Cultura
'Con ese dinero hubieran comprado 10 cuadros más'
Expertos respaldan la denuncia hecha por miembros del CECA por el “sobreprecio” que pagó la Secretaría de Cultura y el Instituto Cultural Cabañas por un cuadro de Jorge Martínez
GUADALAJARA, JALISCO (28/MAY/2016).- "¿Estás seguro que ese es el precio que se pagó? Pues les fue bien a sus herederos. A mí no me checa para nada, te apuesto a que si ponen un anuncio en el periódico que quieren comprar un Jorge Martínez, con ese dinero hubieran comprado 10 cuadros más de él. Es una locura. ¿Un millón 624 mil? Yo llegué a vender obra de ‘Papi’ Martínez en precios normales, en 30 o 40 mil pesos hace tiempo… hace 15 o 20 años. Dudo que alcance ese precio. Realmente si eso vale Jorge Martínez, voy y consigo algunos y me hago millonario. La obra no llegó a rebasar los límites estatales, no era un artista que brincará a nivel nacional. Él se quedó en Guadalajara, fue maestro y director de la escuela, ayudante de Orozco. Es un precio que te creería si fuera un Rivera en formato mediano, hasta un María Izquierdo”, señala sorprendido Francisco Barreda, ex director del Ex Convento del Carmen, cuando se le entrevista para conocer su opinión sobre la pintura “Estrella de mar” y el costo que la Secretaría de Cultura de Jalisco (SC) y el Instituto Cultural Cabañas (ICC) pagaron por ella. Esta pieza se compró a la heredera del artista, Josefina Camarena Martínez, en 2015, con el fin de sumarla a la Colección “Pueblo de Jalisco” del ICC, que fue presentada este año a los medios de comunicación.
La voz de Francisco Barreda no es la única que se muestra sorprendida por el precio. El crítico de arte Arturo Camacho menciona que el trabajo de Martínez, quien pese a ser querido dentro de la plástica jalisciense, nunca alcanzó en el mercado valores superiores a los 300 mil pesos.
Por su parte, el galerista Enrique Lázaro comenta que Martínez fue “gran maestro… discípulo de Orozco. Él trabajó mucho el óleo y la piroxilina, una técnica que lleva cera en su preparación. Ésta (“Estrella de mar“) es una de esas piezas. El tema es clásico de él: niños y niñas jugando con juguetes mexicanos, el trompo, la perinola. Sin embargo, el trabajo de Jorge Martínez, antes de que muriera, se vendían en 100 mil pesos; vamos a decir que había cola esperando para llevárselas. Tenía muchísimos compradores. Yo vendí varios de él”.
A pregunta expresa sobre el incremento en el valor de una obra de arte luego que fallece su creador, el especialista menciona que no sube automáticamente como la gente cree. “Aumenta sólo un 20 por ciento. Sube pues se acaba la fábrica, porque una cosa es el arte y otra cosa el comercio del arte”. Siguiendo está lógica, hoy su trabajo alcanzaría un costo base de 120 mil pesos.
Esta casa editorial realizó una consulta donde se avalúo la pieza, realizada con piroxilina sobre madera, está valuada en un máximo de 250 mil pesos; es decir, la Secretaría de Cultura pagó extra poco más de un millón 350 mil pesos por el cuadro.
También se consultó a Alejandro Gallo, amigo y galerista de Jorge Martínez, quien subrayó que el precio que pagó la SC no le parece nada raro, pero señaló que los cuadros que él vendió de Martínez, “en aquel entonces eran bastante caros, quizá 17 mil pesos”, es decir, en 1990 equivalían a un aproximado de seis mil dólares (108 mil pesos actuales).
El precio lo pone el dueño: Méndez
En entrevista con EL INFORMADOR, Rubén Méndez aclara que las obras se adquirieron de manera directa con los artistas o sus herederos, y que ellos fueron los que adjudicaron valor a su propia obra. “A Jorge Martínez y a Tomás Coffen se les compró a los herederos, porque para la Secretaría (de Cultura) es muy importante comprar a la gente que demostrara ser poseedor legal del bien… eso es muy importante en términos legales y administrativos”.
