Cultura

Con danza, ofrecen homenaje a Paloma Martínez en LARVA

Una mezcla de sonidos antiguos y modernos impulsaron la coreografía en honor de la reconocida baialarina

GUADALAJARA, JALISCO (15/FEB/2014).- Esta noche se presentó un perfomance de danza experimental en homenaje a la maestra Paloma Martínez en el LARVA. El proyecto fue impulsado por el Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico, en colaboración con la UdeG y el Ayuntamiento de Guadalajara.

Pasadas las 20:30 horas, el LARVA quedó a oscuras, dejando a los más de cien asistentes sin poder saber de dónde venía el sonido de un instrumento de viento que estaba comenzando a sonar. Un pequeño escenario, situado en la parte derecha del recinto, se iluminó, dejando a la vista a dos jóvenes que tocaban algunos utensilios musicales. Otro sonido emergió; ahora de la parte trasera de donde se encontraba el público, quienes inmediatamente buscaron la fuente, sin éxito.

Las luces comenzaron a alumbrar cada vez más fuerte, así como también los músicos se reunieron en un solo escenario. Tres hombres y una mujer fueron los encargados de poner sinfonía a la noche. Al ritmo de instrumentos de viento prehispánicos, sonidos electrónicos con pasajes rítmicos que transportaron a los presentes a un mundo ancestral; tres bailarinas salieron a escena.

Se movían lentamente, apoyadas con bastones de madera. Otras dos bailarinas irrumpieron en el escenario. Vestidas con pantalones blancos y tops color arena, las cinco mujeres iniciaron con una coreografía lenta, al ritmo de la música, haciendo que los asistentes se concentraran únicamente en ellas, se fueron juntando hasta que sus cuerpos quedaron en sincronía. Siguieron moviéndose lentamente, hasta que un hombre apareció; no llevaba camisa, llamó la atención de una de las chicas, quien se le unió en su baile lento.

La pareja de jóvenes se trasladó a otro universo; uno en el que al parecer solo ellos existían. Sus movimientos sincronizados con el del otro, sus miradas fijas en sus rostros. Las otras cuatro chicas danzaron más y más rápido, mientras la pareja iba lento, a su ritmo.

La música terminó, las luces se apagaron y los bailarines abandonaron el escenario. Un video se presentó en una pantalla que se encontraba en el centro, en él aparecieron una serie de imágenes que invocaban a "los que sueñan", movimientos abruptos, máscaras, personajes formaban la historia de un sueño, o tal vez, pesadilla.

Después vino "Aparecida", el Panteón de Mezquitán, uno de los escenarios para que unas cuantas "Catrinas" hicieran de las suyas con sus mejores movimientos, inspirados en las múltiples leyendas de fantasmas que las personas cuentan.

Un pequeño texto escrito por Jorge Esquinca fue leído, mientras se desarrollaban danzas y cánticos en el video "¿Dónde comienza, dónde termina el vuelo de Paloma Martínez? Tal vez no tiene fin, ni principio. Y es que su danza surge de una raíz profunda, impregnada de oscuras materias, como un árbol que organiza su estructura para elevarse hacia el aire y la luz" citaban.

Llegó el momento; las luces se apagaron y encendieron nuevamente, esta vez para que Paloma Martínez apareciera en el escenario, con apoyo de un artefacto de madera envuelto en tela blanca, misma de la cual era su vestuario, deleitó a los asistentes entre los que se encontraban personas de todas las edades, con su estrambótico baile hipnotizante, que al ritmo de la música fluía a través de su cuerpo, atrayendo miradas, dejando atónito al público, quienes al finalizar le ofrecieron un aplauso de pie a la coreógrafa.

"Gracias a todos los que me han apoyado, a todos les doy muchísimas gracias que vinieron", dijo Paloma Martínez emocionada al finalizar el acto, mientras le otorgaban un ramo de flores y un cuadro del artista Simón Cruz.

El espectáculo se dio por terminado, se pidió al público brindara con un poco de vino, en nombre de la talentosa bailarina experimental.

EL INFORMADOR / PAOLA CORTÉS
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