Cultura

Cirque Du Soleil llega a Québec con Caminos de lo invisible

La compañía circense presentará Les chemins invisibles en Québec, un montaje que combina lo mejor de las artes escénicas con la magia

QUÉBEC, CANADÁ.- Como una forma de devolver a Québec un poco de todo lo que le ha dado, el Cirque du Soleil presenta "Les chemins invisibles" (Caminos de lo invisible), un montaje que combina lo mejor de las artes escénicas con la magia circense, para invitar a la reflexión sobre la marginación y la necesidad de crear sociedades cada vez más incluyentes.

Jacques Marcotte, coordinador artístico de eventos especiales del Cirque du Soleil y director de este espectáculo de calle, explicó que la propuesta, que cumplirá cinco temporadas de poco más de 50 funciones por año, busca llegar a la gente y tocarla con un mensaje de que el amor, la esperanza y el cambio aún son posibles en un marco de reciprocidad, en una convivencia en la que da y se recibe.

En entrevista , el creador destacó que para él como para muchos de los de su equipo es un privilegio poder mostrar este espectáculo en el que invitan a la gente, muy a su manera, a conocer al otro y, más allá de sus diferencias, integrarlo en una gran fiesta, en la que al final se puedan despojar de toda máscara y convivir sin problemas.

"Les chemins invisibles", con música de Francis Covan, se presentará bajo un gran puente ubicado en Desjardins, donde se han colocado tres escenarios diferentes en los que habrá fuego, niebla y arena, los cuales habrán de confluir en un gran punto de encuentro, tanto de las artes (música, teatro, acrobacia, máscaras y poesía), como de las personas.

Es un poco como entrar al lado oscuro, no de Québec, sino de cualquier ciudad del mundo, y exponerlo, darlo a conocer a los demás, para que puedan asimilar la existencia de esta gente que por razones diversas (drogas, raza, clase social, etcétera) ha sido marginada, a fin de que puedan integrarla. La idea es que el jardín desolado, lleno de grafittis, acabe convertido en una gran fiesta por la integración social.

Sobre la preparación del espectáculo, comentó que trabajaron alrededor de dos meses en él y que su montaje final se realizó en un par de semanas, lapso durante el cual resolvieron cuestiones técnicas y artísticas del equipo de unas 80 personas que participa en este especial que es sólo para Québec, pues, recordó, el Cirque du Soleil nunca hace lo mismo en dos lugares.

Los artistas, dijo, trabajan un promedio de tres o tres horas y media al día para estar en forma y cubrir con las exigencias físicas del trabajo, pues las artísticas las cubren con creces desde su ingreso al Cirque du Soleil, que siempre ha ofrecido un nivel muy alto de calidad sobre el escenario.

Inquirido en torno a la misión de esta compañía fundada en el norte de Québec, en 1984, Marcotte destacó que realmente no se trata de cumplir una función social como tal, pues sólo se consideran una compañía de creadores, para quienes este tipo de trabajo es un verdadero regalo que le hacen a la tierra que los vio nacer, al tiempo que contribuyen a internacionalizarla.

Se espera, dijo, que al espectáculo que dará funciones de miércoles a domingo, arriben entre cinco y siete mil personas, pero eso no los inquieta ni predispone, pues consideran que lo suyo es entregarse en escena y el público es el responsable de asistir o no.

Refirió que es un trabajo que está hecho para que la gente lo pueda ver desde, al menos, tres perspectivas diferentes, así que pueden ir una o más veces.
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