En cuanto al valor de la pieza de Jorge Martínez, explica que no se puede valuar una obra así, pues eso implicaría entrar en asuntos de especulación y de mercado, “tenemos que ir directamente con el proveedor, si queremos comprar una obra de Jorge Martínez tenemos que ir directamente con el proveedor. Vivimos en un sistema capitalista, es irremediable, aquí hay una demanda y una oferta, si tú vas al mundo especulativo todo mundo te va a decir cuánto cuesta. Aquí el que dice cuánto vale es el que lo tiene, no el que está afuera especulando”.
Sin embargo, Diana Mirella Estrada, perito valuadora de Estrada Navarro & Asociados, empresa que se especializa en peritaje de obras de arte para todo tipo de instituciones públicas y que trabaja para el Sistema de Administración Tributaria, señala que “existe una diferencia entre el valor estimativo y el valor del mercado. Generalmente los propietarios de las obras desarrollan un cariño especial que los lleva a desear que el valor de su obra sea grande; sin embargo, la Ley de la oferta y la demanda nos ubica en el momento actual, cuya característica principal es la objetividad; es decir, se determina libre de sentimientos”. Subraya que “en el caso de ventas de obra a beneficio de instituciones, las obras adquieren mayor respaldo mediante la certificación del peritaje de cada obra… ésta adquiere valor oficial y facilita su venta”.
Sobre la pieza en cuestión, no hubo una exploración en el mercado para conocer el precio que podría alcanzar “Estrella de mar”, de acuerdo con los puntos que se consideran válidos para los peritajes del Sistema de Administración Tributaria, y que son, de acuerdo con Diana Mirella: investigar minuciosamente la trayectoria del artista, su obra comparable en el mercado y todos los movimientos registrados sobre ventas en los últimos años y verificar sobre qué precio la gente está dispuesta a pagar por la obra del mismo artista que cuenta con características similares a la peritada.
Especialistas sí inciden en el valor de la obra
La especialista Vivian Gorinstein, gerente del Departamento de Arte Moderno de la casa de subasta Morton, menciona que la mecánica para valuar una pieza es sencilla para ellos, que ya conocen el mercado y realizan un “análisis, se estudia al artista, a la trayectoria y las características de la obra. Hay mucha más información de la cual se puede valer para hacer estos análisis”. Complementa que los precios no los define el poseedor de la pieza, aunque se escuchan los motivos del dueño. “Se toma mucho en cuenta, pues ellos hablan de la procedencia. Sí se toma en cuenta la información, pero, finalmente, haciendo el compendio de toda esta información más el análisis interno se llega a un acuerdo y es lo que se publica en los catálogos, el estimado de venta final”, es decir, el precio de salida, o el mínimo que se acepta en la subasta lo deciden los especialistas siguiendo lo dicho por el poseedor de los cuadros.
“La mecánica misma es ofrecer un precio competitivo y que haga eso, que los interesados levanten la paleta hasta que llega al precio final, hasta donde esté el mercado dispuesto a pagar esa obra”.
COLECCIÓN "PUEBLO DE JALISCO", DEL INSTITUTO CULTURAL CABAÑAS
Las autoridades de Cultura ignoran sus propios acuerdos
La colección “Pueblo de Jalisco del Instituto Cultural Cabañas” tardó más de 30 años en volver a nutrirse con obras. Fue hasta 2015 cuando decidieron aumentar su acervo. Sin embargo, durante el proceso de trabajo miembros del Comité de Selección (como José Luis Malo, José Villaseñor, Dan Montellano y Eduardo García Garibi) presentaron diversas quejas y recomendaciones.
Destacaron tres conflictos. Primero: piezas que fueron votadas a favor quedaron fuera de la compra final. Segundo: denunciaron la forma en la que fueron adquiridos los 15 trabajos finales. Tercero: el sobreprecio que se pagó por algunas.
