Cultura
China paga derechos por Cien años de soledad
Una nueva traducción al chino del texto de Gabriel García Márquez, es la primera en pagar una cifra “elevada” pero no revelada de derechos de autor
“Las negociaciones fueron difíciles y desde 1992 teníamos interés en adquirir los derechos para traducir al chino la novela. Lo importante no es el precio, sino haber demostrado que el cambio en China también lleva a respetar los derechos de autor”, dijo el presidente de la editorial, Chen Mingjun.
En 1990, el Nobel de Literatura colombiano llamó “piratas” a los chinos al descubrir que sus obras se traducían sin autorización, y la leyenda entre los hispanistas chinos dice que afirmó que “ni 150 años después de su muerte la daría”.
Con el protocolo de 1991 del Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, editoriales estatales chinas primero y privadas después (como Thinkingdom Media Group Ltd, desde 2002) trataron de adquirir los derechos de la obra maestra del realismo mágico latinoamericano, pero consideraron demasiado alto el precio que puso Carmen Balcells, agente de “Gabo”.
La traducción ahora publicada (tras más de una decena “pirateadas”) es de 300 mil ejemplares, “y aunque no será difícil ganar dinero con la venta, lo económico no es el principal objetivo. Estamos muy satisfechos”, manifestó Chen.
El profesor Fan, codirector durante dos años del Instituto Confucio adscrito a la Universidad de Granada (España), dijo haberse sorprendido por el encargo “pues mis favoritos habían sido la poesía mística del Siglo XVI y los cuentos del argentino Julio Cortázar, que traduje”.
“Fue simbólico. Estaba en la tierra de García Lorca (Granada) y me piden que traduzca a otro García. Un placer doloroso y masoquismo total hasta encontrar el tono de la obra de un narrador invisible. Leí a Kafka y a varios autores chinos y logré entrar en la interpretación de lo que el Nobel quería decir”, dijo Fan.
Según el profesor de prosgrado y traducción de la Universidad de Pekín, de 33 años, quien también tradujo a poetas como Luis Cernuda o Vicente Huidobro, las traducciones son una misión imposible “pues nunca se llega a la perfección”.
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