Cultura
Califican riguroso el trato de Herta Müller a los intelectuales rumanos
Adam Michnik calificó de ''bolchevique'' el riguroso juicio que la premio nobel da a los intelectuales rumanos que no se enfrentaron abiertamente a la dictadura
BUCAREST, RUMANIA (14/FEB/2011).- El exdisidente e intelectual polaco Adam Michnik calificó hoy en Bucarest de "bolchevique" el riguroso juicio que la premio nobel de Literatura Herta Müller da a los intelectuales rumanos que no se enfrentaron abiertamente a la dictadura.
Michnik criticó la severidad de la autora alemana nacida en Rumania, en una conversación pública con el intelectual rumano Andrei Plesu en el Ateneo Rumano de Bucarest.
En un acto celebrado en el mismo escenario el pasado mes de octubre, Müller acusó de complicidad con el régimen a los intelectuales rumanos que permanecieron en el país y ejercieron la llamada "resistencia por medio de la cultura", los cuales reivindican que escribir de la manera más honrada posible bajo la dictadura era una forma de disidencia.
"El silencio era entonces un acto de heroísmo", afirmó Michnik, que recordó que Rumania sufrió con Albania la dictadura más dura y represiva de Europa.
"No se puede pedir heroísmo más que a uno mismo", dijo el exdisidente en otro momento de la conversación.
Ante una sala abarrotada, Michnik expresó su "gran aprecio" por quienes no quisieron o no pudieron emigrar de países sometidos al totalitarismo, si bien dejó claro que "no tiene nada en contra" de los que se marcharon, como hizo en 1987 de Rumania la propia Müller, para refugiarse en Alemania.
"Alguien que escribía sobre Dante, sobre Shakespeare, que no citaba a Stalin, amaba los valores fundamentales de la cultura europea", dijo en defensa de la llamada "resistencia por medio de la cultura".
"Si algo permaneció de la cultura polaca y rumana es gracias a estos hombres que no fueron a las barricadas", añadió Michnik con el estilo apasionado que le caracteriza.
Actualmente redactor jefe del mayor diario polaco, "Gazeta Wyborcza", Michnik, de 65 años, fue una de las figuras claves de la oposición ilegal al régimen comunista polaco entre 1968 y 1989.
Vinculado al sindicato Solidaridad, pasó entonces seis años en la cárcel.
Con la llegada de la democracia a su país se ha convertido en un referente de las políticas de reconciliación frente a los partidarios de ajustar cuentas con el pasado.
Michnik criticó la severidad de la autora alemana nacida en Rumania, en una conversación pública con el intelectual rumano Andrei Plesu en el Ateneo Rumano de Bucarest.
En un acto celebrado en el mismo escenario el pasado mes de octubre, Müller acusó de complicidad con el régimen a los intelectuales rumanos que permanecieron en el país y ejercieron la llamada "resistencia por medio de la cultura", los cuales reivindican que escribir de la manera más honrada posible bajo la dictadura era una forma de disidencia.
"El silencio era entonces un acto de heroísmo", afirmó Michnik, que recordó que Rumania sufrió con Albania la dictadura más dura y represiva de Europa.
"No se puede pedir heroísmo más que a uno mismo", dijo el exdisidente en otro momento de la conversación.
Ante una sala abarrotada, Michnik expresó su "gran aprecio" por quienes no quisieron o no pudieron emigrar de países sometidos al totalitarismo, si bien dejó claro que "no tiene nada en contra" de los que se marcharon, como hizo en 1987 de Rumania la propia Müller, para refugiarse en Alemania.
"Alguien que escribía sobre Dante, sobre Shakespeare, que no citaba a Stalin, amaba los valores fundamentales de la cultura europea", dijo en defensa de la llamada "resistencia por medio de la cultura".
"Si algo permaneció de la cultura polaca y rumana es gracias a estos hombres que no fueron a las barricadas", añadió Michnik con el estilo apasionado que le caracteriza.
Actualmente redactor jefe del mayor diario polaco, "Gazeta Wyborcza", Michnik, de 65 años, fue una de las figuras claves de la oposición ilegal al régimen comunista polaco entre 1968 y 1989.
Vinculado al sindicato Solidaridad, pasó entonces seis años en la cárcel.
Con la llegada de la democracia a su país se ha convertido en un referente de las políticas de reconciliación frente a los partidarios de ajustar cuentas con el pasado.
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