Es así que durante la primera sesión, que se llevó a cabo el 5 de agosto de 2015, el Consejo de selección votó por 18 artistas; sin embargo, de esa lista no aparecen en la compra final Gloria Domingo, Martha Pacheco, Javier Campos Cabello, Roberto Rébora, Luis Rodrigo Medina, Cynthia Gutiérrez y Sergio Garval.
En síntesis, se adquirieron 11 de las primeras 18 obras votadas; es decir, sólo 61% de lo que se eligió. El gasto fue de tres millones 230 mil 233 pesos. Cuando los miembros que seleccionaron a dichos artistas solicitaron una explicación, no obtuvieron respuesta.
Este medio contactó al pintor Sergio Garval, quien según el acta de la sesión del 5 de agosto fue seleccionado de manera unánime. En la entrevista declaró que desconoce los motivos por los que no apareció en la lista final: “No sé qué pasó. Vino el señor Rubén Méndez Ramos, curador del ICC y responsable directo de las compras, a mi estudio muy formal a hacerme la invitación. Acordamos precios, formatos y algunas posibilidades de obra… convenimos darle seguimiento, todo muy bien. Y lo último que me enteré fue por el periódico que ya habían adquirido las obras y ni mención sobre mi participación. Gajes de los manejos toscos y desatentos de la política. Un misterio para mí la exclusión”.
LAS FRASES
"Existe una diferencia entre el valor estimativo y el valor del mercado. Generalmente los propietarios de las obras desarrollan un cariño especial que los lleva a desear que el valor de su obra sea grande#".
Diana Mirella, de Estrada Navarro & Asociados.
"Tenemos que ir directamente con el proveedor, si queremos comprar una obra de Jorge Martínez tenemos que ir directamente con el proveedor. Vivimos en un sistema capitalista, es irremediable".
Rubén Méndez Ramos, responsable directo de las compras.
Otra pieza polémica
“Estrella de mar” no es la única obra que fue señalada con sobreprecio. Se le suman la fotografía de Gonzalo Lebrija titulada “Prometeo VII”, adquirida en 394 mil 632 pesos. En términos generales, las imágenes de Lebrija siempre han registrado precios de mercado inferiores a los 220 mil pesos; por ejemplo, según publicó el diario El Universal en octubre de 2012, se puso a la venta la fotografía titulada “The Space Between us” en un precio de salida de 180 mil a 220 mil pesos.
De acuerdo con la página especializada en promoción y divulgación del arte (www.artnexus.com), la imagen “Estampida” hecha por el mismo artista bajo la técnica de impresión cromogénica tiene un precio estimado de entre cinco mil y siete mil dólares (de 90 mil a 126 mil pesos si tomamos el dólar a 18 pesos); es decir, que el ICC pagó 268 mil 635 pesos más por una obra de las mismas características.
Ignoran inconformidad de los consejeros
De acuerdo con la página especializada en promoción y divulgación del arte (www.artnexus.com), la imagen “Estampida” hecha por el mismo artista bajo la técnica de impresión cromogénica tiene un precio estimado de entre cinco mil y siete mil dólares (de 90 mil a 126 mil pesos si tomamos el dólar a 18 pesos); es decir, que el ICC pagó 268 mil 635 pesos más por una obra de las mismas características.
De acuerdo con el acta de la segunda sesión celebrada el 13 de agosto de 2015, y a la que este diario tuvo acceso, hubo inconformidades por la manera en que se acordó comprar las obras (de manera directa y sin avalúo), al grado que los miembros del Consejo antes señalados coincidieron en “la posibilidad de revisar la decisión anterior y, de ser necesario, replantearla considerando los precios mostrados”, señala el documento.
Aunque la Ley de Adquisiciones y Enajenaciones del Estado no obliga a que sea realizado este trámite, los quejosos indican que, de haberse hecho, no se habría comprado a sobreprecio la obra de Martínez.
