Cultura
Cierra Fórum Atlántida
El encuentro entre Piglia y Rabasa partió de tres objetivos: el valor de la cultura, es decir, depositar el libro en la mano de un lector; el papel del lenguaje y la selección de los textos para ser publicados
La barraca de Colón navega por el Diana
Teatro Corsario seleccionó como carta de presentación ante los tapatíos La barraca de Colón, en su presentación del miércoles por la noche en el Teatro Diana, que lució casi lleno, en su mayoría por jóvenes, muchos de ellos movidos por la curiosidad de conocer a los Corsarios, compañía de vanguardia formada en 1982 que se ha convertido en un referente en el mundo escénico en la Península Ibérica, y la cual viene como propuesta de Castilla y León, región invitada a la FIL.
La obra muestra a los integrantes de un circo mientras hacen una accidentada representación de la travesía de Cristóbal Colón. Hubo espacio para breves monólogos, acrobacia, baile, rutinas cómicas, marionetas y sobre todo juegos de lenguaje de diverso tipo.
Aunque es reconocida por sus obras de teatro con títeres, la compañía siempre busca historias nuevas y arriesgadas para presentarlas en escena, lo que le ha merecido distinto reconocimientos.
Los placeres de la lengua y del smartphone
En la mesa de diálogo Los placeres de la lengua, “cuatro pilares de la literatura hispanoamericana”: Luisa Valenzuela, Sergio Ramírez, Mayra Montero y Luis García Montero, desarrollaron una charla desde sus muy particulares perspectivas. Ramírez, autor nicaragüense, apuntaba a quienes lo escuchaban en su Elogio a la invención que, “en ningún otro momento como hoy, la lengua castellana ha sufrido tantos cambios”.
Dijo que ésta es territorio creativo de los jóvenes y, al tiempo, constante viajera de una a otra tierra. Montero, escritora nacida en Cuba, pero radicada en Puerto Rico desde hace cuatro décadas, se refirió al momento que enfrentan hoy los escritores, como testigos de una guerra que
parece no acabar.
Por su parte, el poeta García Montero advirtió que “la literatura que hace más falta es la que se atreve a poner el dedo en la llaga”. Sin embargo, jóvenes estudiantes que estuvieron presentes en la charla ponían más atención a sus smartphones que a la ponencia, y cumplieron con asistir para obtener su asistencia pero no mostraron intéres por el tema. En la tercera fila, muy atentas a lo que ocurría en sus celulares, se encontraban cuatro chicas, quizá las más perdidas de todos, disfrutando del clic de sus aparatos y posando como si estuviesen en una pasarela ante el pequeño lente del aparato.
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