Cultura

Descubren restos de molinos de siglo XVIII en hacienda Chinameca

Hasta antes de este descubrimiento, la única evidencia de este tipo de producción, era el chacuaco de principios del siglo XX

CIUDAD DE MÉXICO (17/NOV/2011).- Arqueólogos del INAH encontraron debajo de la antigua finca de San Juan Chinameca, en Morelos, restos de los molinos que funcionaron a inicios de esa centuria, así como otros de finales del siglo XIX.

Cabe señalar que en ese sitio histórico donde el 10 de abril de 1919 fue asesinado el revolucionario Emiliano Zapata, se descubrieron los vestigios de los trapiches o molinos utilizados para la extracción de azúcar hace más de 200 años y fueron descubiertos cuando arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), exploraban el subsuelo de esa antigua finca.

Los vestigios corresponden a diversas épocas: desde las primeras décadas del siglo XVIII, cuando el procesamiento de la caña se hacía mediante mecanismos hidráulicos o movidos por animales de tiro, hasta la novedosa aplicación de máquinas de vapor, hacia el año 1900.

Hasta antes de este descubrimiento, la única evidencia de este tipo de producción que tuvo la ex hacienda, era el chacuaco de principios del siglo XX, una chimenea de 45 metros de altura, construida con ladrillos.

Mario Córdova Tello, delegado del INAH en Morelos, explicó que el hallazgo se registró durante excavaciones en un área de mil 500 metros cuadrados, efectuadas como parte de los trabajos de remodelación que se realizan en esta ex hacienda —localizada a 30 minutos de la ciudad de Cuautla—, en cuyo casco se construye un museo virtual dedicado al agrarismo en México, en el que participan las secretarías de Turismo y de Obras Públicas de esa entidad.

Durante estas labores, y en su calidad de órgano supervisor, el INAH solicitó la demolición (sin utilización de maquinaria pesada) de un par de albercas (una de 3.8 metros de profundidad, y la otra de 1.5 m) que fueron construidas en los años 70, como parte de un área recreativa.

“Los vestigios constituyen sólo una parte de lo que fue la hacienda, cuya extensión es de aproximadamente cuatro hectáreas. En esta pequeña sección, cercana al chacuaco, hay evidencias de tres etapas constructivas, o inclusive una cuarta, desde el primer trapiche de los albores del siglo XVIII, hasta los correspondientes a la industrialización del proceso de la caña que datan de fines del siglo XIX y principios del XX.

Por su parte, el arqueólogo José Cuauhtli Medina Romero, quien estuvo a cargo del rescate arqueológico, detalló que los vestigios se observan como bases de edificaciones de plantas diversas, con formas cuadradas y rectangulares, así como ojivales y una octogonal.

“Además —abundó— se encontraron distintas entradas a cámaras rectangulares de hasta ocho metros de largo, que supusimos fueron hornallas (pieza por donde se difunde el calor), sin embargo, no se localizaron restos de tizne en las paredes ni en el techo, ni restos de carbón en el suelo. Cuatro de estas cámaras están interconectadas mediante un acueducto que tiene salida hacia el chacuaco”.

Entre los objetos recuperados sobresale una placa metálica con la leyenda: “Fabricada por The Mirrlees Watson Co., Ltd. Ingenieros Glasgow para la hacienda de San Juan Chinameca. Vicente Alonzo 1908”, la cual seguramente refiere a la fabricación de alguna de las máquinas.

Asimismo, se recolectaron al menos dos toneladas de distintos elementos que formaron parte de la maquinaria del ingenio, como ejes, tuercas, tornillos, codos de tubería de grueso calibre, parrillas de secado, restos de campanas y monedas antiguas. Tales materiales fueron trasladados a la Delegación del INAH en esa entidad para su conservación y restauración por expertos.
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