Myriam Vachez, secretaria de Cultura, argumenta que se brincaron este paso porque “un valuador externo puede dar el precio que guste, pero los dueños de la obra también pueden hacerlo. Evidentemente se trató de reducir el costo… yo sinceramente desconozco el precio de mercado (de un Martínez), no te sé decir cuánto cuesta una obra… sí vi diferentes precios en las obras que nos presentaron, y la que adquirimos es la que para gusto nuestro y de los encargados de comprar, es una de las más representativas de la colección que nos presentaron. Sí se les pidió que por favor se ajustarán un poco, pero nos dijeron: ‘Este es el precio’”.
Al respecto, Dan Montellano, consejero de Artes Plásticas del CECA, indicó que “si vas a subastas ves lo que cuesta cada obra… si ves en el SAT puedes mirar la tasación y las facturas. En las juntas dijimos que había piezas carísimas. Empezó el momento de una discusión sobre los precios y cada uno daba su opinión; sin embargo, la doctora (Myriam Vachez) en un afán de beneficiar al artista dijo que se le tenía que comprar de manera directa”.
Faltó la anuencia
Otra disputa que se presentó durante la segunda sesión fue la falta de consenso para comprar el cuadro de Jorge Martínez. Según el documento obtenido vía Transparencia se puntualiza que en la reunión también se sugirió que, si una vez realizadas las compras de las 15 obras seleccionadas (la pieza de Juan Kraepelling fue donada; la colección final es de 16 trabajos) hubiera un excedente, entonces se podrían adquirir algunas más, por lo que se puso a consideración una lista de nombres de diferentes artistas.
Es en ese listado donde surge el nombre de Jorge Martínez; sin embargo, el consejero Dan Montellano denuncia que los miembros del CECA nunca supieron de la compra de la pieza de Jorge Martínez. “Es verdad que dentro de las sugerencias faltaba una pieza de este pintor, porque como artista es importante para Jalisco”. Sin embargo, apunta, el acuerdo era que si había nuevos nombres volvería a pasar el mismo sistema, “es decir, nos iban a presentar una lista definitiva ya con los precios y se sometería a un nuevo proceso de votación. Pero nunca se nos notificó la decisión final. Las últimas compras ya no fueron votadas… nunca se nos presentó una obra de Martínez para someterla a votación, menos esta obra ni el precio ni nada”.
LA FRASE
"Sí se les pidió que por favor se ajustarán un poco (por “Estrella de mar”), pero nos dijeron: ‘Este es el precio’ ".
"Un valuador externo puede dar el precio que guste, pero los dueños de la obra también. Evidentemente se trató de reducir el costo… yo sinceramente desconozco el precio de mercado (de un Martínez), no te sé decir cuánto cuesta una obra…".
Myriam Vachez, secretaria de Cultura.
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La voz de Francisco Barreda no es la única que se muestra sorprendida por el precio. El crítico de arte Arturo Camacho menciona que el trabajo de Martínez, quien pese a ser querido dentro de la plástica jalisciense, nunca alcanzó en el mercado valores superiores a los 300 mil pesos.
Por su parte, el galerista Enrique Lázaro comenta que Martínez fue “gran maestro… discípulo de Orozco. Él trabajó mucho el óleo y la piroxilina, una técnica que lleva cera en su preparación. Ésta (“Estrella de mar“) es una de esas piezas. El tema es clásico de él: niños y niñas jugando con juguetes mexicanos, el trompo, la perinola. Sin embargo, el trabajo de Jorge Martínez, antes de que muriera, se vendían en 100 mil pesos; vamos a decir que había cola esperando para llevárselas. Tenía muchísimos compradores. Yo vendí varios de él”.
A pregunta expresa sobre el incremento en el valor de una obra de arte luego que fallece su creador, el especialista menciona que no sube automáticamente como la gente cree. “Aumenta sólo un 20 por ciento. Sube pues se acaba la fábrica, porque una cosa es el arte y otra cosa el comercio del arte”. Siguiendo está lógica, hoy su trabajo alcanzaría un costo base de 120 mil pesos.
