cerradas y el alcalde berlinés trata de mediar en el asunto combinando el respaldo tácito a las autoridades del distrito con un intercambio de cartas a Nueva York, garantizando su total apoyo.
Para Wowereit, una renuncia de los Guggenheim a trasladar su laboratorio a Berlín sería un segundo lamparón relacionado con la prestigiosa fundación y la capital alemana.
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