Cultura
Bonnefoy y su poesía que invita a la nostalgia
El premio Literatura en Lenguas Romances inaugura el Salón de la Poesía en la edición 27
GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/2013).- Es un hombre serio y observador, no tiene expresiones tan elementales en su rostro, pero basta con escucharlo al leer sus versos, para que un arrebatado sentimiento de la nostalgia invada mente y cuerpo de quién recibe sus poemas. Esta tarde, después de las 19:00 horas, el galardonado Yves Bonnefoy se presentó en el Salón de la poesía para recitar en su lengua natal, el francés.
Ante un público de aproximadamente 80 personas, el autor que hoy recibió el premio FIL en Lenguas Romance, deleitó a algunos de los presentes con parte de su obra. Y aunque algunos estuvieron semi dormidos y otros más atendiendo su teléfono celular, el escritor no se inmutó y dio lectura a poemas como "La casa natal":
''Me desperté, era la casa natal, la espuma se abatía sobre la roca, ni un pájaro, sólo el viento abriendo y cerrando la ola, el olor del horizonte por todas parte, cenizas como si las colinas escondieran un fuego que en otra parte consumiera un universo".
El hombre de cabellera cana, traje oscuro y corbata tinta, desde su asiento y sin muchos movimientos, más bien en una postura rígida, como un niño que expone sus sentimientos a la audiencias leyó por casi una hora para finalizar con un "gracias". Mientras tanto, había quienes traducían sus versos a quienes no dominaban el francés, otros más grababan en video al autor, tomaban fotografías y disfrutaban de copas de vino.
Dulce María Zúñiga, quien lo acompañó sobre la tarima, sólo agradeció a los presentes por las palabras y el rapto del que todos fueron presa cuando Yves simplemente expresó su sentimientos a través de las palabras, donde sin ser un personaje romántico del surrealismos deja que cada lector interprete para sí mismo lo que mejor le llegue al corazón sobre sus versos.
EL INFORMADOR / ENRIQUE ESPARZA
Ante un público de aproximadamente 80 personas, el autor que hoy recibió el premio FIL en Lenguas Romance, deleitó a algunos de los presentes con parte de su obra. Y aunque algunos estuvieron semi dormidos y otros más atendiendo su teléfono celular, el escritor no se inmutó y dio lectura a poemas como "La casa natal":
''Me desperté, era la casa natal, la espuma se abatía sobre la roca, ni un pájaro, sólo el viento abriendo y cerrando la ola, el olor del horizonte por todas parte, cenizas como si las colinas escondieran un fuego que en otra parte consumiera un universo".
El hombre de cabellera cana, traje oscuro y corbata tinta, desde su asiento y sin muchos movimientos, más bien en una postura rígida, como un niño que expone sus sentimientos a la audiencias leyó por casi una hora para finalizar con un "gracias". Mientras tanto, había quienes traducían sus versos a quienes no dominaban el francés, otros más grababan en video al autor, tomaban fotografías y disfrutaban de copas de vino.
Dulce María Zúñiga, quien lo acompañó sobre la tarima, sólo agradeció a los presentes por las palabras y el rapto del que todos fueron presa cuando Yves simplemente expresó su sentimientos a través de las palabras, donde sin ser un personaje romántico del surrealismos deja que cada lector interprete para sí mismo lo que mejor le llegue al corazón sobre sus versos.
EL INFORMADOR / ENRIQUE ESPARZA
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