Esta casa editorial realizó una consulta donde se avalúo la pieza, realizada con piroxilina sobre madera, está valuada en un máximo de 250 mil pesos; es decir, la Secretaría de Cultura pagó extra poco más de un millón 350 mil pesos por el cuadro.
También se consultó a Alejandro Gallo, amigo y galerista de Jorge Martínez, quien subrayó que el precio que pagó la SC no le parece nada raro, pero señaló que los cuadros que él vendió de Martínez, “en aquel entonces eran bastante caros, quizá 17 mil pesos”, es decir, en 1990 equivalían a un aproximado de seis mil dólares (108 mil pesos actuales).
El precio lo pone el dueño: Méndez
En entrevista con EL INFORMADOR, Rubén Méndez aclara que las obras se adquirieron de manera directa con los artistas o sus herederos, y que ellos fueron los que adjudicaron valor a su propia obra. “A Jorge Martínez y a Tomás Coffen se les compró a los herederos, porque para la Secretaría (de Cultura) es muy importante comprar a la gente que demostrara ser poseedor legal del bien… eso es muy importante en términos legales y administrativos”.
En cuanto al valor de la pieza de Jorge Martínez, explica que no se puede valuar una obra así, pues eso implicaría entrar en asuntos de especulación y de mercado, “tenemos que ir directamente con el proveedor, si queremos comprar una obra de Jorge Martínez tenemos que ir directamente con el proveedor. Vivimos en un sistema capitalista, es irremediable, aquí hay una demanda y una oferta, si tú vas al mundo especulativo todo mundo te va a decir cuánto cuesta. Aquí el que dice cuánto vale es el que lo tiene, no el que está afuera especulando”.
Sin embargo, Diana Mirella Estrada, perito valuadora de Estrada Navarro & Asociados, empresa que se especializa en peritaje de obras de arte para todo tipo de instituciones públicas y que trabaja para el Sistema de Administración Tributaria, señala que “existe una diferencia entre el valor estimativo y el valor del mercado. Generalmente los propietarios de las obras desarrollan un cariño especial que los lleva a desear que el valor de su obra sea grande; sin embargo, la Ley de la oferta y la demanda nos ubica en el momento actual, cuya característica principal es la objetividad; es decir, se determina libre de sentimientos”. Subraya que “en el caso de ventas de obra a beneficio de instituciones, las obras adquieren mayor respaldo mediante la certificación del peritaje de cada obra… ésta adquiere valor oficial y facilita su venta”.
Sobre la pieza en cuestión, no hubo una exploración en el mercado para conocer el precio que podría alcanzar “Estrella de mar”, de acuerdo con los puntos que se consideran válidos para los peritajes del Sistema de Administración Tributaria, y que son, de acuerdo con Diana Mirella: investigar minuciosamente la trayectoria del artista, su obra comparable en el mercado y todos los movimientos registrados sobre ventas en los últimos años y verificar sobre qué precio la gente está dispuesta a pagar por la obra del mismo artista que cuenta con características similares a la peritada.
Especialistas sí inciden en el valor de la obra
La especialista Vivian Gorinstein, gerente del Departamento de Arte Moderno de la casa de subasta Morton, menciona que la mecánica para valuar una pieza es sencilla para ellos, que ya conocen el mercado y realizan un “análisis, se estudia al artista, a la trayectoria y las características de la obra. Hay mucha más información de la cual se puede valer para hacer estos análisis”. Complementa que los precios no los define el poseedor de la pieza, aunque se escuchan los motivos del dueño. “Se toma mucho en cuenta, pues ellos hablan de la procedencia. Sí se toma en cuenta la información, pero, finalmente, haciendo el compendio de toda esta información más el análisis interno se llega a un acuerdo y es lo que se publica en los catálogos, el estimado de venta final”, es decir, el precio de salida, o el mínimo que se acepta en la subasta lo deciden los especialistas siguiendo lo dicho por el poseedor de los cuadros.
