Cultura

Diccionario de Estudios Culturales Latinoamericanos

Aparece volumen de diccionario que podría generar polémica ya que su enfoque ha sido tratdo diferente

CIUDAD DE MÉXICO.-Para Robert Mckee Irwin, co coordinador junto con Mónica Szurmuk del "Diccionario de Estudios Culturales Latinoamericanos", este volumen habrá de generar polémica, por tratarse de un tema novedoso en la región, por su enfoque diferente a como ha sido tratado tradicionalmente.  

En entrevista con Notimex, el doctor en Literatura Comparada por la Universidad de Nueva York explicó que el volumen, en el que participan 54 especialistas de diversas naciones, como México, Argentina, Colombia, Puerto Rico o España, por mencionar algunos, el análisis que se hace en los 48 términos que se definen es puramente estético.  

Lo anterior, a diferencia del ángulo que tradicionalmente se ha hecho en la región del tema de los estudios culturales, al que por lo general se le ha pasado por el tamiz político e ideológico, social, más que por el de la expresión artística neta, anotó Robert Mckee (Filadelfia, Pensilvania, 1962).  

Como ejemplo citó que en Francia se produce arte y se analiza en términos universales; mientras que en América Latina el estudio que se hace es más en términos sociales y políticos, por lo que este debate no está resuelto aún y de allí que el diccionario pueda causar polémica.  

Esto pareciera que se debe al peso que tuvo en los movimientos culturales y su estudio el fuerte momento político que vivió el subcontinente en los años 60, con la Revolución Cubana y los movimientos sociales subsecuentes, explicó.  

Pero en México se puede pensar más allá, hasta el muralismo que surgió desde la década de 1930, que si bien se perfiló a partir de lo ocurrido en la Revolución Mexicana, esta escuela de pintura -que se internacionalizó- también tiene su estética propia, acotó.  

En ese sentido, el también profesor de Literatura Latinoamericana en la Universidad de California, en Davis, donde además participa en un programa de postgrado interdisciplinario de estudios culturales, aceptó que la aparición de este volumen podrá genera todo tipo de crítica.  

Porque los estudios culturales como fenómeno nuevo abarcan, asimismo, los espacios de la academia, entonces habrá opiniones favorables y no tanto, entre otras razones debido a que toca a diferentes disciplinas, y desde éstas habrá movimientos quizá defensivos.  

El volumen de 331 páginas, publicado por el Instituto Mora y la editorial Siglo XXI, de México, se presenta como un diccionario que da 48 definiciones sobre términos que se manejan en los estudios culturales en general, conceptos elaborados por 54 especialistas de diversas nacionalidades.  

Mckee Irwin explicó que su elaboración se llevó a cabo a lo largo de tres años, apoyados él y Mónica Szurmuk por una beca de UC-Mexus, un programa de la Universidad de California. La coordinación se llevó a cabo principalmente a través de correo electrónico y cuando fue necesario de manera personal.  

En algunos casos se analizó con los autores respectivos las definiciones elaboradas, a manera de enriquecer la información, pero nunca para imponer criterios, aclaró.   

En cada término hay una genealogía para que se llegará a criterios universales, latinoamericanos, por encima de los usos locales o nacionales, abundó.  

Señaló que el diccionario está dirigido a un público bastante amplio, en primer lugar a los investigadores de los estudios culturales latinoamericanos, campo que es muy interdisciplinario, por lo que abarca a personas de diferentes materias, por ejemplo de historia, antropología, literatura, filosofía, entre otros, así como los que trabajan en las propias artes.  

La idea surgió a partir de un diplomado práctico de Gestión Cultural que dio el Instituto Mora de la Ciudad de México, patrocinado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), en el que Szurmuk participó al dictar la faceta teórica y crítica, indicó.  

Refirió que entre otras fuentes, los estudios culturales de manera amplia tiene su génesis en el trabajo iniciado en los años 50 y 60 en la Universidad de Birmingham, en Gran Bretaña, donde el acercamiento se hizo no sólo a las que se pueden considerar altas artes, como la música clásica, la literatura o las artes plásticas, sino también a las de origen popular.  

De entonces para acá, dijo, este campo ha llegado a un momento muy flexible, móvil, por lo que el diccionario será muy bueno para la actualidad pero conforme avancen los estudios culturales y las propias artes, sin duda habrá de desencadenar enriquecimientos e innovaciones de las definiciones que incluye el diccionario.  

Al hablar en particular sobre América Latina, dijo que este tipo de trabajos pasa por un momento en general de institucionalización, toda vez que se han abierto programas de estudios en diferentes países de la región, como Ecuador, Brasil, Costa Rica, Argentina, Colombia, Chile, Perú y México, por nombrar algunos.  

Esto, añadió, al mismo tiempo enriquecerá las definiciones que se presentan en el volumen, en el que participan especialistas como Silvana Rabinovich, Luzelena Gutiérrez de Velasco, Juan Pablo Davode, Debra Castillo, Kate Jenckes, Estelle Tarica, Héctor Fernández L`Hoeste, Antonio Prieto, Isabel Quintana, Eduardo Restrepo y el propio Robert Mckee.  

Destacó que el trabajo se realizó en México, y no en otro país que puede tener estudios culturales más desarrollados, porque aquí los que existen son muy innovadores y de mayor importancia, como por ejemplo el de cultura urbana que fundó Néstor García Canclini, en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa.  

O el programa de estudios fronterizos que abrió el Colegio de la Frontera Norte y la Universidad de Baja California, o el de comunicación y cultura del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), de Guadalajara, Jalisco, o el de estudios de género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por mencionar unos, señaló.  

Además hay la presencia de figuras que son fundamentales para el campo, como son el mismo García Canclini, Carlos Monsiváis -que no es académico pero que su proyecto de estudio de la cultura mexicana es muy amplio y enriquecedor-; José Manuel Valenzuela Arce y Rosana Reguillo en el ITESO, donde también estuvo por un tiempo con aportes muy importantes Jesús Martín Barbero.  

Pero además, puntualizó, porque México tiene una cultura muy definida e importante históricamente, al igual que sus instituciones, porque, por ejemplo, lo que hace el Conaculta es no sólo difundir y apoyar a las altas artes sino también a las populares, y a las propias industrias culturales, como cine, música y televisión.  

A ello debe sumarse la importancia que reside en que los mexicanos tienen definido como su cultura nacional y que, por supuesto, abarca todos los géneros, hasta lo popular, que procede de la Revolución sino es que antes, concluyó.  

El "Diccionario de Estudios Culturales Latinoamericanos" se presentará este martes en la Ciudad de México, con la presencia de los coordinadores Mónica Szurmuk y Robert Mckee Irwin, así como de Nestor García Canclini.

Temas

Sigue navegando