“La mecánica misma es ofrecer un precio competitivo y que haga eso, que los interesados levanten la paleta hasta que llega al precio final, hasta donde esté el mercado dispuesto a pagar esa obra”.
COLECCIÓN "PUEBLO DE JALISCO", DEL INSTITUTO CULTURAL CABAÑAS
Las autoridades de Cultura ignoran sus propios acuerdos
La colección “Pueblo de Jalisco del Instituto Cultural Cabañas” tardó más de 30 años en volver a nutrirse con obras. Fue hasta 2015 cuando decidieron aumentar su acervo. Sin embargo, durante el proceso de trabajo miembros del Comité de Selección (como José Luis Malo, José Villaseñor, Dan Montellano y Eduardo García Garibi) presentaron diversas quejas y recomendaciones.
Destacaron tres conflictos. Primero: piezas que fueron votadas a favor quedaron fuera de la compra final. Segundo: denunciaron la forma en la que fueron adquiridos los 15 trabajos finales. Tercero: el sobreprecio que se pagó por algunas.
Es así que durante la primera sesión, que se llevó a cabo el 5 de agosto de 2015, el Consejo de selección votó por 18 artistas; sin embargo, de esa lista no aparecen en la compra final Gloria Domingo, Martha Pacheco, Javier Campos Cabello, Roberto Rébora, Luis Rodrigo Medina, Cynthia Gutiérrez y Sergio Garval.
En síntesis, se adquirieron 11 de las primeras 18 obras votadas; es decir, sólo 61% de lo que se eligió. El gasto fue de tres millones 230 mil 233 pesos. Cuando los miembros que seleccionaron a dichos artistas solicitaron una explicación, no obtuvieron respuesta.
Este medio contactó al pintor Sergio Garval, quien según el acta de la sesión del 5 de agosto fue seleccionado de manera unánime. En la entrevista declaró que desconoce los motivos por los que no apareció en la lista final: “No sé qué pasó. Vino el señor Rubén Méndez Ramos, curador del ICC y responsable directo de las compras, a mi estudio muy formal a hacerme la invitación. Acordamos precios, formatos y algunas posibilidades de obra… convenimos darle seguimiento, todo muy bien. Y lo último que me enteré fue por el periódico que ya habían adquirido las obras y ni mención sobre mi participación. Gajes de los manejos toscos y desatentos de la política. Un misterio para mí la exclusión”.
LAS FRASES
"Existe una diferencia entre el valor estimativo y el valor del mercado. Generalmente los propietarios de las obras desarrollan un cariño especial que los lleva a desear que el valor de su obra sea grande#".
Diana Mirella, de Estrada Navarro & Asociados.
"Tenemos que ir directamente con el proveedor, si queremos comprar una obra de Jorge Martínez tenemos que ir directamente con el proveedor. Vivimos en un sistema capitalista, es irremediable".
Rubén Méndez Ramos, responsable directo de las compras.
Otra pieza polémica
“Estrella de mar” no es la única obra que fue señalada con sobreprecio. Se le suman la fotografía de Gonzalo Lebrija titulada “Prometeo VII”, adquirida en 394 mil 632 pesos. En términos generales, las imágenes de Lebrija siempre han registrado precios de mercado inferiores a los 220 mil pesos; por ejemplo, según publicó el diario El Universal en octubre de 2012, se puso a la venta la fotografía titulada “The Space Between us” en un precio de salida de 180 mil a 220 mil pesos.
De acuerdo con la página especializada en promoción y divulgación del arte (www.artnexus.com), la imagen “Estampida” hecha por el mismo artista bajo la técnica de impresión cromogénica tiene un precio estimado de entre cinco mil y siete mil dólares (de 90 mil a 126 mil pesos si tomamos el dólar a 18 pesos); es decir, que el ICC pagó 268 mil 635 pesos más por una obra de las mismas características.
Ignoran inconformidad de los consejeros
De acuerdo con la página especializada en promoción y divulgación del arte (www.artnexus.com), la imagen “Estampida” hecha por el mismo artista bajo la técnica de impresión cromogénica tiene un precio estimado de entre cinco mil y siete mil dólares (de 90 mil a 126 mil pesos si tomamos el dólar a 18 pesos); es decir, que el ICC pagó 268 mil 635 pesos más por una obra de las mismas características.
De acuerdo con el acta de la segunda sesión celebrada el 13 de agosto de 2015, y a la que este diario tuvo acceso, hubo inconformidades por la manera en que se acordó comprar las obras (de manera directa y sin avalúo), al grado que los miembros del Consejo antes señalados coincidieron en “la posibilidad de revisar la decisión anterior y, de ser necesario, replantearla considerando los precios mostrados”, señala el documento.
Aunque la Ley de Adquisiciones y Enajenaciones del Estado no obliga a que sea realizado este trámite, los quejosos indican que, de haberse hecho, no se habría comprado a sobreprecio la obra de Martínez.
Myriam Vachez, secretaria de Cultura, argumenta que se brincaron este paso porque “un valuador externo puede dar el precio que guste, pero los dueños de la obra también pueden hacerlo. Evidentemente se trató de reducir el costo… yo sinceramente desconozco el precio de mercado (de un Martínez), no te sé decir cuánto cuesta una obra… sí vi diferentes precios en las obras que nos presentaron, y la que adquirimos es la que para gusto nuestro y de los encargados de comprar, es una de las más representativas de la colección que nos presentaron. Sí se les pidió que por favor se ajustarán un poco, pero nos dijeron: ‘Este es el precio’”.
Al respecto, Dan Montellano, consejero de Artes Plásticas del CECA, indicó que “si vas a subastas ves lo que cuesta cada obra… si ves en el SAT puedes mirar la tasación y las facturas. En las juntas dijimos que había piezas carísimas. Empezó el momento de una discusión sobre los precios y cada uno daba su opinión; sin embargo, la doctora (Myriam Vachez) en un afán de beneficiar al artista dijo que se le tenía que comprar de manera directa”.
Faltó la anuencia
Otra disputa que se presentó durante la segunda sesión fue la falta de consenso para comprar el cuadro de Jorge Martínez. Según el documento obtenido vía Transparencia se puntualiza que en la reunión también se sugirió que, si una vez realizadas las compras de las 15 obras seleccionadas (la pieza de Juan Kraepelling fue donada; la colección final es de 16 trabajos) hubiera un excedente, entonces se podrían adquirir algunas más, por lo que se puso a consideración una lista de nombres de diferentes artistas.
Es en ese listado donde surge el nombre de Jorge Martínez; sin embargo, el consejero Dan Montellano denuncia que los miembros del CECA nunca supieron de la compra de la pieza de Jorge Martínez. “Es verdad que dentro de las sugerencias faltaba una pieza de este pintor, porque como artista es importante para Jalisco”. Sin embargo, apunta, el acuerdo era que si había nuevos nombres volvería a pasar el mismo sistema, “es decir, nos iban a presentar una lista definitiva ya con los precios y se sometería a un nuevo proceso de votación. Pero nunca se nos notificó la decisión final. Las últimas compras ya no fueron votadas… nunca se nos presentó una obra de Martínez para someterla a votación, menos esta obra ni el precio ni nada”.
LA FRASE
"Sí se les pidió que por favor se ajustarán un poco (por “Estrella de mar”), pero nos dijeron: ‘Este es el precio’ ".
"Un valuador externo puede dar el precio que guste, pero los dueños de la obra también. Evidentemente se trató de reducir el costo… yo sinceramente desconozco el precio de mercado (de un Martínez), no te sé decir cuánto cuesta una obra…".
Myriam Vachez, secretaria de Cultura.
Sigue #DebateInformador
¿Qué opina de la forma en que adquiere obras de arte la Secretaría de Cultura en Jalisco?
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